Guindas de guindos

Desde que antes del verano el gobierno Rajoy en pleno empezó la campaña engañabobos sobre la recuperación cada ministro ha dicho su barbaridad y Rajoy las ha dicho todas, pero faltaban unas guindas que adornasen el pastel que pretenden que nos traguemos, y como no podía ser de otra forma el encargado de ponerlas ha sido de Guindos. 

De Guindos ya ostentaba uno de los puestos más altos del cuadro de honor de las burradas del PP sobre la recuperación desde que afirmó, sin vestir el atuendo del payaso aficionado, que gracias a la milagrosa gestión del gobierno, España se ha recuperado sin reducir en absoluto el Estado del Bienestar, cuando la realidad es que lo han dejado hecho unos zorros.

Ahora se ha superado a si mismo con unas declaraciones a la Cadena Ser, dignas de figurar en lugar destacado en el Celtiberia Show si todavía se publicase y Luis Carandell todavía estuviese vivo. Aquí va un resumen de las guindas que soltó de Guindos:

‘Existen en este momento 17 millones de personas en España que han mantenido su empleo y que han perdido el miedo a quedarse sin trabajo. En España se ha perdido el miedo a perder el puesto de trabajo que existía en los dos ó tres últimos años, temores que han sido uno de los factores que han limitado el crecimiento de la economía española durante la crisis’.
‘Se va a producir una creación de empleo notable, con 800.000 nuevos puestos de trabajo entre el 2014 y el 2015, lo que supondrá que el año que acaba de empezar será el primero de una recuperación real’.

Solo con estas dos frases da para llenar un tomo entero con comentarios, pero voy a ser breve.

Tiene razón nuestro sabio Ministro de Economía. Es muy importante que los que todavía tienen empleo hayan perdido el miedo a quedarse sin trabajo, porque también es cierto que este miedo es uno de los factores que han limitado nuestra economía, porque hasta hace poco entre los 17 millones que todavía no están en el paro había muchos que en vez de ir a trabajar cada mañana, se quedaban en casa acojonados, acurrucados en el suelo y llorando desconsoladamente y llenos de histeria en un rincón oscuro por miedo a ser despedidos, y claro, al cabo de un tiempo los despedían con lo que el paro subía en vez de bajar. Hasta que las dotes mágicas e hipnóticas del gobierno Rajoy obró el milagro al convencerles que si este país ha resistido todos los gobiernos desde Adolfo Suarez sin hundirse del todo, ellos pueden vivir normalmente pese al miedo a perder el empleo. Hay ministros que deberían dejar el cargo y seguir diciendo lo mismo pero en desternillantes monólogos en alguno de los esplendidos teatros madrileños, con el éxito clamoroso asegurado.

Lo de los 800.000 puestos de trabajo es curioso, porque no es el primero que promete exactamente esa cifra de nuevos empleos. En las elecciones de 1982 el PSOE llegó al gobierno y Felipe González a Presidente del Gobierno por primera vez en este periodo democrático. El principio de los 80 fue una época de crisis, aunque ni de lejos tan aguda como la actual, y la tasa de paro había subido de un 8-10% a un 15%, que ya se consideraba un porcentaje escandaloso. En la campaña electoral Felipe González prometió 800.000 nuevos puestos de trabajo, y Fraga Iribarne se paso casi toda la legislatura contando empleos, que a duras penas pasaron de los 100.000, pero Felipe González, sin armar tanto ruido esta vez, volvió a repetir la promesa en las elecciones de 1986, y los españoles volvimos a tragar. La cifra de 800.000 nuevos puestos de trabajo parece ser una mentira que los españoles tragamos con facilidad, con resultados positivos para el mentiroso.

Pero hay más sobre la guinda de los 800.000 puestos de trabajo. Como que todavía hay clases y a la hora de inventar cifras no hay quien gane al PP, cuando Felipe González prometió los 800.000 se tomaba toda la legislatura, cuatro años, para cumplir el compromiso, mientras de Guindos dice que se conseguirán entre los años 2014 y 2015, porque a chulo no hay quien le gane. Por supuesto que de Guindos presentó las cifras como grandes éxitos del gobierno para el futuro inmediato y la confirmación definitiva de la recuperación, e incluso llegó a afirmar que con esos logros la tasa de paro española traspasaría a la baja la barrera del 20%, con lo que la conclusión es que tenemos un Ministro de Economía que no domina la aritmética, porque si se reduce el actual número de parados en 800.000 la tasa resultante es del 22%, pero en cualquier forma aunque estuviésemos justo debajo del 20%, todavía doblaríamos la tasa de paro promedio de la U.E. que es del 10%.

Este señor es un producto típico de la Oligarquía madrileña que por desgracia domina España, y que tiene la rara habilidad de sortear siempre cualquier tipo de responsabilidad sobre sus burradas y de encontrar siempre al amiguete de turno que les proporciona el empleo perfecto: poco trabajo, mal hecho y muy bien pagado. Allí por donde ha pasado ha dejado rastro, bien por sus comentarios que acaban siendo chistosos sin pretenderlo o por el desastre causado.

Cuando fue Secretario de Estado de Economía en el último gobierno de José María Aznar (2002-2004), y en declaraciones a ABC en noviembre del 2003, en referencia a la Ley del Suelo y el efecto que claramente ya estaba teniendo sobre la burbuja inmobiliaria manifestó “En España no hay burbuja inmobiliaria, sino una evolución de precios al alza que se van a ir moderando con más viviendas en alquiler y más transparencia en los procedimientos de urbanismo”, o sea clavado a lo que ocurrió.

En 2010 y de cara a las elecciones del 2011 fue coordinador del libro promovido por la fundación FAES que pretendía ser la base ideológica de la política económica del PP y cuya base fundamental era la contención drástica del gasto en las administraciones públicas, pero como siempre hace el PP acabaron haciendo lo contrario, la Administración Pública central se ha reformado tan poco que no llega a capa de barniz, mientras la reducción brutal del gasto público casi se ha limitado a recortar servicios a la ciudadanía a través de las CCAA, aunque por supuesto, y como dijo el propio de Guindos, sin rebajar en absoluto el Estado del Bienestar.

Su última fechoría importante antes de ser nombrado ministro fue ser Presidente de Lehman Brothers para España y Portugal hasta la fecha del desastre. La quiebra de Lehman Brothers fue una de las principales razones del inicio de la actual crisis, y en la quiebra en sí de Guindos no tuvo nada que ver, pero si que tuvo que ver, y mucho, con los clientes a los que convenció para llevar a cabo inversiones ruinosas cuando él ya sabía cuál iba a ser el final de la historia.

O sea que ya sabéis, si de Guindos dice blanco es que es negro, y si dice arriba es que es abajo. Aunque esta regla sea aplicable a todo su partido, pero nadie la practica como él.