Revista Remedios

Heces amarillas: causas y tratamiento

Por Gabriel Giner @esaludcom

El sistema digestivo se considera uno de los sistemas de mayor importancia en el organismo. Es el encargado de la nutrición y a su vez de la excreción de los residuos o desechos alimenticios. Es aquí donde se producen las heces. En condiciones saludables, estas son de color marrón. Sin embargo, puede ocurrir que en algún momento se excreten heces amarillas

Este cambio de tonalidad puede generar gran preocupación en las personas. Si bien es necesario acudir a un especialista para determinar la causa, no siempre se trata de algo grave. Por lo que si presentas heces amarillas, aquí te explicamos un poco más de esta patología, qué la provoca y cómo tratarla.

Las heces y sus características

Las heces, definidas clínicamente como material fecal, no son más que desechos o residuos que excreta el ser humano. Son producto de la ingesta, digestión y absorción de los alimentos que se ingieren a diario para poder mantener todas las funciones del cuerpo en óptimas condiciones.

Este material fecal tiene características específicas con las cuales se puede definir el estado de salud de una persona, sobre todo a nivel gastrointestinal. En este sentido, la diarrea suele ser la afección de más fácil detección, siendo una de las enfermedades de mayor contagio. Esta afecta directamente el sistema digestivo comprometiendo la salud del paciente, pudiendo llevar a la muerte a causa de una deshidratación.

Qué significan las heces amarillas

Las características más relevantes de las heces a nivel macroscópico son la consistencia, el color, el olor, la cantidad o volumen, y la frecuencia. Ya hablando desde el punto de vista microscópico se observaría en un estudio más especializado. 

A través de un examen de heces se pueden observar o no, bacterias, parásitos u otro microorganismo, dando una idea o un diagnóstico en referencia a lo que pueda estar afectando al sistema digestivo. Esta prueba fácilmente permite identificar la causa de los cambios que se producen y que comprometen la vida de la persona.

Una persona con una dieta equilibrada entre carbohidratos, proteínas, fibras y nutrientes suele producir heces de color marrón. Al observarse un cambio en la coloración, como una tonalidad amarilla, puede ser indicativo de que algo esta sucediendo y esta afectando al sistema gastrointestinal. 

Por lo general, el cambio de color no siempre se encuentra solo. También puede observarse un cambio en la frecuencia, volumen, consistencia u olor dependiendo de la causa.

Las causas más frecuentes de las heces amarillas y qué hacer

La presencia de heces amarillas puede causar preocupación y malestar. Al no encontrarse dentro de la apariencia normal, automáticamente se piensa que es producto de algo grave dentro del organismo. Sin embargo, si bien puede tratarse de una enfermedad, son muchas las causas que pueden provocar que el material fecal sufra estos cambios:

Alimentos de color amarillo

El consumo de alimentos con colorantes de tonalidad amarilla pueden afectar la apariencia de las heces. En este grupo destacan la cúrcuma, la zanahoria, la calabaza, y similares. Una vez excretados, las heces deben volver a su habitual color marrón. Disminuir su consumo también ayuda a mantener el color del material fecal en su apariencia normal.

Alimentación rica en grasas

La ingesta de grasas en exceso hace que la digestión sea más lenta, pero acelera el tránsito intestinal. En estos casos se observa una consistencia más liquida de las excretas debido a la rapidez con la que pasan por el intestino, además de poseer una coloración amarilla. Tan solo con cambiar la dieta evitando comer alimentos grasos y bajos en nutrientes, debería notarse una mejoría al cabo de 4 días. En caso de no ser así, debe consultar con su médico de confianza para buscar otra posible causa.

Causas de heces amarillas

Bilis no digerida

Se observa frecuentemente cuando existe presencia de cálculos biliares. Estos depósitos pueden llegar a obstruir el conducto que transporta la bilis del hígado hacia el intestino. La presencia de esta enfermedad también se caracteriza por otros tipos de síntomas como son: dolor abdominal, color amarillento en piel y mucosas (ictericia) y distención abdominal. 

