Revista Psicología

Ganan los jugadores, pierde el entrenador.

Por Saval

Publicado por Álvaro Saval

Benítez, Mourinho, Rodgers, Paco Herrera, Nuno, Alcaraz... llevamos poco tiempo de competición pero ha sido suficiente para que personas encumbradas y glorificadas hace pocos meses sean ahora parias, inútiles que no entienden si la pelota es redonda, cuadrada o un objeto irreal. No es cuestión de fútbol, esto sucede en todo.

Hace unas semanas había bastante revuelo con unas consideraciones sobre Marina alrededor de si los profesores/as debían cobrar más o menos en función de los resultados académicos. Es algo que, si lo analizamos, es bastante curioso. Se pone la responsabilidad de todo en este mundo en los sujetos (la culpa más que la responsabilidad) pero en cuestiones como pueden ser estas situaciones académicas o deportivas la responsabilidad no es de quienes juegan o estudian sino de un eslabón que se entiende más débil como puede ser el entrenador/a (es más fácil despedir a uno que a doce, veinte o la cantidad que sea en función del deporte) como puede ser el profesor/a (aaaaaaaaay pobre infancia que no recibe la motivación suficiente).

En cambio si vemos un par de capítulos de "El jefe infiltrado" entenderemos que la culpa de que el negocio vaya mal (o no tan bien) es de los empleados y no del jefe. Que se supone que debería "motivar", "dirigir", "liderar" o cualquier concepto que esté de moda en ese momento igual que se les exige al entrenador/a o al profesor/a. Pero (sorpresas de la vida) siempre es víctima de uno trabajadores vagos e indeseables.

Aquí la cuestión fundamental es que no se debe nunca generalizar porque entre los entrenadores del principio los habrás más o menos responsables de la situación de sus equipo igual que entre el profesorado o entre los jefes.

De todas maneras, si entrenas, das clase o diriges algún grupo de gente en tu vida la frase del título es esencial. Que antes de que te echen la culpa de algo ya sepas que tenías que mejorar.


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