Revista Cultura y Ocio

Fotos de carnet

Publicado el 16 febrero 2015 por Rosa Valle @RosaMValle

A inmortalizar nuestra jeta actual hay que llevarnos de las orejas (salvo que quien se retrata esté encatad@ de haberse conocido). La renovación dichosa del DNI es una de las citas que cada 5 años (si eres jovenzuel@, entre los 5 y los 30 tacos) o 10 años (si has superado los 30 y todavía no has estrenado los 71) nos agarra por esos-nuestros pabellones auditivos y nos conduce al estudio de fotografía o al fotomatón (solo apto para no torpes).

DNI

Allí con cara de panolis tratando de parecer guapos, jóvenes, correctos y hasta majetes pero lo justo, sabemos de antemano que el resultado no nos va a gustar, pero el trámite burocrático que hasta el trance gráfico nos ha llevado apremia. O sea que saldremos del establecimiento con varias copias de la bendita foto de carnet que nos cuidaremos de no repartir entre la familia, que eso de llevar las fotos de hasta el gato en la cartera ya está demodé. Que estamos en la era digital y para galería fotográfica, la del móvil.

Mas, paradojas, superado el trago y utilizada la fotica para el fin administrativo que la motivó, nuestro corazoncito evolutivo nos mueve a salvar una de las copias y adjuntarla a la colección que, desde retoños casi, guardamos en una funda de esas de cartón que nos regalan en el estudio para llevarnos las reproducciones a casa.

Podremos tener miles de álbumes fotográficos impresos en nuestras estanterías, pero ninguna evolución de la imagen personal se muestra más descarnada que esa sucesión de fotos de carnet a lo largo de nuestra historia.


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