Se debe consultar a su médico para tratar adecuadamente este padecimiento. Sin embargo, también puede ayudar aumentar la ingesta de agua, y mejorar la dieta consumiendo alimentos que facilitan la digestión como: frutas, pescados, arroz blanco cocido, entre otros.

Síndrome de Gilbert

Se define como una enfermedad congénita debido a una mutación genética durante la gestación. La misma desencadena una enfermedad hepática común en la cual no se observa un daño hepático, pero sí una alteración en el procesamiento adecuado de la bilirrubina por parte del hígado. En las personas con este tipo de síndrome lo único que puede hacer es mejorar la dieta comiendo más frutas, carnes blancas y agua.

Estrés

El estrés puede causar una alteración hormonal, con lo cual se produce una disminución o aumento del apetito. Debido a esto, en muchos casos, las personas opten por alimentos o comidas menos saludables en los momentos de estrés intenso. Al mismo tiempo, aumenta el peristaltismo (movimientos intestinales autónomos) disminuyendo la absorción y produciendo diarrea o heces de un color amarillento

En el caso del estrés, es importante disminuir las presiones externas y buscar alternativas para realizar tus actividades con más tranquilidad. Si este estado emocional afecta a mayor grado tu día a día, será necesario consultar con un profesional de la salud, preferiblemente con un psiquiatra, para la prescripción de medicamentos en caso de ser necesarias.

Infecciones intestinales

Cuando se trata de infecciones, bien sea de parásitos o bacterias, las heces amarillas vienen acompañadas de alteraciones en otras características macroscópicas y otros síntomas. Las personas pueden presentar dolor abdominal, fiebre, distensión abdominal y tenesmo. En algunos casos, puede llegar a observarse sangre en las heces y/o moco. 

Los agentes etiológicos más comunes, cuando hablamos de bacterias, es la Escherichia coli. Esta se trasmite mediante alimentos contaminados previamente por alguien infectado con dicha bacteria, mala excreta de las heces o contacto ano-mano-boca. Finalmente se produce una inflamación en el intestino, la cual provoca una disminución en la absorción.

Tratar heces amarillas

En caso de padecer algún tipo de síntoma relacionado, debe acudir a su médico de cabecera con la mayor rapidez posible, ya que este tipo de patología se debe tratar con antibióticos

Si se trata de infecciones intestinales por parte de parásitos, una de las más recurrentes es a la giardiasis, siendo causada por Giardia lamblia. Este tipo de parásito se caracteriza por producir en el ser humano la excreta de heces amarillentas de contenido graso (también denominada estratorreica) y de un olor muy fétido. Además, se pueden presentar otros síntomas como lo son: dolor de cabeza, fiebre, náuseas y pérdida de peso.

Este tipo de diarrea es importante diagnosticarla rápidamente debido a que el tratamiento es únicamente con antibióticos. Se trata de una patología que puede comprometer la vida de la persona si no se identifica a tiempo.

Enfermedad celiaca

Esta se produce por intolerancia severa al gluten, causando irritación en la mucosa intestinal. Esto, a su vez, provoca una mal absorción intestinal cuando la persona tiene una dieta alimenticia en base a trigo o cebada. De esta manera, se evidencia un aumento de las grasas en las heces, dándoles ese color amarillento. Por lo general, las personas con este tipo de afección mejoran retirando el gluten de sus dietas.

Tratamientos adecuados para las heces amarillas

Como se ha mencionado con anterioridad, si se presentan heces amarillas, lo más adecuado es visitar a un médico en busca de un diagnóstico certero. De esta manera, será posible aplicar un tratamiento adecuado.

Sin embargo, si no existe una causa grave o de preocupación, es posible optar por consumir productos naturales para devolver su aspecto marrón a las heces. Los más recomendables son a base de aloe, azufre, podophyllum, entre otros.


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