Revista Cultura y Ocio

Francisco Bolognesi

Por Enrique @asurza

Francisco Bolognesi, héroe máximo de Arica. Hijo de Andrés Bolognesi Camparello -músico italiano natural de Génova- y de Juana Cervantes Pacheco. Nació en Lima en una casa de la calle Afligidos, hoy jirón Caylloma, el 4 de noviembre de 1816 según su partida de bautismo en la parroquia San Sebastián; y murió el 7 de junio de 1880 defendiendo Arica ante las tropas chilenas. Tuvo tres hermanos: Mariano, que llegó a ser coronel de artillería, y Margarita y Manuela, ambas casadas con extranjeros y radicadas fuera del país. De niño creció primero en Lima, educándose luego en el seminario conciliar San Jerónimo de Arequipa (1825-1832); debido a la temprana muerte de su padre ingresó al servicio de una compañía comercial como tenedor de libros. Paralelamente emprendió varios viajes a la región de Carabaya (Puno) y al Cuzco para extraer café, cascarilla y coca y comercializar dichos productos. Durante la década de 1840 fue testigo de las luchas caudillescas entre Ramón Castilla y Manuel lgnació de Vivanco, incluso le tocó presenciar la batalla de Carmen Alto (julio de 1844), encuentro que permitió el triunfo final de las tropas constitucionalistas de Castilla. Ingresó al ejército como voluntario de la Guardia Nacional durante un conflicto contra Bolivia (1853). Fue ascendido a teniente coronel y designado segundo jefe del batallón Libres de Arequipa (1854); a órdenes de Castilla tuvo que hacer frente al gobierno de José Rufino Echenique, por ello fue edecán del propio Castilla luego de su triunfo en La Palma (enero de 1855). Como comandante del escuadrón volante y primer jefe de la brigada de artillería, partió contra la revolución de Vivanco en Arequipa (1858), siendo herido en el muslo. Esto le valió el ascenso a coronel, y como tal concurrió al conflicto con el Ecuador (1859-1860). En 1860 el presidente Castilla lo comisionó a Europa para estudiar los avances en el terreno de la artillería, regresando dos años después con 54 cañones, la primera artillería rayada que tuvo el país; pronto fue nombrado comandante general de artillería. Debido a unas pruebas realizadas en las playas de Conchan, se produjo una polémica periodística y Bolognesi, en un artículo publicado en El Comercio, defendió al cuerpo de artillería (7 de abril de 1862). Nuevamente viajó a Europa, esta vez enviado por el presidente Juan Antonio Pezet, trayendo en esta oportunidad los cañones Brakely que en el combate del Callao (el 2 de mayo de 1866) derrotaron a la escuadra española. Aunque él no participó en esta acción por hallarse fuera del país, a su regreso fue designado comandante general de las baterías del Callao (1868). Se retiró del Ejército a los 55 años de edad (1871) luego de haberse desempeñado como comandante general de artillería y gobernador civil del Callao. Estaba en situación de retiro cuando estalló la guerra con Chile (1879), sin embargo, se apersonó a sus superiores y pidió ser recibido como voluntario; contaba con más de 60 años. Al mando de la tercera división asistió a la derrota de San Francisco (19 de noviembre de 1879) y a la victoria de Tarapacá (27 de noviembre de 1879), concurriendo a esta ultima con altísima fiebre. Una vez reorganizada la defensa peruana en Tacna, avanzó al puerto de Arica y se le encargó, la comandancia general de Arica (3 de abril de 1880). Iniciado el ataque chileno, convocó a sus oficiales a una junta de guerra, acordando unánimemente defenderla:

Hasta quemar el último cartucho

Cuatro días después hacía honor a esta promesa, ofrendando heroicamente su vida al ser alcanzado por una bala enemiga (7 de junio de 1880).

Contrajo matrimonio con Josefa de la Puente y Rivero y tuvo cuatro hijos: Margarita, Federico, Enrique y Augusto; estos dos últimos murieron en las batallas por la defensa de Lima (1881). Cuenta Roque Sáenz Peña -futuro presidente de Argentina y combatiente en el morro- en mis recuerdos, que Bolognesi:

Era un hombre pequeño de estatura. Había lentitud y dureza en sus movimientos, como la había en su fisonomía; la voz era clara y entera a pesar de su ancianidad; los años y los pesares habían plateado su cabello y su barba redonda y abundante, destacaba la tez bronceada de su rostro enérgico y viril... su inteligencia era inculta, carecía de preparación pero tenía la percepción clara de las cosas y de los sucesos; la experiencia de los años y la malicia que se desenvuelve en la vida inquieta en los campamentos habían dado a su espíritu cierta agilidad de concepción... Había conocido los ejércitos europeos y hecho estudios detenidos sobre armamentos

Añade que Bolognesi era tan amigo del orden y la disciplina, que era capaz de desdeñar la victoria si no era conquistada por los preceptos de la ley militar, prefería la derrota en la estrategia y la ordenanza, al triunfo en la inspiración o el acaso.


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