Revista Cultura y Ocio

Flores y Plantas

Publicado el 25 junio 2015 por Siguelashuellas

Flores y Plantas de Extremadura

Están en las cunetas, en los caminos, las dehesas,  bosques de extremadura y gran parte de la peninsula. Vamos a intentar acercarnos mas allá de su mera contemplación.

Pepinillo del diablo

Pepinillo del Diablo

Nombre científico: Ecballium Elacterium
El origen de su nombre viene de la palabra griega “ekballion”, que significa arrojar o expulsar, y hace referencia a como sus frutos ante el mas pequeño roce se abren de forma explosiva, dispersando el líquido interior a presión junto con las semillas que contiene a largas distancias.

Familia: Se trata de una planta tóxica, herbacea y a la vez perenne de la familia de las Cucurbitáceas, única especie conocida del género Ecballium.

Nombres comunes: Pepinillo del diablo, cohombro amargo, cojombrillo, cocombrillo salvaje, pan de puerco, pepinillo loco, pepinillo amargo, pepino de lagarto, pepino amargo…

Principios activos: Cucurbitacina, elaterina y ácidos grasos

Muy tóxicas: Diarreas, hemorragias, lesiones renales. En grandes dosis es mortal

Descripción de la planta:

Pepinillo del Diablo
El Ecballium elaterium (pepinillo del diablo) es una herbácea perenne algo fétida y sabor agrio. Su género (con una sola especie) es el único miembro de la familia de las cucurbitáceas que no tiene zarcillos, a diferencia del melón, la sandía, el pepino o la calabaza.

Crece a ras de suelo pudiendo ocupar hasta 5 metros de diámetro y vive en los bordes de caminos, carreteras, arcenes, campos cultivados, escombreras, baldíos, etc. sobre sustratos calizos o margosos. La podemos encontrar en toda la Península Ibérica.

Pepinillo del Diablo
Toda la planta está densamente cubierta de pelillos como adaptación para superar los tiempos de sequía, y sus hojas son carnosas pero ásperas, grandes, triangulares, e irregularmente dentadas. En sí misma toda la planta tiende a crecer de forma rastrera, no sobrepasando los 30 centímetros de altura aunque ocupando grandes manchas de hasta cinco metros de diámetro. Sus flores (solitarias las masculinas y en grupos las femeninas aunque su disposición puede variar según la subespecie, pero siempre dispuestas axilarmente a las hojas) tienen forma acampanada, con la típica forma de las cucurbitáceas, amarillas y con cinco pétalos, comenzando el periodo de floración en el mes de mayo y prolongándose durante todo el verano.

Pepinillo del Diablo
Quizá lo más característico sean sus turgentes frutos, semejantes en forma a un huevo erizado y largamente pendulado por su parte superior, que alcanzan una longitud de cuatro a siete centímetros. Durante la fructificación el fruto se va hinchando hasta llegar a una tensión hidroestática máxima en la que, al menor roze e incluso por acción del mero viento, hace explotar el fruto dispersando las oscuras semillas de su interior a través del pequeño orificio en su extremo que deja libre el pedúnculo al ser expulsado. Con la dispersión a larga distancia (alcanza hasta tres metros), la planta logra colonizar nuevos terrenos, y evitando así que cuando germinen compitan por el mismo territorio.

Pepinillo del Diablo
Aunque es componente de distintos medicamentos, se trata de una planta altamente tóxica debido a los principios activos que contiene en toda la planta (cucurbitacina y elaterina entre otros), aunque especialmente en sus frutos, y aunque su concentración varíe mucho también estacionalmente (más activa durante la fructificación), no se aconseja bajo ningún concepto su uso interno, ya que además de ser abortivo y producir hemorragias, diarreas, irritaciones en el tubo digestivo y sistema renal, en grandes dosis puede ser mortal.

Esta planta ha hecho volar la imaginación de propios y extraños; se data en 1888 un trabajo de un tal Dr. Dickson en el que relataba cómo la sola presencia de un poco de esta planta fresca bajo el sombrero, era ya fuente de profundas jaquecas, cólicos y diarreas.

Pepinillo del Diablo
Pero podemos remontarnos mucho más lejos; hay escritos que revelan que ya en la época de los faraones del Antiguo Egipto, así como en las antíguas civilizaciones griega y romana, se venía utilizando esta planta internamente como un fuerte purgante para casos de envenenamiento. En poblaciones esteparias se ha constatado su uso tradicional para hacer friegas en las partes atacadas por el reuma con el aceite resultante de freír sus frutos.Y ya en la tradición popular más moderna se ha utilizado además como diurético, así como para casos de obesidad o cirrosis. También fué extendido su uso en forma de cataplasma como remedio para el reúma, lo que resulta menos peligroso ya que no conlleva su ingestión, y actualmente y de manos de la ciencia se está estudiando la aplicación de su citotoxicidad para casos de enfermedades gástricas y de esófago. Pero, como ya dijimos anteriormente, su fuerte toxicidad hace de su uso particular algo desaconsejado y extremadamente peligroso.

El material que aquí se trabaja tiene carácter informativo. En caso de duda, consúltese con un facultativo. No realice automedicación.

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