Revista Educación

Galápagos (VI)

Por Siempreenmedio @Siempreblog
Lobos marinos en la playa de La Lobería (San Cristóbal, Galápagos). Crédito: Natalia Ruiz.

Lobos marinos en la playa de La Lobería (San Cristóbal, Galápagos). Crédito: Natalia Ruiz.

A la playa. ¡Yuju!

Llegamos a La Lobería y lo primero que nos azotó en toda la cara fue la tremenda peste a pescado. Madre mía. Qué olor más nauseabundo.

Pues claro. ¿Qué nos creíamos? ¿Que aquello iba a oler a flores?

Una playa ocupada (literalmente) por leones marinos en manada. Teníamos que ir sorteándolos. Hay una norma que dicta que los humanos no pueden acercarse a más de dos metros de los animales de las Galápagos. Pero nadie dice qué hacer cuando son ellos los que se acercan a ti. Así que íbamos con mucho cuidado para no molestar. Intentando que nos ignoraran. La mayoría permanecían dormidicos, así que bien.

La arena de la playa se mezcla tanto con las cacas de los leones marinos que ya no se sabe qué es qué. Muy probablemente muchas de las playas donde reposan estos magníficos nadadores sean ya exclusivamente brillante “caca de poison” (caca de pescado, porque las cacas de los leones marinos son pescaditos procesados). Las cacas (y perdonen la insistencia descriptiva, pero es que no hice fotos de las cacas -aunque debería haberlas hecho-) son cilíndricas, alargadas y bastante claras, casi blancas. Por eso no se distinguen de la arena. Vamos, que es una playa repleta de cacas que huele intensamente a pescado.

Logramos atravesar el “área de descanso” de los leones marinos y llegamos a una zona alrededor de un faro cuyo suelo estaba formado por pre-arena. La llamo así porque aquello no era arena: eran los restos aún no desmenuzados de lo que en el futuro sería arena. Era maravilloso: diminutos trozos de conchas, las partes que forman el esqueletos de los erizos (eso lo descubrí después) y supongo que restos de piedra volcánica… ¿es posible que lo que dentro de cientos de años sea una playa de fina arena blanca haya sido antes una aglomeración de diminutos cadáveres de bivalvos, caracolas, erizos y cacas de lobo de mar?

Pues sí.

Y tan bonito, oigan.

Pre-arena de la playa de La Lobería (Isla San Cristóbal, Galápagos). Crédito: Natalia Ruiz.

Pre-arena de la playa de La Lobería (Isla San Cristóbal, Galápagos). Crédito: Natalia Ruiz.


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