Grave (Raw), canibalismo indie

En la 49ª edición del Festival de Sitges ha faltado la película polémica o transgresora de anteriores ediciones, por ejemplo, Martyrs, Human Centipede o A Serbian Film. Al menos, yo no la he visto ni he escuchado hablar sobre alguna que lo fuese.
En su ausencia, la ‘etiqueta’ se la han impuesto a Grave aka Raw. El debut en la gran pantalla de Julia Ducournau, co-directora y guionista de la TV movie, Mange. Ducournau escribe y dirige la película que en nuestro país, ha sido traducida como Crudo. Y por lo visto, se estrenará en salas comerciales en marzo de 2017.
Justine, una joven de 16 años, vive en una familia donde todo el mundo es veterinario y vegetariano. Desde su primer día en la escuela de veterinaria, Justine se desvía radicalmente de sus principios familiares y come carne. Las consecuencias no tardan en llegar y Justine empieza a desvelar su verdadera naturaleza.
Todo el revuelo, se debe a su paso por el Festival de Toronto en el que, supuestamente, la película provocó mareos y ataques de ansiedad entre el público, teniendo que ser atendidos por los servicios de emergencia. A estas alturas ya no me creo nada, pues, no es la primera vez que utilizan este tipo de promoción absurda y desmesurada.
Sea cierta o no la noticia, parecen olvidar que el espectador aficionado al género de terror está demasiado curtido, y es difícilmente impresionable, por mucho que digan. Vendehumos al que intento no hacer demasiado caso, pero que, quieras o no, de alguna forma termina por crear un hype y condicionar negativamente al espectador.
Si el film está a la altura, no hay ningún problema. Sin embargo, si no lo está, es perjudicial. Además, es una estupidez usar el sensacionalismo para promocionar un film.
No me pesa decir que Grave me ha gustado, quizás, no tanto como para otorgarle tres premios en el Palmarés del Festival; el Premio Citizen Kane a la Mejor Dirección Novel, el Premio Jurado Carnet Jove a la Mejor Película y el Méliès d’Argent.
Pero reconozco que tiene un apartado artístico notable y virtudes técnicas bien conseguidas con un presupuesto realmente modesto (unos tres millones de euros) para las cantidades que se manejan hoy día.
De corte independiente, el film goza de un aire sofisticado y pulcro que la aleja del ‘boom’ y el estilo visual violento que hace, relativamente pocos años, vivió el terror francés con Martyrs, À l'Intérieur o Frontiers.
Porque, seamos realistas, Grave tiene un par de secuencias mínimamente desagradables, pero no es tan explícita como pretenden hacernos creer. A lo mejor soy yo, que estoy demasiado curtido en el género de terror y lo bizarro, pero no me ha impactado lo más mínimo.
No me ha parecido nada que una persona corriente no pueda soportar. Hay que ser muy delicado de estómago para sentirse indispuesto con la propuesta de Julia Ducournau. En cualquier caso, me parece más impresionable alguna escena en contexto, que en su apartado visual. Para mí, bastante descafeinado, dicho sea.
La química que nace entre ambas protagonistas Justine y Alexia, hermanas en el film, interpretadas por Garance Marillier y Ella Rumpf, respectivamente, es casi lo mejor de todo. Es muy elocuente con el tono y tiene un punto de humor negro que encaja a la perfección en el sofisticado ambito del canibalismo que ofrece la película.
Marillier ya trabajó con Ducournau en su film Mange. La joven actriz se muestra muy natural ante la cámara, parece que ha nacido una joven promesa del cine europeo.
Rumpf ha realizado dos películas antes de ponerse en la piel de Alexia; Draußen ist Sommer y Chrieg y se la ve algo más suelta en el mundo de la interpretación que su compañera de reparto. Pero ambas llevan la película hacia delante, siempre.
Grave es una película de terror que se mezcla con el drama juvenil, en la que su protagonista trata de aceptarse a sí misma. La propuesta no se muestra temerosa a la hora de adoptar ciertas influencias del giallo que mezcla con el mito de la licantropía y adereza con el canibalismo. Es la Ginger Snaps del cine independiente europeo.
Así pues, por culpa de la promoción, mucho ruido y pocas nueces es lo que nos ofrece el debut de la cineasta francesa. Un film bastante correcto, que entre el público aficionado al terror,hubiese funcionado mejor si no hubiesen intentado vender algo que no es.