Graduación de la Escuela de Diseño de Valladolid (III)

Primero de los looks de Raquel Trejo.Imágenes de Doc Pastor.
El tiempo pasaba bastante más despacio que el paso de algunas modelos dentro de la Kerala el pasado jueves 16 en la graduación de la Escuela de Diseño de Valladolid.
Sigamos hablando de desfiles.
Un nuevo video hizo de pausa entre las distintas colecciones (cinco en total) de los graduados en diseño de moda. Una vez más, realizado por los de gráfico, pero cuyo tema era ahora sus compañeros de interiores. Y también, una vez más, venido a menos por las condiciones de las pantallas de la sala. Aunque el trabajo estaba bien hecho.
Le tocaba el turno de exponer sus trabajos ahora a Raquel Trejo y sus “Reflejos”, nombre inspirado en William Turner (pintor favorito de la diseñadora) y con evocaciones a los minerales (el ámbar, el cuarzo y el lapislázuli), todo con un ambiente romántico (propio de las obras de Turner) que hizo de sus prendas las más parecidas a lo que se puede encontrar en la calle más que en las pasarelas.
Empezamos con una prenda de corte de abrigo, con mangas largas y falda tableada por encima de las rodillas, en tono camel y tela de paño, con una cinta de tafeta a modo de cinturón, y unos adornos en los hombros. 

Pasamos al azul, un color que ya habíamos visto en la primera colección, pero ahora marino, y acompañado de ese romanticismo en las prendas, en forma de vestido de manga corta en muselina, con un pequeño y discreto escote de corazón y cuadrado en la espalda, con un corte irregular en la falda. 

Y una vez más, tono beige y nude, en un delicado y diminuto vestido con una sola manga, quizá el más extraño de los cinco modelos que presentó, pero no por ello el menos bonito. 

Y volvemos al azul marino, en otro vestido y una vez más, de corte irregular en la parte superior: una pequeña manga adornada con una flor cubre uno de los hombros. El cuerpo es sencillo, de corte recto, sin ningún volumen. Muy de boda.

Por último, en tono camel, un nuevo vestido, muy corto, pero con una cola añadida. Con escote ligeramente fruncido y suelto, casi estilo capucha, pero solo en el frontal, y con la espalda al aire. (aunque no se aprecie en la imagen nada, vuelvo a recalcar en las condiciones lumínicas de la sala).
En resumen, lo más “ponible” que pudimos ver esa noche sobre la pasarela, muy de boda algunos looks, sin duda alguna, con ese romanticismo que la diseñadora explica en sus inspiraciones en William Turner.