Revista Opinión

Gordos, pero pobres

Publicado el 26 agosto 2018 por Liberal

Una de las cosas más llamativas de Estados Unidos es la cantidad de gente gorda, incluso con niveles de obesidad mórbida que ha ido aumentando desde la década de los 80 (época en la cual Reagan y Thatcher vendieron sus países a la banca con el beneplácito de una población ignorante pero con poder de voto). Es curioso porque la imágen, el estereotipo del “estadounidense típico” hasta los años 70 era un hombre o mujer alto, blanco (anglosajón de origen) y DELGADO. Precisamente, de esa imágen bastante cercana a la realidad histórica surgió la “Barbie” y “Ken”…ahora bastante políticamente incorrectos porque EEUU ha sufrido una brutal modificación demográfica en la cual ahora todo el mundo se ofende por cualquier cosa. Normal, porque cuando ya tienes un país de gentes con orígenes demasiado distintos, ya no tienes una cultura común, ya no tienes sociedad más allá de poder conectar con gente de tu raza o étnia. Pero bueno, eso es debate para otro momento. Vuelvo al tema de la obesidad:

La cuestión se pone más complicada cuando nos damos cuenta que no solo hay obesidad, sino que además en el caso americano, cuanto más pobre seas, más probabilidad tendrás de ser gordo. En el caso de la población de raza blanca, mientras más pobre y rural, más gorda y mientras más “educada” y “urbanita” adinerada, más delgada. NO necesito estadísticas porque mis propios ojos lo comprueban a diario – cuando voy a mi casa rural, me llama la atención la cantidad de gente gorda en el pueblo en comparación con Nueva York ciudad.

En el caso de los latinoamericanos y afro-americanos, la obesidad es incluso MÁS brutal, da igual rural o ciudad. En Nueva York, casi todos los chicos latinos que veo son gorditos…a menudo beben bebidas con altísimos contenidos de azúcar y los padres se alimentan terriblemente. He ahi la paradoja: son pobres, comen mal, pero a la vez también son gordos.

Ha habido varios argumentos. No voy a entrar en todos, pero comparto el siguiente: no es cierto que tener acceso a comida sana en un barrio disminuya la tasa de obesidad. El tener comida fresca y sana cerca de casa no influye para nada en la población en los niveles más bajos de la economía capìtalista. Los niveles de obesidad no se reducen cuando abre un nuevo supermercado en una zona pobre.

**Importante: Esto lo subrayo porque en USA, a menudo en las zonas pobres de las ciudades no hay mucho supermercado…casi todo son bodegas en la esquina que vende todo prefabricado y empaquetado o gasolineras. En una zona realmente pobre, hay más licorerías y gasolineras que supermercados y ni mucho menos hay fruterías. No obstante, aun cuando abren en barrios marginales, la población local sigue gorda.

Desde mi punto de vista, tiene que ver con la escasez. No hace falta tener mucha imaginación para darse cuenta que si tu existencia material titubea con la preocupación constante (y realidad) de sufrir pérdidas, es mucho más probable que te compres un paquete de galletas azucaradas y no un par de manzanas y patatas.

Ahora bien, este argumento ha dado lugar al fenómeno creciente de nuestras sociedades occidentales: echarle la culpa a la víctima. La derecha es experta en echarle la culpa a las víctimas siempre – ¿eres pobre? Será un fallo tuyo. ¿Te violaron? Igual ibas vestida para provocar. ¿Te pegó la policía? ¿Qué habrás hecho para merecértelo? ¿Estás gordo pero encima tienes acceso a comida sana? CERDO IRRESPONSABLE.

Echarle la culpa a la víctima se agrava más en un país como EEUU que siempre ha subrayado la “responsabilidad individual”…aquí no solo suelen echarle la culpa a las víctimas, sino que además lo disfrutan.

Si puedes leer inglés, recomiendo una lectura IMPRESCINDIBLE en la revista “National Geographic” de la autora Tracie McMillan. Se titula “The New Face of Hunger” (La nueva cara del hambre). Pueden leerlo aquí. En el artículo, muy detallado, podemos ver a familias que viven en hogares decentes y encima tienen buenos electrodomésticos, zapatillas Nike Air, móviles de última generación – y todos comen TERRIBLEMENTE MAL. Consumen mollejas de pollo frito grasiento, perritos caliente, nuggets, etc. Si juzgamos por las fotos, todos están gordos y las escenas son realmente tristes.

