God Willin´& The creek don´t rise - Ray Lamontagne & The Pariah dogs (2010)

Ray Lamontagne

Cada vez me repugna más el juego que se traen las grandes discográficas y la industria musical. Tratan a los artistas como insignificantes productos, de los que sólo interesa conseguir el mayor beneficio $$$
La moda es encumbrar a guapetes chavalines manipulables (Kate Perry, Miley Cyrus, Justin Bieber...), que los medios y el vulgar populacho, se encargan de endiosar.
¿Y qué pasa con los buenos músicos. Aquellos que tienen calidad a raudales, y pasan del mamoneo. Los que saben tocar la fibra con sus canciones, y sus letras noquean cual crochet en el mentón?
Estos se buscan la vida. Se auto producen sus propios discos en sus casas. Tiran de amigos músicos para las grabaciones.Y hacen jodidas maravillas en forma de canciones, que dejan sin aliento al oyente. Lástima que los medios pasen de sus culos! A estos difícilmente les veremos haciendo el paria en "El Hormiguero". Por eso, me gusta tanto Sextohombredigital, porque al menos aquí se habla de ellos!
Hoy turno para el cuarto álbum de estudio de nuestro granjero preferido de Massachussetts, Ray Lamontagne, al que se le puede aplicar todo lo dicho anteriormente (aunque en su país se le reconoce). Señor discazo el que ha producido en su granja con su nueva banda, The Pariah Dogs. A los ya habituales Jennifer Condos y Eric Heywood, se han unido dos figuras de primer orden, para darle mayor calidad si cabe al proyecto. Uno de los mejores bateristas del folk-rock americano, Jay Bellerose y el genio del pedal steel Greg Leisz.
God Willin´& The creek don´t rise, está formado por 10 cuidadas canciones, interpretadas con extrema sensibilidad, donde la excepcional voz de Ray, brilla con luz propia, acompañada por las soberbias melodías interpretadas por su banda. Una demostración de lo que es el buen Folk y la Americana, conjugados a la perfección con un Blues y Soul de quilates.
Sin duda un discazo que gana con cada escucha. Exquisito en matices, cuidado con mimo cada pequeño detalle. Todo está en su sitio y suena en su debido momento (perfecta entrada del pedal steel, ahora las armónicas, perfectas guitarras acústicas, el acompañamiento del bajo...). Nada sobra, todo suena a la perfección. La suavidad vocal de Ray te arrastra, te lleva y hace que te evadas del mundo. Sin duda un disco de los que merece la pena escuchar una y otra vez. De lo mejorcito del año, sin duda. Escúchalo aquí! ;)