Fragmentada

Ahora que puedo tejer los
restos de aquellas desgracias amorosas,
de las máscaras de mujer digna,
mujer casa, mujer fuerte.
Ahora que soy consciente del
vómito de tus caricias, de tu
falsa sonrisa, de la espada cruel que
tu lengua disparaba.
Ahora que necesito escribir para
no morir de realidad, de la culpa
autoimpuesta, del abandono de
aquellos que algún domingo primaveral
llamé amigos.
Ahora que honró mi odio
porque te evita.
Ahora que la tormenta de los
reproches ha disminuido.
Ahora que vivo sin necesitar
sonrisas, aplausos y elogios.
Ahora que la nada y el todo
han llegado a su encuentro espiritual.
Solo en este minúsculo instante
lleno de poesía,
soy libre, me hallo mutilada pero
entera y firme.
Solo en esta página desgastada estoy viva...

Por: Kristal M. Rivera González