Revista Opinión

Franco, un feminista radical

Publicado el 12 marzo 2017 por Cronicasbarbaras

Este fin de semana iba a celebrarse en una discoteca latina de Vitoria el concurso “Miss colita sexy”, muestra de traseros femeninos, pero el Ayuntamiento lo prohibió a demanda de las feministas por “machista”, “atentar contra la dignidad de la mujer” y por “fomentar el sexismo”.

Razones ideológicas para impedir un concurso de horteras para horteras, y ser hortera es un derecho humano tan inviolable como el contrario, tener buen gusto.

La falta de elegancia no daña la dignidad de la mujer, como denuncian las feministas, porque tal cualidad es distinta según la persona que valora su propia respetabilidad.

El cartel muestra a once señoritas en bikini ridículamente inclinadas hacia adelante para mostrar sus posaderas en primer plano y elevar la libido de los potenciales asistentes, machos de caudalosa testosterona.

Prohibir el espectáculo recuerda la censura durante el franquismo, que perseguía los pasquines anunciantes y la asistencia a espectáculos así en locales privados.

Hay que volver a 1966, cuando empezaba a suavizarse el régimen con la Ley de Prensa de Fraga y podía protestarse algo contra la censura.

Los periodistas afeaban el acoso al “Teatro Chino de Manolita Chen” y el cierre de locales con bailarinas “picaronas”, que como en Vitoria se prohibían por razones ideológicas.

Iban contra la moral y las buenas costumbres del canon de la Sección Femenina de la Falange, cuyo heredero es el feminismo radical, el femifascismo; ambos movimientos coinciden en la elevada presencia de lesbianas entre sus dirigentes.

Con la censura el Caudillo mantuvo los sanos hábitos, el respeto que se debían a sí mismas las españolas, sin imaginarse que en 2017 sería imitado por el feminismo intolerante, dogmático y agresivo.

Como queda demostrado, Franco era un progresí al que debe declararse santo patrono del feminismo radical.

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