Revista Opinión

Fuera de juego

Publicado el 15 abril 2015 por Polikracia @polikracia

“Para algunos es un juego y para otros una forma de vida. Algunos lo usan como negocio, para otros es una pasión e incluso una religión. Forma parte del mundo actual, está presente en cualquier parte del mundo…y  tras él hay intereses ocultos“ (Santiago Flores: El fútbol)

El 30 de Mayo de 2015 el Fútbol Club Barcelona y el Athletic Club de Bilbao disputarán la final de la Copa del Rey de fútbol. Este acontecimiento es, a día de hoy, desgraciadamente no sólo deportivo. Con el paso de los años eventos como este y en general el fútbol se ha convertido en una batalla política y social…pero realmente sabemos hasta qué punto?

A principios de los 90, el Dinamo Zagreb se enfrentaba al mítico Estrella Roja de Belgrado. Las constantes peleas entre las dos aficiones durante todo el partido fueron un fiel reflejo de la tensión en los Balcanes que acabaría derivando en una horrible Guerra civil. El aquel presidente Serbio Slobodan Milosevic usó la victoria del Estrella Roja en la Copa de Campeones de 1991 como propaganda serbia de su superioridad racial.

Por otro lado, jugadores o equipos de fútbol han sido símbolos de libertad, uno de ellos fue Matthias Sindelar, también conocido como “el Mozart del fútbol”. Él representó un ejemplo de lucha por la libertad de Austria frente al nazismo.

El 3 de abril de 1938 Alemania organizó un partido “amistoso” frente a Austria. Alemania debía ganar para, de esa forma, contribuir a ensalzar los valores de la raza aria. Sin embargo, Sindelar, un patriota austriaco y uno de los mejores jugadores de su época, anotó uno de los dos goles que llevarían a Austria a derrotar a Alemania, aquella victoria no sólo fue deportiva,  supuso una derrota moral sobre el nazismo y tuvo consecuencias desastrosas para Sindelar. La mañana del 23 de enero de 1939 Sindelar fue hallado  muerto en su casa.

La policía se apresuró en cerrar el caso y dijo que había sido un suicidio. Más de 40.000 personas acudieron al entierro. La muerte del “Mozart del Fútbol” fue una tragedia nacional y futbolística. Este futbolista es considerado hoy en día una leyenda. Sindelar con su gol y su determinación a no dejarse vencer, dio esperanza al pueblo austriaco en tiempos oscuros.

Desde hace años se han incorporado al fútbol, desgraciadamente para los aficionados al deporte, grupos de ideología ultraderechista e izquierda radical, cuyos miembros se les denomina “hooligans”.  Estos grupos se originaron en Inglaterra durante los años 60 y provocaron  tragedias como la de Heysel en la final de la Copa de Europa de 1985:

“La tragedia de Heysel” fue un acontecimiento extra-deportivo en el cual los Hooligans del Liverpool se echaron encima de los aficionados del Juventus de Turín provocando una avalancha humana y la muerte de 38 personas. Este hecho provoco que se tomaran numerosas medidas contra los causantes y también para evitar cosas similares en el futuro, pero estos grupos RADICALES no han desaparecido hasta el día de hoy. Los Hooligans usan el fútbol como escenario para descargar una violencia generada desde fuera y que nada tiene que ver con el ámbito deportivo. Los “hooligans” se expresan a través de actos vandálicos, tifos y la música.

El último caso más conocido, en el que el fútbol se vio reflejado en la política ha sido el de Silvio Berlusconi, quien pasó de la presidencia del AC Milán a Presidente del Gobierno de Italia gracias su enorme influencia mediática y su imperio económico. Este ejemplo demuestra el poder del dinero y los medios de comunicación que influencian a la sociedad actual y usa el fútbol como uno de sus agentes. Muchos gobiernos participan también con sus legislaciones. Ha habido numerosos entrometimientos políticos como nos muestran el Caso Bosman en la Unión Europea, la Ley Pelé en Brasil o las leyes sobre los derechos de retransmisión.

Desde hace mucho tiempo que ha quedado confirmado de que el fútbol es una forma de entretener al pueblo para así poder manejarlo más fácilmente. Durante muchos años, los amantes del fútbol hemos permitido que gobiernos y empresas lo utilicen para beneficiarse, hemos tolerado que los aficionados conviertan los estadios en un campo de batalla y en medio de todo eso hemos olvidado el sentido de este deporte. Es hora de que volvamos a recordar la belleza de este deporte y a pesar de que apoyemos a diferentes equipos, según nuestras preferencias, no debemos olvidar que al fin y al cabo somos aficionados del fútbol!


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