McMillan dice que una posible razón que explica estos malos hábitos alimenticios tiene que ver con el fracaso del gobierno federal a la hora de reducir los precios de la comida sana. Este argumento tiene cierto mérito–el gobierno federal subvenciona las bebidas azucaradas y los perritos calientes mucho más que las verduras y frutas frescas. Sin embargo, no me convence del todo. Solo basta con ver los precios nacionales en cualquier supermercado decente para comprobar que 1 kilo de galletas o queso industrial cuesta lo mismo que un kilo de tomate, naranjas, plátanos, patatas o arroz. Por eso no acepto aquello de “en USA la comida sana es cara” y por eso los pobres son gordos.

Pero, ¿esto nos obliga a decir que los pobres son los culpables y que ellos eligen su futuro diabético y obeso?

Bueno, si juzgamos por los comentarios de los “iluminados”, muchos lectores piensan exáctamente así. Solo basta con leer varios comentarios (la mayoría) sobre el artículo de McMillan y cuanto más chillón y agresivo, mejor. Copio un comentario típico: “Ver a una familia extremadamente obesa quejarse de que tienen hambre y no tienen suficiente para comer mientras compran nuggets, mezcla de tortitas industrial y otras cosas caras es asqueroso. No voy a derramar una sola lágrima para esta familia de culos gordos que son demasiado tontos y no saben vivir con ingresos limitados”.

¡Cuanto amor! Jesucristo debería estar muy feliz en el cielo que muchos de los que dicen ser sus seguidores se expresan de esa manera. Claro, tales comentario solo revelan que mucha gente es idiota. Hay que pensar en oportunidad y en POR QUÉ tantos americanos pobres optan por llenar su cuerpo de veneno.

En todas las familias entrevistadas por McMillan, hay un rasgo fundamental común: sufren escasez constante…no necesariamente de comida, sino inestabilidad material. Nada en sus vidas es seguro, como tristemente esta nueva economía ultracapitalista sin regulación ninguna demuestra. La precariedad es la realidad para casi todo el mundo ahora en el planeta. Las voces críticas se quejan de que todas estas personas tienen casa en propiedad, móviles, visten bastante bien y que tienen muchas teles en casa. Nadie menciona la precariedad, nadie menciona que toda esta gente está a un paso de poder perderlo todo. Un gasto médico inesperado, un problema con el coche, una pequeña discusión con tu jefe, cualquier cosita que surja podría destrozar sus vidas en cuestión de segundos. Los sujetos entrevistados por McMillan no solo son gordos – están aterrados. Así es como le gusta a la derecha tener a un país: aterrado, paralizado, en la más absoluta ignorancia y falta de autonomía real y libertad.

El miedo, el terror, tienen consecuencias sobre cómo comes. Los críticos de la “dieta americana” notan que la obesidad aumentó brutalmente en los últimos 30 años. Con razón, suelen condenar a las empresas de comida pero el problema va mucho más allá que esas empresas ciertamente siniestras. Tomad en cuenta la economía política de los EEUU. Entre los años 1945 y 1975, los sueldos aumentaron en relación con la productividad del trabajador, el gobierno federal mantenía un sistema fiscal progresista y amplió los servicios sociales federales. Además de todo eso, aunque es cierto que no todos ls americanos tenían lo que querían, la mayoría sí era de clase media, libres de la lógica torturadora que rige la escasez.

Termino con algunas estadísticas:

El 42% de adultos con orígenes latinoamericanos son obesos comparado con un 32,6% de blancos. Más del 77% de adultos latinos tienen sobrepeso o son obesos, comparados con un 67,2% de blancos.

El 22,4% de niños latinos entre 2 y 19 años son gordos, comparado con un 14,3% de niños blancos. Más del 38% de niños latinos son gordos, comparados con un 28,5% de niños blancos.

Todo esto repite la lógica anterior: en USA, la pobreza está ligada a malos hábitos alimenticios y la pobreza también está vinculada a la raza y origen, habitualmente. La “raza” y la “clase social” va mano a mano en EEUU. En el caso de los blancos, la pobreza se divide mas entre urbanita y progre, o rural y conservador…estos últimos a menudo gordos.

Muy triste todo. La obesidad es una epidemia.


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