Guía para Padres

 
  La Educación Infantil no es sólo EDUCAR a un niñ@. No es sólo hacerle comprender lo que está bien o está mal, lo que debe o no debe hacer, ni en cómo te tratan así debes tú tratar, porque entonces los hijos de los políticos heredarían esos puestos al cumplir la mayoría de edad y aún no se ha dado ningún caso. Es más, están aprendiendo de sus progenitores en cómo no deben de comportarse cuando sean mayores: Todo un ejemplo de ética y moral desde bien pequeños.
Los padres somos y debemos ser su reflejo y hay días que a uno le faltan los reflejos para atenderlos. Unas veces nos lo comeríamos y otras los "mataríamos" de lo trasto que son. Los problemas crecen conforme mayores van siendo. Entonces te acuerdas de cuando era pequeños y deberías habértelos "comido". Pero por lo general, tener hijos es una experiencia maravillosa a la que no debería renunciar nadie, aunque hay excepciones y por supuesto respetables.
   La educación de un niño, por tanto debe ser equiparable también para una niña y viceversa. Sobre todo en sus primeros años no se deben hacer distinciones entre Barbies, bebés, carritos y cocinitas para las niñas y para los niños coches, garajes, motos, pelotas y Action Man. Deben aprender a jugar con todo y con todos, es un paso hacia su madurez mental y sexual. Su orientación sexual no va a estar definida porque les obliguemos a jugar con una determinada cosa o juguete, eso será más adelante, cuando empiece a alcanzar la madurez y ésta no será plena hasta bien pasada la pubertad y la adolescencia.

   Debemos enseñarles cultura, desde bien pequeños. No se trata de enseñarles un cuadro, se trata de estar con ellos y explicarles quien lo pintó, cuando, cómo y porqué. Involucrarles en actividades diferentes y positivas, potenciar su autoestima reforzando sus fortalezas, aceptarles como son, potenciarles sus virtudes y capacidades, evitar objetivos demasiado elevados, hacerles entender sus patrones de comportamiento, proporcionarles estabilidad emocional, darles compensaciones inmediatas, enseñarles y motivarles a aprender cosas nuevas cada día, a aprender a leer y a escribir, a sumar y restar, pero no solo números, sino también patatas y cebollas.
Educarles en la comprensión de la lectura nos llevará más tiempo, así como dividir y multiplicar. Pero todo ello formará parte de las reglas básicas de un juego que durará toda su vida. Los cuatro puntos cardinales de su vida cotidiana, y no el logaritmo neperiano o las derivadas, eso le ayudará a conseguir un título, pero poco más, a no ser que sea profesor matemático o I+D, si es que cuando llegue a la mayoría de edad, siguen existiendo esas siglas. Con tanto recorte, quedará el signo "+", es decir, más recorte igual a menos Investigación y Desarrollo.

   Intentemos hacerles responsables en su día a día, no imponerles nuestras normas de conducta aprendidas con el paso de los años. Nuestra forma de entender lo que está bien, no tiene porqué ser la suya.
La letra con sangre no entra, con golpes en la pizarra o en la mesa tampoco. Sólo con la motivación adecuada conseguiremos mover montañas, sin necesidad de recurrir a Mahoma. Esa motivación será la misma que nos acompañará toda nuestra vida (niños responsables = niños motivados). No la dejen escapar, porque es la única que los sacará del pozo en los momentos dificiles y la que alegrará nuestros corazones en sus momentos superados.
   Y si, después de todo lo hecho y por hacer no han conseguido su objetivo, sólo queda recurrir al factor suerte.. que también les va a hacer falta.