Fotos antiguas ¿Una gasolinera en el Paseo del Prado?

Hay muchos motivos por los que sigo llevando a cabo con tantas ganas este proyecto de Secretos de Madrid. Uno de ellos es encontrarme sorpresas como la que quiero compartir hoy con todos vosotros, aunque me imagino que alguno ya la conocía. ¿Nos damos una vuelta por el Paseo del Prado? 

Para alguien que como yo, llegó a Madrid en el año 2008, descubrir qué construcciones o qué elementos habitaron en la ciudad antes que uno mismo, resulta uno de los pasatiempos más interesantes que existen. Por eso invierto horas buscando en hemerotecas, archivos y fotos. Para ir desgranando una realidad que para muchos siempre estuvo ahí, la asumieron y la hicieron suya y que sin embargo, yo desconozco. Es más o menos lo que me ha sucedido con la fotografía antigua de esta semana.

Cuando la tuve delante de los ojos el entorno me quería sonar, en cierto modo me resultaba familiar y sin embargo no ubicaba una gasolinera en el Paseo del Prado, tal y como rezaba el pie de foto. Indagando un poco descubrí que Madrid me la había vuelto a jugar y ahora me regalaba otro de sus secretos. Resulta que durante décadas una estación de servicio habitó a la altura del número 36 de este bello paseo, en un lugar que todos conocemos.

Sus distintos surtidores, e incluso su túnel de lavado, desaparecieron en el año 2004, cuando la gasolinera se trasladó a la Gran Vía de Hortaleza. Como resultado se obtuvo una valioso solar de 470 metros cuadrados que hoy hace de antesala al moderno Caixa-Forum. De hecho, sobre esa pared que se eleva a la derecha es en la que hoy podemos admirar el conocido jardín vertical, uno de los elementos más innovadores de todo Madrid. El lugar que antaño ocupaban bajo la superficies los tanques donde se almacenaban miles de litros de gasolina, años más tarde se mutó en un anfiteatro con 298 butacas. ¡Tantas veces paseando por esa explanada y jamás hubiese pensado que no hace tanto por ella transitaban cientos de vehículos sedientos de carburante!

Imagino que muchos de los que vivís en la capital ya conocíais este “secreto”, o incluso repostasteis en él. Aún así, siempre es bueno recordarlos. Echar una mirada al pasado y ver lo poco, o mucho en este caso, que han cambiado las cosas, es necesario e invita a una reflexión. Gracias a documentos como éste es posible asimilar un poquito mejor el carácter y el talante de nuestras ciudades. Lo que antiguamente fue un lugar casi hostil para el peatón, donde la gente apuraba sus jornadas de trabajo, ahora es un espacio para la contemplación y el reposo. ¡Madrid cuánto has cambiado!

Os dejo una foto actual para que podáis comparar…

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