Revista Educación

Hay que joderse

Por Siempreenmedio @Siempreblog
Hay que joderse

Ilustración de Mikel Jaso. Fuente: El País.

Envejecer es una mierda. Y, al mismo tiempo, es una maravilla. Envejecer te trae cosas malas (obviamente, todo el deterioro físico) y cosas buenas, como (quien tenga esa suerte) la sabiduría y el conocimiento. Con la experiencia se gana mucho.

Pero (siempre llega el pero) hay una cosa a la que no acabo de acostumbrarme (y esta se suma a la anterior que tuve con el tema de la presbicia). En mi última revisión ginecológica, algo temerosa por ciertos cambios en la intensidad del dolor y por el hecho de que los analgésicos habituales han dejado de hacer efecto, me dio la sensación de que la doctora me miraba como diciendo “Qué hace esta aquí, si no le pasa nada”. Miren: de verdad que entiendo que el sistema sanitario está saturado, que las consultas de los especialistas deben ser para cuestiones patológicas y que retorcerse de dolor con la regla debe ser lo más normal… Pues no. Una mierda como un piano. No. ¿Por qué tengo que acostumbrarme al sufrimiento, al dolor, solo porque sea “normal”? ¿Por qué a las mujeres cuando nos asusta algo relacionado con la menstruación, el embarazo, la menopausia o lo que sea nos dicen que es “normal” y puerta? Una cosa es tranquilizar y otra normalizar el sufrimiento. Y no.

A ver si vamos investigando en formas de hacer que todo esto vaya a mejor y el sufrimiento deje de ser lo “normal”, porque no me lo creo. No-me-lo-cre-o. Recuerdo cuando el tema de la impotencia masculina era el asunto médico que más preocupaba a la sociedad hasta que apareció la viagra. Ya no se habla del tema. Se le dio carpetazo. Y me alegro mucho. Pero me gustaría que con las cosas “normales” que nos pasan a las mujeres fuéramos igual de insistentes.

Que me tienen un poco frita, la verdad.

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