Revista Cine

Hace Mucho que Te Quiero

Publicado el 20 abril 2010 por Diezmartinez
Hace Mucho que Te Quiero

Presentada el año pasado en el 13 Tour de Cine Francés, Hace Mucho que Te Quiero (Il y a longtemps que je t’aime, Francia-Alemania, 2008), dirigida por el escritor y guionista vuelto cineasta Philippe Claudel, ha regresado a la cartelera comercial capitalina y, esperemos, del resto del país. Esta película –la opera prima de Monsieur Claudel- tuvo una exitosa corrida festivalera durante el 2008 (Premio Ecuménico en Berlín 2008, Mejor Opera Prima en los César 2008, BAFTA 2009 a Mejor Película en Habla No Inglesa) y apareció en el top-ten de algunos cinecríticos europeos y estadounidenses.

Esta cálida recepción es más que merecida: estamos ante un notable melodrama femenino/familiar bien escrito e impecablemente interpretado por la versátil y bilingüe actriz británica Kristin Scott Thomas y la no tan conocida pero eficaz actriz francesa Elsa Zylberstein (ganadora del César 2008 a Mejor Actriz Secundaria por este papel).

Scott Thomas interpreta a Juliette, la hermana mayor de la maestra universitaria e investigadora literaria Léa, encarnada por Madame Zylberstein. Al inicio de la cinta, vemos como Léa llega al aeropuerto de Nancy, en Francia, a recibir a una callada, fría y desconcertada/desconcertante Juliette, que ha volado desde algún otro lugar. Hace mucho tiempo que no se ven: quince años, para ser exactos. En ese lapso, Léa se casó con el amable Luc (Serge Hazanavicius), ha adoptado a dos adorables niñas vietnamitas y vive en una espaciosa casa con todo y pequeño jardín. Mientras, Juliette ha estado en la cárcel, purgando su condena. La razón de tal extensa pena es parte central de la trama de la cinta, así que no la revelaré. Digamos, en todo caso, que la pena –en más de un sentido- que tuvo que afrontar Juliette es una sombra que no la abandona nunca, por más que su hermana Léa trata de hacerla sentir como un miembro de la familia más que estuvo lejos, pero que ahora ha regresado al hogar.

Claudel dirige con limpieza y buen gusto. Los encuadres y los movimientos de cámara son funcionales, nunca torpes y no llaman la atención sobre sí mismos. Las interpretaciones de Scott Thomas y Zylberstein son igualmente discretas, en el mejor sentido del término: a pesar del género y del tema tratados, no hay explosiones exageradas de sentimentalismo por parte de ninguna de las dos. El filme avanza, pues, con seguridad, pero sin prisa hasta el climático desenlace redentor/reconciliador.

Hace Mucho que Te Quiero no es perfecta. Tiene por lo menos una escena de más -el momento que Léa explota al discutir con un alumno el Crimen y Castigo de Dostoievsky- y, hacia el final, a Claudel se le va por unos momentos la sobriedad estilística y permite que sus dos actrices se gritoneen inútilmente (además, ¿era necesaria, dramáticamente hablando, esa confrontación?). De todas formas, este resbalón por parte de Claudel no echa a perder la emotividad de las dos palabras finales pronunciadas por Scott Thomas: “Estoy aquí”. Y nosotros con ella, faltaba más.



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