Revista En Femenino

Gen Búho

Por Peineta

El post de hoy es de esos de pura terapia maternal, cuando sé de sobra que hay más de una y que lo mío con el tiempo tiene cura, pero o lo cuento o reviento. En esta vida las personas están llenas de virtudes y defectos, por no decir que cada uno tiene sus vicios o necesidades. Yo confieso tener la virtud de poder estar dormida, si me dejan, hasta las 11 de la mañana y como vicio confesable tengo la necesidad 8 horas de sueño. Hasta aquí todo correcto.

Fui madre por primera vez hace seis años y medio y en aquel entonces creí haber terminado con mi sueño de modelo, o vicio de planchar la oreja. Pero ilusa de mí, no tenía ni idea lo que era no dormir de verdad. Sí señores, a día de hoy neskatilla ha conseguido beatificar a su hermano en lo que a concepto conciliar sueño y descansar como madre se refiere. Había oído de la leyenda de los niños que no dormían, pero como siempre hasta que no te toca vivirlo en persona no terminas de creértelo. Entonces hace 19 meses llego ella, con sus ojos grandes y su mirada directa. Me enamoró a la primera pero también me mató al instante.

Gen Búho

Ella vino dispuesta a derrumbar de golpe todos los mitos positivos de la maternidad que su hermano había trabajo con mimo y esmero. De todos ellos hay uno que persiste, que deja huella y que a veces pienso que puede llegar a acabar con mi cordura. El sueño.

Soy madre de una criatura que lleva por bandera el hastag "dormir es de cobardes" o sencillamente "está sobrevalorado". No me ha dado ni la más mínima tregua. Es decir, ha dejado claro que planchar la oreja no es lo suyo. Qué dormir como un bebé no lo inventó alguien de su especie y que la resistencia del cuerpo humano es mucho mayor de lo que creemos.

Total, que lo que para mí era una virtud se ha convertido en un sueño inalcanzable y lo que era un vicio, un lujo total. Sé que en algún momento esto cambiará (la esperanza es lo último que se pierde), pero sé que ese momento aún es lejano por experiencias cercanas y claro, no sé si resistiré. Empiezo a considerarme una más de la raza de los mapaches o los osos panda. Empiezo a plantearme comprar cemento en pequeñas cantidades para taparme las ojeras y sobre todo empiezo a plantearme sino aprender a dormir de pie y con las gafas de sol puesta, así tal cual.

Gen Búho

El extra o bonustrack que traía aquí la niña de mis ojos, es que además de no dormir, cuando lo hace, lo hace tan ligeramente que he tenido que aprender a levitar cual David Copperfield, tener que hacer voto de silencio en horas claves que ni en un convento de clausura y sobre todo tener claro que la noche es una franja horaria en la cual voy a hacer más ida y venidas que un taxi de ciudad un sábado por la noche. Este síntoma es compartido con el padre de las criaturas, que ha pasado directamente de ser insomne a zombi, y su hermano ha tenido que ver cómo le despiertan cada fin de semana y cada siesta que se propone (el sí era un bebe de libro).

Esto todo he decidido llevarlo con humor y bautizarlo como gen búho contra el gen marmota de su hermano. Pero claro hay que sumarle uno más heredado de su padre que hace que me remate. Es decir primero me tortura y luego me da la estocada final. Se llama gen-gallo, es decir no sólo duermo ná y menos pa colmo me despierto más temprano que el panadero del barrio ya sea día laborable o festivo, haya trasnochado o tenga fiebre. Cada dos meses tienes la suerte de poder vivir en persona una siesta de dos horas, siesta con la que no cuentas y por tanto no aprovechas, siesta que hace en presencia de gente foránea para dejarte por mentirosa.

Gen Búho

Este tipo de gen búho llega a tener una resistencia de 10 horas non-stop con solo meses de vida que según crece sigue igual, llegando a vivir momentos de tensión por pensar que esa tarde puede ser el infierno. Por suerte muchos de esos días y bajo tu mirada atónita suelen pedir clemencia bajo la cuna y tu cual sierva procedes a ponerle en esa cuna que debe tener pinchos ocultos.

En fin, mi hija dormir lo que se dice dormir no lo hace con mucho fundamento. Yo lo llevo como puedo, a veces mejor y otras peor, pero si estás leyendo esto simplemente quiero que sepas que no está sola, que somos muchas y que con cuatro canas más y ojeras cual hoyos de golf, saldremos de esta más locas que cuerdas y algún día dormiremos hasta las 10 del tirón y sin compasión.

*Las fotos de este post son de mi propiedad


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