Hambre a borbotones. Alber Vázquez
Alber Vázquez (Guipúzcoa, 1975) tiene una veintena de libros publicados y entre todos ellos le conocerán por Mediohombre. Es un autor de género que ha pegado un volantazo en su trayectoria para presentarnos una novela absolutamente flipante. No hay otro término para describirla. Y no es sólo una novela, sino la primera de una trilogía, así que tenemos espectáculo para rato.
"Elige a una chica. Elige a una chica guapa. Elige a una chica encantadora y sugestiva. Adinerada, culta sensual e independiente. Elige todo eso y disponte a matarla. Elige a la chica equivocada y serás devorado".
Una galería de arte, un baúl frigorífico en la trastienda, dos cadáveres. ¿Un asesinato? No. Un banquete. Y ya les he contado más de lo que pretendía. Lo mejor de Hambre a borbotones es dejarse llevar y esperar el sobresalto. Porque la historia está plagada de sorpresas. Sorpresas y giros, y la sorpresa para el lector cuando se vea empatizando o cogiendo afecto alguien que come carne humana ¡Oops, ya lo he vuelto hacer!
Decía que Hambre a borbotones es la primera de la trilogía Carne roja. Se presenta como una novela inspirada de los pulps norteamericanos de principios de siglo XX. Un término popular que hacía referencia a unas publicaciones similares al cómic con historias de ficción a precios populares y encuadernación rústica. Éstas empezaron a diferenciarse del cómic cuando las historias adoptaron un formato más extenso. Variedad de géneros, que iban desde la ciencia ficción, al romance o la fantasía pasando por el terror, la acción o el suspense. Todo ello aderezado con buenas dosis de violencia y erotismo. Exactamente lo que vamos a encontrarnos aquí desde la primera página.
Misterio, terror, horror, sangre, amor, sexo. Una trama policíaca en una historia en la que todos los personajes tienen las manos manchadas de sangre de un modo u otro. Hay espacio para todo. Y si todos los ingredientes se mezclan, y agitamos... Una novela con un ritmo trepidante, con escenas fuertes narradas con la experiencia de alguien que sabe manejar los tiempos, y el tiempo. Acelerar y desacelerar sin que el lector pierda el interés, sino todo lo contrario. Capaz de reproducir una persecución policial a toda velocidad, con tiroteo incluido, y el lector tenga la sensación de ir montado en el asiento trasero presenciando la escena.
Esto es algo así como tomarte un chupito de tabasco de un solo trago.
-¿Mataste a alguien? -preguntó, interesada, ella. No es que vaya a dar saltos de alegría si así resulta, pero matar no tiene, necesariamente, por qué ser malo. Todos hemos matado y, lo que es más importante, todos planeamos volver a hacerlo. En cuanto Alicia nos lo permita. Pero esa es otra historia...
HAMBRE A BORBOTONES
Alber Vázquez
Expediciones Polares, 2015
416 Págs.
[Apunto un artículo de Pedro Marín sobre literatura pulp]
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