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Gatos en abanicos

Por Nazarinasociacion
Abanico de Halloween (1920)

Abanico de Halloween (1920)

En la segunda mitad del siglo XIX los abanicos volvieron a estar de moda después de un periodo relativamente corto de abandono. París había sido la capital del abanico, pero solo contaba con 15 fabricantes en 1827, y Jean-Pierre Duvelleroy, que entonces tenía 25 años, estaba convencido de que este accesorio caído en desgracia después de la Revolución francesa volvería a ponerse de moda y fundó la casa Duvelleroy.

Abanico de papel victoriano (Starkey y Scowden)

Abanico de papel victoriano (Starkey y Scowden)

Abanico donado al Metropolitan de Nueva York por la Sra. DeWitt Clinton Cohen

Abanico donado al Metropolitan de Nueva York por la Sra. DeWitt Clinton Cohen

Dos años más tarde, un acontecimiento inesperado le ayudaría inmensamente: la duquesa de Berry, madre del heredero al trono, dio un baile en el palacio de las Tullerías en mayo de 1929 en el que las damas bailaron una cuadrilla abanico en mano. Bastó con un baile para que la moda de los abanicos volviera a imponerse y para lanzar a Duvelleroy.

Abanico gatos, era victoriana

Abanico gatos, era victoriana

Adolphe Thomasse

Adolphe Thomasse

Se sabe mucho de Duvelleroy y muy poco de Adolphe Thomasse, del que nos interesaría disponer de más datos sobre su vida. Solo hemos podido descubrir que nació en 1850 y murió en 1930. Era un pintor francés que se dedicó a los paisajes con animales, como por ejemplo un bosque con un ciervo o una especie de selva con un tigre. No creemos que fuera famoso, ni mucho menos, y si le mencionamos en este artículo es porque era uno de los pintores contratados por Duvelleroy para decorar los abanicos más costosos.

Gato Mosely (Adolphe Thomasse)

Gato Mosely (Adolphe Thomasse)

Otro abanico de Thomasse

Otro abanico de Thomasse

Thomasse, que debía amar a los animales, representó a muchos en sus abanicos, y entre ellos a varios gatos como los que incluimos aquí. Duvelleroy tenía una sucursal en la calle Bond de Londres y los abanicos de Thomasse con gatos hicieron furor en Inglaterra durante la era victoriana, dando pie a abanicos de menos precio e impresos en serie con toda clase de motivos felinos.

Felicitación navideña victoriana

Felicitación navideña victoriana

Volviendo al famoso fabricante de abanicos, debía de ser una persona con un gran espíritu comercial ya que se le ocurrió incluir un pequeño folleto impreso con el “lenguaje del abanico”, que según las malas lenguas él mismo inventó, para promocionar sus abanicos. La casa londinense se mantuvo abierta hasta el año 1965, y en 2012 el heredero Michael Maignan, en colaboración con Raphaelle de Panafieu y Eloïse Gilles, volvió a abrir la tienda con una colección de abanicos artesanos cuyo precio ronda los 1.800 euros cada uno.

El gato Perico (Barcelona, 1940)

El gato Perico (Barcelona, 1940)

El gato Perico (reverso)

El gato Perico (reverso)

Incluimos el anverso y el reverso de un abanico con el “Gato Perico”, fabricado en Valencia alrededor de 1940. El gato Perico no es otro que el gato Felix que llegó de Estados Unidos en 1927. Por cierto, si a los seguidores del Espanyol se les llama “periquitos” es gracias al gato Perico, pero eso es otra historia.

Incluimos en esta entrada una curiosa felicitación navideña de la era victoriana en forma de abanico con ocho gatos pintados que reza: “Les deseamos una alegre Navidad”; así como el abanico “gatuno” que formaba parte de la enorme colección de abanicos que la Sra. Dewitt Clinton Cohen donó al Museo Metropolitano de Nueva York en 1939, y un curioso abanico de los años veinte diseñado especialmente para la fiesta de Halloween.


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