Hackers rusos atacan una docena de centrales nucleares estadounidenses

Hackers de origen presumiblemente ruso habrían accedido al menos a una docena de plantas nucleares eléctricas americanas en ataques llevados a cabo en mayo y junio según informaron medios estadounidenses, citando a funcionarios de inteligencia.

Las noticias hasta ahora son confusas, y hay fuentes que elevan a doce la cifra de centrales atacadas, mientras que otros diarios apuntarían a un simple intento de ataque sobre una sola central.

Hasta el momento, se tiene poca información sobre los orígenes del ataque, conocido bajo el código "Nuclear 17", pero la evidencia indica que el ataque no fue lo suficientemente grave como para alertar a los sistemas de seguridad pública. Hasta la fecha, la información disponible indica que la seguridad nuclear no está inmediatamente en riesgo directo.

Los objetivos de este ataque incluyeron la instalación nuclear Wolf Creek en Kansas, según varios informes. Uno de estos reportes de carácter urgente emitido por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) indicó que una potencia extranjera, posiblemente Rusia, era responsable.

Wolf Creek Nuclear Operating Corp declinó hacer público si la planta fue hackeada pero advirtió que no había "ningún impacto operacional" en la planta. En una declaración conjunta con el FBI, un portavoz del Departamento de Seguridad Nacional dijo que "no hay indicios de una amenaza para la seguridad pública".

El objetivo de los hackers presuntamente sería el tratar de mapear las redes de computadoras para futuros ataques, según el informe del DHS que reporta el diario inglés Times. El método empleado habría sido el envío de correos electrónicos a ingenieros de alto nivel en las empresas operadoras detrás de las plantas nucleares, pero con código malicioso incluido en el email.

Al parecer, estas técnicas se asemejan a las utilizadas por especialistas rusos vinculados a ataques anteriores, también realizados sobre instalaciones energéticas. Los investigadores estadounidenses acusaron a los hackers rusos de estar detrás de un ataque de 2015 que causó apagones en toda Ucrania.