Revista Coaching

Graziana y la resistencia de su abuelo a hablar de sucesión

Por Juan Carlos Valda @grandespymes

Graziana estudió administración de empresas y participa activamente en nombre de la empresa de todos los eventos y organizaciones gremiales-empresarias que existen en Córdoba. "Yo soy una excelente relacionista pública de mi empresa, pero no tengo espacio para participar de ninguna decisión de trascendencia", se queja. Su papá tampoco hace demasiado por abrirle camino y lo mismo les sucede a los nietos del otro fundador de esa empresa del interior provincial.

El protocolo familiar es un acuerdo que busca garantizar la supervivencia de las empresas familiares. Es una especie de pacto entre los miembros de la familia que define de antemano cómo se resolverán determinadas situaciones, a los fines de evitar el conflicto o las indefiniciones cuando eso suceda.

La sucesión es un tema central, pero va más allá de eso, porque se define quiénes pueden obtener puestos de trabajo en la empresa y con qué requisitos, cuál es el mecanismo a seguir en el caso de que algún miembro quiera retirarse de la empresa, qué medidas tomar en caso de disenso y cuáles serán los canales de comunicación de la familia empresaria.

Quienes han participado de la elaboración de protocolos -en su condición de asesores como de parte involucrada- coinciden en que lo más valioso es el proceso que lleva al documento que el documento en sí. Como todos los escenarios posibles se plantean en el marco de la hipótesis, los miembros tienen posibilidad de verbalizar sus miedos, sueños e ideas con la convicción de que serán escuchados y que se consensuará una solución.

Si bien el protocolo no es la panacea ni garantiza la supervivencia eterna de la empresa, sí explicita las reglas básicas a la que deben atenerse todos los miembros de la familia. Cuando son varias familias las que participan de una empresa, cada una primero define su protocolo y luego se acuerda otro entre las familias socias.

¿Pero qué pasa cuando la generación fundadora no quiere hacerlo, como en el caso de Graziana? Hay familias que inician el proceso cuando son sacudidas por eventos infortunados: un accidente, una enfermedad o un susto que desnude que no hay nada conversado en cuanto al futuro.

Otras saben -porque escuchan otros experiencias o las han estudiado- que urge hacerlo en vida y, sobre todo, cuando las relaciones están calmas y en armonía. Mientras más pronto se haga, mejor.

Y otras, que son las menos, se resisten a hacerlo porque implica reconocer que nuestra existencia es finita. Una posibilidad para Graziana sería que esos 10 nietos inicien el protocolo por su propia cuenta. Claro que será imperfecto, pero al menos despejará en esa tercera generación las dudas y les dará a sus miembros un marco previsible para moverse.

Después evaluarán si informan o no a sus padres y abuelos que el acuerdo está hecho. Pero la sucesión es un hecho irreversible, aunque no se hable de eso.

Fuente http://www.lavoz.com.ar/ciudadanos/graziana-resistencia-su-abuelo-hablar-sucesion


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