Hanso Cafe: café de especialidad y aires asiáticos en Malasaña

Hanso Café se une con personalidad propia a la nueva ola de cafeterías de especialidad que están abriendo en Madrid. En una luminosa esquina de la calle del Pez, Botao Han o Nicho, como le conocen todos, sirve deliciosas tazas de cremosos lattes, flat Whites, cold brew y más presentaciones de cafés que cada día suenan más por Madrid. Les acompañan tostas de hummus de aguacate, ensaladas o bagels. Pero lo realmente original son esas rebosantes tazas verdes de matcha latte o su finísima repostería asiática, totalmente artesanal. Suaves, delicadas y de sabores sorprendentes, no dejan indiferente a nadie. Como su coqueta esquina en Malasaña.

Nicho es una persona muy especial, con una idea de los negocios distinta a la que se le presupone a sus compatriotas. Él no quiere hacer "un buen negocio" en Hanso, sino "algo distinto" en su "humilde casita", que es lo que significa HanSo. Natural de Qingtian, provincia de Zhejiang (China), Nicho vivía en España con su familia cuando empezó a interesarse por el mundo del café. "En España, se consume un café de mala calidad. En el mundo anglosajón, hace 10 años que empezó a surgir lo que llaman el café de tercera generación, el de especialidad", explica Nicho. Él mismo se formó hace cinco años con los expertos de Toma Café, el pionero en los cafés de especialidad en Malasaña. "El café era mi hobby y se convirtió en mi profesión", confiesa.

Abrió su primer Hanso Café en Usera, con su mujer, Eva, que es la mano experta que hace la finísima repostería asiática que ofrece el local. Allí, no cuajó y decidieron trasladarse a Malasaña, en busca de un público más internacional. "En Usera ganamos experiencia, corríamos menos riesgos pero no era lo que queríamos. La gente que toma café de especialidad son extranjeros estudiantes, turistas. A los españoles les cuesta más pagar ese precio extra", afirma. Y tal y como reza el dicho chino que esconde Hanso, dejaron la seguridad marchar, convencidos de que la oportunidad volvería mejor. Encontraron su local en la calle del Pez y allí instalaron su Marzocco, "el Ferrari de las cafeteras" y continuaron con su apuesta.

Ahora, siguen comprando cafés de pequeños lotes sin tostar de Right Side Coffee y lo llevan a tostadores especiales como Nomad o Café de Puchero, en Valladolid. Preparan cada taza de manera individualizada, personalizada porque, por ejemplo, "los cafés africanos son ácidos y no pegan para tomar con leche. Son mejores los de Brasil o Colombia, porque tienen notas de cacao", detalla Nicho. La leche es fresca y los baristas están especialmente formados para esta misión. "El café es una fruta y por tanto, tiene temporadas. Vamos trayendo cafés de distintas zonas para que la gente pruebe cosas distintas", cuenta. Bajo la misma filosofía preparan el té matcha, un té verde de intenso sabor que maridan con esta rica leche en un matcha latte original y profundo, apto para gente curiosa.

A todas horas, un cliente de HanSo puede desayunar, comer o merendar. Desde la repostería asiática de Eva con sus bizcochos esponjosos y ligeros de te matcha o frutas (el té matcha se usa prácticamente en todo lo que se cocina en Hanso por su vistosidad y su personalidad) hasta ensaladas, bagels, sandwiches o grandes tostadas de pan para el desayuno, sencillas y sabrosas, con ricas combinaciones como hummus de aguacate o salmón o la infalible de tomate aceite. Tienen wifi, mesas individuales más pequeñas y una gran mesa corrida en el centro para compartir espacio.

HanSo es una cafetería de especialidad pero con personalidad propia, con aire asiático, mucha pericia y saber hacer. Deja que Nicho te aconseje el café que te apetece más y si no, atrevete con un matcha Latte

Los datos. Hanso Café. Calle del Pez, 20. 911 37 54 29. Horario: de martes a viernes, de 9: a 20h. Sábados y domingos, de 10h a 20h. Más información en su Facebook.