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Green Zone: Distrito protegido (Paul Greengrass, 2.010)

Publicado el 03 marzo 2012 por Rugoleor @rugoleor

Green Zone: Distrito protegido (Paul Greengrass, 2.010)

Green Zone: Distrito protegido (Paul Greengrass, 2.010)

Calificación:

Crítica: 6,601 Público: 6,820 España: 6,155 Rugoleor: 6,292

Ficha:

Título Original: Green Zone

Director: Paul Greengrass

Guionista: Brian Helgeland

Intérpretes: Matt Damon, Greg Kinnear, Amy Ryan, Brendan Gleeson, Jason Isaacs, Khalid Abdalla, Antoni Corone, Faycal Attougui

Productores: Tim Bevan, Eric Fellner, Paul Greengrass, Lloyd Levin

Fotografía: Barry Acroyd

Música: John Powell

Montaje: Christopher Rouse

Nacionalidad: Francia, Estados Unidos, España, Reino Unido

Año: 2.010

Duración: 118 minutos

Edad: 13 años

Género: Acción, Bélica, Drama, Suspense

Distribuidora: Universal Pictures International Spain, S. L.

Estreno: 12-03-2.010

WEB Oficial: Web Oficial de la película en Estados Unidos

Espectadores: 494.162

Recaudación: 3.129.350,68 €

Calificación única: 6,528 (1.506.032 valoraciones)

Puesto / Total: 26 / 79

Sinopsis:

Durante la ocupación de Bagdad en 2.003 por tropas extranjeras, mayormente estadounidenses, al subteniente Roy Miller (Matt Damon) y a su equipo de inspectores les encomiendan la misión de recorrer el desierto en busca de armas de destrucción masiva supuestamente almacenadas allí. Registran escondite tras escondite, a cual más peligroso, pero en vez de letales agentes químicos, descubren un elaborado plan que da la vuelta al propósito de su misión. Rodeado de agentes con objetivos contradictorios, Miller debe abrirse camino entre una maraña de espías en un país desconocido mientras intenta encontrar respuestas que quizá sirvan para salvar a un gobierno o para extender la guerra en una región muy inestable. No tardará en descubrir que, en un momento difícil y en una región explosiva, el arma más difícil de encontrar es la verdad.

Comentario:

Equipado con su característica estética hiperrealista, el realizador británico Paul Greengrass (“Bloody Sunday”, “United 93”, “El ultimátum de Bourne”) decidió poner de relieve las mentiras de la guerra de Irak inspirándose en un libro de Rajiv Chandrasekaran, periodista de The Washington Post. Durante la ocupación de Bagdad, en 2.003, el subteniente Roy Miller (Matt Damon) y su equipo van en busca de las infames armas de destrucción masiva. Pero en vez de agentes químicos, descubren un turbio y elaborado plan político.

Crítica:

13-03-2.010 – ANTÓN MERIKAETXEBARRIA

El héroe y el traidor

Adrenalina a tope para este nuevo ‘thriller’ del tándem Damon/Greengrass (tras la serie Bourne), ambientado en ese infierno sobre la tierra que es ahora mismo la ciudad de Bagdad. Se basa en el libro ‘Imperial Life in the Emerald City’, del periodista Rajiv Chandrasekarana, centrado en la búsqueda de armas de destrucción masiva emprendida por el pelotón que aquí comanda Matt Damon. Detonante argumental de “Green Zone” que, paso a paso, deriva en un auténtico callejón sin salida. Una cámara nerviosa, un montaje vertiginoso y unos convincentes intérpretes son las armas cinematográficas de las que se vale su máximo responsable para denunciar los tejemanejes de la Administración Bush durante la Guerra de Irak, tras los atentados del 11-S.

El resultado es una película enfebrecida, impactante y entretenida, superficial desde un punto de vista político pero que, al menos, sirve para comprender ciertas cosas. Porque el estilo hiperrealista de Greengrass no se anda con zarandajas a la hora de mostrar los violentos giros del guión, sobre todo cuando la acción se anuda en torno al caos que se produce en los alrededores del palacio presidencial de Saddam Hussein, donde los americanos intentan instaurar un gobierno provisional.

Rabiosamente comercial, “Green Zone” desarrolla toda una iconografía visual, presente ya en “Tres reyes”, “La batalla de Hadiza” y la oscarizada “En tierra hostil”: el humo de las explosiones, el crepitar de las balas, las carreras de los soldados, la tensa espera, el enemigo invisible… No obstante, resulta obvio que Greengrass no pretende renovar un género, sino integrar unas convenciones intuidas con habilidad en un discurso propio, a través de unas imágenes casi documentales, incluso periodísticas. A fin de cuentas sus héroes expresan su preocupación por descubrir la verdad en medio de un marasmo de mentiras, esa falsedad que obsesivamente gira en sus películas anteriores. Héroes, en fin, que tratan de ser decentes en un mundo indecente.

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