Revista Economía

Gobernados por inutiles

Publicado el 31 marzo 2013 por Torrens

A mediados de la última semana de marzo el Ministerio de Hacienda informó que siguiendo instrucciones del Eurostat (organismo estadístico de la Comisión Europea) el déficit correspondiente al año 2013 se incrementaba en 2.476 millones de Euros, equivalentes a casi 25 centésimas (por si alguien ya no entiende lo de centésimas aclaro que son puntos básicos). La razón es que para rebajar el déficit, las devoluciones tributarias por IRPF, IVA e impuesto de sociedades que se debían haber efectuado en 2012 se traspasaron al 2013, cuando las normas del Eurostat establecen que incluso en caso de devoluciones que forzosamente se efectúan al año siguiente debe provisionarse su importe en el ejercicio en que se han producido, o dicho de otra forma, aquellas devoluciones que por razón de fecha no queda más remedio que efectuar al año siguiente, deben contabilizarse en el año en que se liquidó el impuesto.  Esta es una norma que se estableció hace casi 20 años, en 1995, y que los gobiernos españoles nunca habían cumplido, aunque el pastel se ha descubierto al prácticamente desaparecer del cierre de cuentas del Presupuesto el propio concepto de devoluciones fiscales al haber traspasado todas las del 2012 al año siguiente. Es decir, si no se hubiesen pasado de rosca muy probablemente no les habrían pillado.

Cuando era director financiero de Motor Ibérica, a principios de los 70’ del siglo pasado, el contable responsable de todas las cuentas de la empresa no tenía más de 40 años, pero una larga experiencia porque se había sacado el peritaje mercantil trabajando en contabilidad desde que era un adolescente. Según él la norma básica y fundamental de todo buen contable era no llevar a cabo el cierre de cuentas del ejercicio sin conocer los resultados que esperaba el gran jefe de la empresa. El buen contable, como hacen (casi) todos, jugaba con los conceptos, criterios y magnitudes para acercarse lo más posible a los deseos del gran jefe, pero existía lo que ahora se llama una línea roja: cualquier manipulación debía permitir salir airoso de la situación en que algún inspector de Hacienda, accionista o consejero la descubriese. Por decirlo de otra manera, toda manipulación incluía los argumentos a utilizar en caso que alguien pretendiese sacarnos los colores a la cara, y solo si estos argumentos eran claros y contundentes se manipulaba. Eso a pesar de que las manipulaciones que se practicaban en ningún caso suponían desvirtuar el resultado final de la empresa, es decir, nada ni tan solo parecido a Bankia.

Por lo visto nuestros gobiernos no actúan con la inteligencia de la empresa privada y como que están convencidos de que los demás son idiotas pensaron que también lo son los técnicos de la U.E. sin darse cuenta que la gran estupidez de la U.E. está a altos niveles políticos pero no a nivel técnico.

Cuando uno está negociando una cierta flexibilidad en el establecimiento de topes al déficit, y cuando el año pasado ya se equivocaron el anterior gobierno y el actual, el gobierno central y algunas CCAA, no es el momento de andarse con los típicos jueguecitos de la Administración Pública española, capaz de demostrar la cuadratura del círculo a bastonazos. De todas formas el prestigio de nuestros gobernantes está tan a ras de suelo que no creo que baje todavía más aunque lo intenten. Como dice mi amigo Marti, técnico de la U.E. ya jubilado, en Bruselas opinan que a la hora de mentir, al menos los griegos estaban asesorados por Goldman Sachs.

