Revista Cine

Hannah y sus hermanas (1986), de woody allen. amor y fraternidad.

Publicado el 05 abril 2011 por Miguelmalaga
HANNAH Y SUS HERMANAS (1986), DE WOODY ALLEN. AMOR Y FRATERNIDAD.
Quizá la película que más me ha impresionado de Woody Allen ha sido "Delitos y faltas". Intenté debatir sobre ella en la biblioteca, pero los compañeros, con muy buen criterio, estimaron que sería bueno colocar una comedia entre tantos dramas (Lo que queda del día, Una jornada particular, Días de vino y rosas...) y se consesuó que esta debía ser "Hannah y sus hermanas", una de las películas más queridas del director neoyorkino.
Si realizásemos un análisis superficial de la misma podriamos concluir que la historia no es nada del otro mundo: unas hermanas en busca de sus parejas ideales, un engaño matrimonial... Pero en manos de este director y estos actores el guión se vuelve tremendamente atractivo para el espectador. Michael Caine (que ganó justamente el Oscar ese año) está perfecto como maduro seductor y aún más el propio Woody Allen, haciendo de sí mismo. Un personaje neurótico y absolutamente hipocondriaco, que protagoniza las escenas más divertidas de la película cuando explora distintas religiones en busca de respuestas a la vieja pregunta del sentido de nuestra existencia.
Precisamente nuestro debate acabó centrándose en este asunto. ¿Es inteligente la respuesta que se da a sí mismo, vivir la vida y esperar a ver que hay después, si es que hay algo? Es la respuesta que le da su propio padre en la ficción, practicante judío, pero de opiniones muy prácticas. Lo que sí es cierto es que, tal y como se dice en una escena, se han escrito millones de libros, pero ninguno da respuestas definitivas con pruebas concluyentes. Solo consolaciones. Para consolarnos nosotros, reproduzco aquí el poema de Cummings que se cita en la película, demostrándose así que la literatura también sirve para ligar:
en un lugar en el que nunca he estado, felizmente más allá

de cualquier experiencia, tus ojos tienen su silencio:
en tu gesto más frágil están las cosas que me cercan,
o aquellas que no puedo tocar porque están demasiado cerca

tu mirada más leve fácilmente puede descerrarme,
pese a que he cerrado mi ser como dedos,
vos me abrís siempre pétalo por pétalo, como la Primavera abre
(tocando hábilmente, misteriosamente) su primera rosa

o, si es tu voluntad cerrarme, yo y
mi vida se cerrarán muy hermosamente, repentinamente,
como cuando el centro de esta flor imagina
la nieve descendiendo cuidadosamente en todas partes

Nada de lo que podemos percibir en este mundo se compara
con el poder de tu intensa fragilidad: cuya textura
me fuerza con el color de sus tierras,
mostrando muerte y eternidad con cada respiración

(no sé que hay en vos que se cierra
y se abre; sólo que hay algo en mí que entiende
que la voz de tus ojos es más profunda que todas las rosas)
Nadie, ni siquiera la lluvia, tiene manos tan pequeñas.


Volver a la Portada de Logo Paperblog