¿ Porque es una asignatura pendiente ? Porque ante todo, para educar las emociones, hace falta conocer y saber gestionar las propias, por lo que, ya parto de una mala base, ya que no se gestionar las mías. Esta falta de gestión creo que se ha hecho muy común por culpa de una sociedad que se ha dedicado a menospreciarlas y a reducir las emociones a la esfera privada, a ignorar los sentimientos de los niños y a catalogar como muestras de "debilidad" su expresión en público sin prever que la educación emocional es imprescindible para ser adultos equilibrados y competentes.
Ante mi carente habilidad para trabajar las emociones propias, he sentido durante mucho tiempo la necesidad de trabajarlas con mis hijas, sobre todo con Alex, que no se si ha sacado el carácter de su padre y mío juntos.... En fin, que sea como sea, desde pequeña tuve claro que íbamos a tener que trabajar el tema emocional de forma muy intensa y en eso llevo desde hace 7 años.
Ideas para una correcta educación emocional hay muchas y, si buscamos en Google, encontraremos infinidad de webs con recursos, explicaciones, definiciones, etc... Antes de ser padres, todos deberíamos plantearnos como vivimos y gestionamos nuestras emociones y si vamos a ser capaces de trabajarlas con nuestros hijos de forma correcta.
Quiero quedarme con los objetivos generales de la educación emocional que he encontrado en la web de Aprender a Pesar y que creo que pueden servirnos de guía a la hora de trabajar las emociones con nuestros hijos:
- adquirir un mejor conocimiento de las propias emociones e identificar las emociones de los demás;
- desarrollar la habilidad para regular las propias emociones;
- prevenir los efectos nocivos de las emociones negativas y desarrollar la habilidad para generar emociones positivas;
- desarrollar la habilidad de automotivarse;
- adoptar una actitud positiva ante la vida;
- aprender a fluir, gestionar los conflictos de forma positiva
Como veis, para trabajar las emociones tenemos infinidad de recursos, pero ante todo, debemos aprender a identificarlas, a aprender a expresarlas de forma asertiva y a respetar los sentimientos y emociones de los demás. Sin esa base, creo que todos los esfuerzos que realicemos para conseguir educar en las emociones, serán poco efectivos.