En la misma rueda de prensa, la Sra. Marta Fernández, secretaria de Estado de Presupuestos, también informó que en Febrero último los ingresos del Estado por IRPF descendieron un 5,2 %, los ingresos por IVA un 5,9 % y los del impuesto de sociedades descendieron en 2.248 millones. El 21 de julio del año pasado, en unas notas que mandaba por mail a mis amigos antes de abrir el blog, dije que aceptaba apuestas sobre que Irlanda, todo y soportar también una inmensa burbuja inmobiliaria, iniciaría su recuperación antes que nosotros, y, por lo visto hasta ahora, si alguien hubiese aceptado la apuesta yo la estaría ganando de calle. La razón no es otra que el problema de Irlanda está gestionado por políticos inteligentes mientras nuestro problema está gestionado por inútiles. Mientras el gobierno de España efectuó una subida bestia de impuestos y prácticamente frió a nuevos impuestos y tasas a los ciudadanos, el de Irlanda, a pesar de tener uno de los niveles de imposición más bajos de Europa, no solo se negó a aumentar los impuestos, sino que redujo el IVA aplicable al turismo y ocio.

Cuando en el segundo trimestre del año pasado el Sr. Montoro anunció la tremenda subida de impuestos ya anticipé que el resultado sería que sufriríamos un importante aumento de la recesión, y muy probablemente se podría dar el caso que finalmente los ingresos del Estado no solo no aumentasen sino que se redujesen. No hice todas estas previsiones porque sea un genio de la economía con el que se ha cometido la injusticia de no darle el premio Nobel, porque prácticamente todo el mundo, expertos o no, decía lo mismo. Los únicos que no se enteraron fueron los miembros de nuestro gobierno que desgraciadamente no siguieron el ejemplo irlandés e italiano de no aceptar la condena a muerte que les imponía el FMI y Frau Merkel.

En mi opinión las consecuencias muy negativas de esta barbaridad tienen dos graves conclusiones una a nivel de España y otra a nivel de la Troika.

La profundidad de la recesión en España y su gestión demuestran día a día que este país no tiene remedio. No lo tuvo en el pasado, no lo tiene ahora y no creo que lo tenga en el futuro, al menos mientras la Oligarquía lo esté controlando. Por un lado los políticos oligarcas jamás se equivocan, jamás reconocen que se equivocaron y en consecuencia jamás tienen razón alguna para rectificar, y si alguna vez lo hacen la responsabilidad siempre es de las circunstancias externas o de la propia ciudadanía. Si algo está claro en esta vida es que el paso decisivo, fundamental e imprescindible para solucionar un problema es reconocer sin tapujos que el problema existe. Este principio fundamental es totalmente desconocido por nuestros gobernantes, y así nos va. Por otro lado el país tiene menos memoria que un pez. Muchos periodistas vaticinaron el empeoramiento de la recesión a causa del aumento de impuestos y tasas, y sin embargo el anuncio de la Sra. Fernández sobre la caída de ingresos del Estado ha pasado prácticamente desapercibido. Por otro lado la cosa tiene fácil explicación, ¿Cómo puede funcionar mínimamente bien un país donde los dos personajes más famosos son la ex de un torero y una amiguita del Rey?.

En lo que a la Troika se refiere, las absurdas medidas que impone Frau Merkel desde el 2010, austeridad cargada solo sobre las espaldas de la ciudadanía combinada con liberalismo salvaje, el FMI las viene aplicando desde hace más de 30 años, a pesar de que la historia de la institución y sus medidas la forman un largo rosario de desastres estrepitosos y ni un solo éxito. Encima, en todos los casos los países con problemas no los han empezado a solucionar hasta que se han olvidado del FMI, o el FMI se ha olvidado de ellos, y los únicos países que han acelerado la solución de sus problemas son los que, tal como hizo Argentina hace algo más de 10 años, después de empeorar el problema por aplicación de las medidas del FMI, los mandaron a paseo y pasaron a hacer casi lo contrario de lo que ordenaba el FMI. Todo porque por más discursos teóricos que publique, el FMI defiende en exclusiva el interés de los grandes grupos financieros. Si alguien consigue entenderlo primero y explicarlo de manera comprensible después, si sería una injusticia no darle el premio Nobel.


GOBERNADOS POR INUTILES.


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