¿Golpe?

Hay cosas muy extrañas en todo lo que rodea al confuso golpe del pasado viernes en Turquía. Demasiado chapucero y con listas de sospechosos demasiado precisa a las pocas horas de haber terminado.  Un golpe militar no es nunca una solución. Pero la ilegitimidad de este procedimiento no otorga legitimidad al autoritario gobierno de Erdogan, que está gobernando desde hace meses contra el débil Estado de derecho turco. La democracia no es sólo votar: también es respetar a las minorías y no alterar de manera unilateral las reglas del juego.  En fin, un problema serio a la vista. Algunos militares querían volver al siglo XX mientras que el sultán quiere retroceder hasta el siglo XIX.