Revista Coaching

GAPformación en la revista Equipos

Por Gapformacion @gapformacion
La formación como prioridad: no matar al mensajero, sino formarlo 
Estamos acostumbrados a ver cómo las empresas invierten gran cantidad de recursos en ofrecer  una imagen cuidada ante la sociedad, a promocionarse y crear una cultura de marca lo más favorable posible ante su público objetivo y ante sus clientes. 
Pero, ¿nos planteamos si es suficiente? ¿Sería más coherente y  sencillo invertir en desarrollar de un equipo sólido y profesional? ¿No son los profesionales que tenemos dentro los que deberían dar una visión competitiva y transparente de las labores que lleva a cabo  su empresa? Invertir en los potentes mensajeros que son los empleados, invertir en conservar  el talento de los trabajadores debería ser el pilar base en el que se estructura la empresa. GAPformación en la revista EquiposCon un mercado tan amplio como el que hay en laactualidad, el público ya no se deja impresionar por una gran campaña y vamucho más allá.  Quiere resultados. Hechosy no palabras. Con el ritmo de vida actual, lo que todos buscamos antecualquier complicación en un servicio contratado es una resolución rápida y efectiva,a lo que hay que sumar un trato personalizado y amable.

Es aquí cuando se llega al momento crucial. Laorganización debe poner en una balanza quién o quiénes son su prioridad. Qué eslo que quiere poner en valor dentro de su equipo de colaboradores.  Cuál será su factor diferenciador. Es entonces cuando se enfrentan a la decisión dela cual puede depender en gran medida su imagen y credibilidad.Si como resultado gana la formación y la gestión deltalento, la empresa tendrá que hacer un esfuerzo para demostrar a  sus empleados que son importantes, que son sumejor activo. Porque invertir en ellos, es a corto plazo invertir en laempresa. Si invertimos en mejorar su actitud, en ayudarles ydarles pautas para que su trabajo sea más brillante y aligerar lascomplicaciones que puedan surgir en su día a día, su esfuerzo y compromisocrecerá proporcionalmente al que se tiene para con ellos. ¿Qué supone esto? Unafidelidad máxima que redunda en la visión que tienen de la empresa en la quetrabajan. Y si esto es algo fundamental en cualquier contexto, lo es más en elactual lleno de incertidumbre en torno al tema laboral.  LA FORMACIÓN ESPECIALIZADA EN LA ATENCIÓN AL CLIENTE. Es importante que lostrabajadores se reciclen, y esto cobra especial importancia cuando hablamos delpersonal que utiliza el teléfono como instrumento de trabajo. No hay queolvidar que son la primera toma de contacto que el cliente tiene cuando sedirige a la empresa. Por ello, para bien o para mal, dejando de lado la graninversión publicitaria o el marketing, son la voz de la compañía. Eso tambiénes marketing.Hay que desmontar uno de los grandes mitos en lasrelaciones con los clientes a través del teléfono.  No es solo sobre un call center sobre quienrecae la responsabilidad de lo que la compañía hace o vende, no son los únicosque tienen que recibir formación sobre cómo tratar al cliente, cómo estructurarla llamada o gestionar y optimizar el tiempo al teléfono. Cualquiera  que tenga contacto con los clientes de unaorganización a través de este medio debe saber cómo sacarle rendimiento a unacomunicación que puede ser determinante en la imagen que ofrece esa empresa.Todos deberíamos conocer cuáles son las técnicas a utilizar para saber solventarun contratiempo, para “saber no saber”,  aprendera “decir no”, negociar con habilidad unas tarifas o “poner deberes” y presión aun miembro del equipo. Saber cómo transmitir energía, poder, valor,transparencia o confianza por teléfono es todo un reto.El aprendizaje es crecimiento. Es necesario que lasempresas asumamos que poner a disposición de los empleados una formación decalidad en ámbitos concretos, que fortalezca tanto la actitud como la aptituden el trabajo como un plus y una diferenciación respecto al resto. Nos encontramos en un momento en el que se puede producirde todo, en cualquier lugar y ciñéndose a unos costes muy parecidos, por ello,la empresa que opte por competir en esas áreas lo tendrá difícil, ya que aunqueconsiga tener una ventaja competitiva en esos factores, será tan ligera y pocoestable, que no merecerá la pena apostar por ella porque sus competidorespodrán rebasarla en cualquier momento. Por el contrario, la compañía queapueste por la diferenciación basándose en el valor añadido que supone tener uncapital humano formado en todas sus parcelas puede lograr una ventajacompetitiva casi inalcanzable.Queda claro que el beneficio de la formación no es solopara el profesional que la recibe, pues  la empresa hace una inversión para enfrentarsea sus retos del futuro. Son muchos los puntos positivos, entre ellos, elevar elnivel de satisfacción en el puesto de trabajo, lograr metas individuales yconjuntas o alcanzar la excelencia entre otras. Hay que tener claro que laformación es un proceso, por lo tanto es recomendable desarrollar planesformativos continuos, reciclar cada cierto tiempo para de este modo refrescarlos conocimientos ya adquiridos y aumentar el abanico de posibilidades quetiene ante sí el profesional.Por la experiencia que tiene GAPformación en el sectorformativo,  las empresas que inician unproceso formativo con nosotros que implique mejorar su relación con losclientes tanto internos como externos, reiteran su  confianza en nosotros .MUNDO 2.0: LA PUERTA AL FUTURO. Hablar de formaciónobliga a hablar de redes sociales y todos los nuevos canales de información quesurgen día a día y que se están convirtiendo en un canal accesible y en algunoscasos peligrosos para las empresas. Como en cualquier ámbito, el que sediferencia y actúa con rapidez es quien logra el éxito. La formación en esteárea está aún por explorar para muchos, pero es necesario estar atentos yposicionarse. Es necesario que tanto las empresas como las personas quetrabajan en ellas sepan cómo utilizarlas, sacar más partido a lasfuncionalidades que ofrece y estar presente de manera correcta y efectiva,creando un perfil atractivo y que resulte resolutivo para los clientes y elpúblico en general.Es el momento de que muchosdirectivos analicen sus presupuestos y decidan en qué invertir, si en unaimagen segura que influya directamente en el beneficio interno de la empresa o enuna imagen exterior que no garantice el éxito. Es la hora de invertir en ambasvertientes.



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