Las galettes son una variedad de crepe típicas de la bretaña francesa. La diferencia principal con el crepe es que la galette está hecha con trigo sarraceno (que le da un sabor completamente distinto al del crepe, palabrita). Se suelen rellenar con toda clase de ingredientes: huevo, salmón, champiñones, jamón… casi todo lo que te imagines puede ir dentro de una galette.
Mi primera experiencia con este plato fue en un restaurante francés especializado en galettes y desde entonces soy muy fan, porque a mi eso de poder poner todo lo que se me ocurra en una porción de masa, me conquista. Hablando de galettes, pizzas y quiches pierdo el sentido :P
Como últimamente veo muchas recetas y fotos de galettes en blogs y redes sociales, se me ocurrió hacer mi propia versión en casa. No es una galette al uso, la vamos a llamar la “versión vaga”, ya que la base no es masa de crepe, sino hojaldre del que compras en el supermercado. El punto importante de la receta es el tomate seco. En serio, no se cómo he podido vivir toda mi vida sin haber probado esto antes, me he hecho adicta y ahora no puedo pasar ni un solo día sin pensar en los dichosos tomates secos en aceite. ¿¿Cómo es que nadie me había informado de que esto existía y estaba tan rico?? Yo, que no puedo ver el tomate natural por las arcadas que me da, ahora descubro los tomates secos y me vuelvo loca, ay.
INGREDIENTES
Una galette es suficientemente grande para dos personas, si la acompañas con algo más, mejor que mejor.
- 1 paquete de masa de hojaldre refrigerada.
- 1 paquete de mozzarella en lonchas (9 lonchas, la décima se la comieron Romeo y Vader porque les encanta el queso).
- 1 bote de tomates secos en aceite, usaremos más o menos la mitad.
- 1 paquete de bacon en tiras, usaremos la mitad.
- Romero y tomillo.
PREPARACIÓN
Precalentamos el horno a 210º y mientras se calienta, montamos la galette: Extiende la base de hojaldre sobre la rejilla del horno (puedes aprovechar el papel que la envuelve para hornearla). En el centro de la base, coloca las lonchas de mozzarella de manera que la base quede bien cubierta. Es importante que dejes un margen en los bordes, tres dedos más o menos, para luego poder cerrar la galette. Yo hice dos pisos de cuatro lonchas cada uno, más una loncha en el centro.
Ahora añade una parte del bacon, bien repartida sobre la mozzarella. Escurre el exceso de aceite de los tomates y coloca cuantos quieras sobre el bacon. Después vuelve a añadir el bacon restante por encima y añade el romero y el tomillo al gusto. Os recomiendo no usar orégano, ya que mata bastante el sabor del resto de ingredientes ¡y eso no está bien!
Por último, cierra los bordes de la masa de hojaldre sobre los ingredientes, como si fuera la solapa de un sobre. Puedes pintar el hojaldre con huevo para que quede más dorado (yo no lo hice). Pincha cada pliegue de masa con un tenedor y después hornea durante 25-30 minutos, o hasta que la masa esté hecha y el contenido de la galette burbujee.
Está riquísimo. Me encanta que sea tan ligero y que puedas utilizar los ingredientes que tengas por la nevera, o incluso hacerlas en versión light. Por aquí estamos deseando repetir, esta vez con relleno de champiñones y calabacín, ñam.
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