Revista Cultura y Ocio

Galería de favoritos 23 / Frank Sinatra

Por Calvodemora
Galería de favoritos 23 / Frank Sinatra
Hay fotografías que registran todo el esplendor del modelo: captan una esencia, el magisterio de su oficio, cierta voluta invisible de rara perfección que incluso ellos mismos desconocen y que la cámara roba. Hay quienes, gozando de genio, no han sido pillados en un momento de esa vehemencia estética y quienes, no abundando en carisma ni en talento, tienen la bendita suerte de que un fotógrafo, tocado por el numen infinito, los salve del olvido y los eleve, merced a quien sabe qué inargumentables premisas, al olimpo mismo. Esta fotografía deFrank Sinatra en el estudio de la Capitol Records, cantando tal vezLove's been good to meoAngel eyes(que era una de sus favoritas) oI've got you under my skin(la mía) pertenece al muy escaso inventario de obras maestras en las que se matrimonian todos esos elementos infinitesimales que procuran, al final, todos ya hilvanados y en armonía, la perfección misma. Yo no me canso de verla. Además sé que detrás de la foto está la música: la que me ha hecho feliz y me ha entristecido, la que me ha zarandeado y me ha abandonado después sin atenciones, la que me ha dado más que mucha gente con la que comparto conversaciones y gestos. Eso tiene Frank Sinatra, eso (a dentelladas) da la música. No hay vez en que al escucharlo no sienta que todo cobra un repentino sentido. Entiendes lo que antes no, posees la convicción de que no importará perder esa revelación (la de la felicidad, aunque dure cuatro minutos a lo sumo) porque está al alcance, se puede volver a sentir, hace falta muy poco para que uno se impregne de ella y sienta cómo nos rebosa adentro y puja por salir, por el goce puro de las canciones. Las de Sinatra (cientos) son parte mía, me han acompañado en casi cualquier cosa que me haya sucedido, en las alegres y en las tristes. Era la suya la voz del consuelo y de la emoción. Creo que no se esforzaba mucho en cuidarla. Bebía, fumaba y gritaba. Cantaba como hablaba. Esto se aprecia nada más empezar a embocar una melodía. Escuchas a Sinatra y crees que te está hablando. No le suponía un esfuerzo, ninguno. Desde ser el frontman de Henry James y después de Tommy Dorsey en los clubs de Nueva York hasta los casinos de Las Vegas, Sinatra hizo de todo: fue político, fue gangster, fue rey. Para su muerte, pidió que pusieran una botella de Jack Daniel's en su ataud. Bebió una al día (treinta y seis tragos, afirmaba) en los últimos treinta años de su existencia. Hoy, nada más levantarme, he puesto un disco de Sinatra, un recopilatorio. Los domingos son de Sinatra. Huele a café y Sinatra se oye pasillo abajo. Hace un sol estupendo, pero Sinatra era más de las noches, como los extraños de la canción. 

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