Harry Potter y las Reliquias de la Muerte. Parte primera..

Dos horas y media de metraje en esta mitad de entrega del último libro de la saga Harry Potter.
Admito que me gusta la estética de la película: más oscura, asistimos a la madurez o intento de madurez de Harry, mientras Ron y Hermione ayudan al mago tras la muerte de Dumbledore.
Me ha gustado la oscuridad de Voldemort y sus aliados, casi de película policíaca, esbirros al servicio del amo; pero sí que he de decir que los constantes cambios de lugar que sufren los tres amigos magos desconciertan al espectador, aunque bellísimos los paisajes te acabas preguntando si no se podría haber optado por otra solución.
Y la trama se hace pesada, los diálogos apenas existen...y eso en una adaptación cinematográfica no se debería ni permitir.
Y ahí dejé al bueno de Harry en la sala de cine abarrotada, esperando la segunda parte donde el director David Yates deja claro que habrá enfrentamiento entre Voldemort y Potter.
Los secundarios de lujo, como Alan Rickman, Helena Bonham-Carter, Imelda Staunton, o Ralph Fiennes(Voldemort) no tienen ni media página de guión para expresarse.
Estamos ante las tinieblas que siguen al legado de Dumbledore, a una tiranía sin fin, donde hay que romper horrorcrux como sea y donde sea y debilitar al inombrable enemigo de Harry.
Y con esto y un bizcocho ya solamente nos queda la película que resolverá toda la historia de los libros de J.K. Rowling. En unos meses, aquí lo contaremos.