Güisqui escoces, butifarra catalana, y embudo franquista

Solo quien no creé en la democracia teme al derecho del pueblo a decidir, es decir los fascistas, corruptos y demás fauna política.
 LA MONARQUIA Y EL BIPARTIDISMO CORRUPTO, NO CREE EN LA DEMOCRACIA, eso es algo que queda claro, no solo en cuanto el derecho a decidir de Cataluña sino del pueblo español en su conjunto, lo pudimos ver hace un par de días cuando Izquierda Unida presentó su proposición para la convocatoria de un referéndum entre monarquía y República -  también cuando el heredero del criminal general Franco abdico, que como bien dijo el mismo, no se jubilaba, pero no por lo que él dijo: “Un rey siempre es un rey”. Sino que para jubilarse lo primero que hay que hacer es trabajar, y los reyes no trabajan viven a costa del pueblo de manera parasitaria. – Entonces el pueblo salió a la calle exigiendo un referéndum, cualquier país democrático, cualquier gobierno democrático, cualquier aspirante a jefe del Estado democrático, hubiese escuchado al pueblo, porque  Una Democracia sin la libertad para elegir el pueblo a su máxima autoridad, ni es libertad ni es democracia. Es una Democracia violada y secuestrada por sus adversarios. 
Ni el heredero del dictador, ni el segundo heredero del genocida general escucharon al pueblo, porque ni son demócratas ni les interesaba. Tampoco los herederos ideológicos de Franco, porque son fascistas,  tampoco el PsoE, porque ni es demócrata, ni socialista, ni obrero, pero no por ello debemos de olvidar que quienes ahora dirigen los destinos de Cataluña, tampoco lo son, huyen hacía adelante, como un modo de escapar de la acción de la justicia, porque ellos al igual que los anteriores son unos más que presuntos, corruptos, el título de la película sin lugar a dudas sería: "Entre ladrones y sinvergüenzas anda el juego".  
Para escuchar al pueblo, para no tener miedo a la democracia lo primero que se debe ser es demócrata, y en este corrupto reino, este imperio de la corrupción endémica, solo son demócratas de boquilla, la mejor definición para este corrupto reino la hace en “El Mundo Feliz”, Aldous Huxley"Una dictadura perfecta que tendría la apariencia de una democracia, una cárcel sin muros en el cual los prisioneros no sonarían en evadirse. Un sistema de esclavitud donde, gracias al sistema de consumo y el entretenimiento, los esclavos,  tendrían el amor de su servitud”.
El referéndum sobre la independencia ha sido un ejemplo de personas, que por encima de su ideología, creen en la democracia,  independientemente de quien haya ganado, unionistas  o independentistas pueden sentirse orgullosos de esta lección de democracia, pueden brindar con un güisque escoces, porque han dado una lección de democracia, tanto a nivel de los políticos como incluso de la reina del Reino Unido, que ha estado exquisita, no como otros que debemos suponer que como al soldado el valor, estamos obligados a creer que están altamente preparados, sin necesidad de que esa preparación se vea y o se demuestre, aquí, siempre es cuestión de fe. Para eso subvencionamos a la Iglesia Católica, con el dinero que robamos a los pobres.
¿Qué ocurriría aquí si en lugar de tener un gobierno de presuntos “demócratas” y otras cosas, tuviésemos  un gobierno democrático?  En lugar de manchar pantalones y bragas por miedo a la democracia, en lugar  de negarse en redondo a dejar que los ciudadanos ejerzan su derecho a decidir, ya sea sobre la forma de Estado o la posible independencia de un territorio, facilitarían esas consultas. El resultado en Escocia ha sido un 45% del sí, frente al 55% en contra, no ha pasado nada, tampoco hubiese pasado si hubiese sido al revés, los divorcios de mutuo acuerdo son los civilizados, para ello lo primero que se debe ser es civilizado y demócrata.  A estos demócratas se boquilla, a estos amigos de la ley del embudo, deberían darle butifarra, pero no la sabrosa butifarra catalana, sino de la que manchan sus calzoncillos y bragas por temor a la democracia.   
Nunca se debe tener miedo a la democracia, ni a la libre decisión de los pueblos, aunque se equivoquen, es su derecho.  Que conste, que si la consulta se produce en Cataluña, algo a lo cual ningún gobierno democrático se puede ni se debe negar, me partiría el corazón saber que Cataluña no forma parte de esa República Federal a la que aspiramos una gran parte de españoles, eso si, demócratas y no fascistas disfrazados, como quienes en la actualidad rigen los destinos de este corrupto reino.