Revista Cocina

Heretat Mascorrubí, el nacimiento de unos vinos.

Por Baco Y Boca @BacoyBoca
Heretat Mascorrubí, jóvenes y con mucho futuro.

Heretat Mascorrubí nace hace 2014 como proyecto con la compra de una finca en Pla de Manlleu (Tarragona). Una inversión con una base algo romántica, ya que la compra de las tierras vino impulsada por una mezcla de recuerdos de infancia y un poco de intuición.

La finca no era fácil, pero es posible que eso fuera el empuje para tirar adelante con fuerza: el reto. El terreno está a cierta altura entre los 500 y 700 metros sobre el nivel del mar, el clima es contrastado entre las temperaturas diurnas y nocturnas y los inviernos son largos y fríos. En Heretat Mascorrubí han mantenido las viñas como estaban en origen y han respetado las variedades autóctonas que durante años se han cultivado en la zona, como la Montònega, que hay quién la considera una subvariedad de la Parellada y quién la considera la misma uva a la que llaman con un nombre diferente. En sus viñedos también encontramos garnacha blanca y tinta, y Sumoll blanco y tinto.

Heretat Mascorrubí, el nacimiento de unos vinos.

Han sido tres años de espera, para llegar a tener las cuatro referencias que actualmente ya se encuentran en el mercado: Teulera Blanc, Aixart Blanc, Extincta Vitis Blanc i Captirot Negre. Unos vinos que me resultaron peculiares y que además me han dado la oportunidad de probar por primera vez un monovarietal de Sumoll blanc.

Las cuatro referencias actuales que podemos encontrar de Heretat Mascorrubí en el mercado son:

Teulera 2016 Blanc. Definido como fresco y con mucha sutileza aportada por la montònega 85 % y redondeada por el 15% de garnacha blanca. Criado en lías con fermentación parcial en barrica de roble francés.

Aixart 2016 Blanc. Garnacha blanca y montonera. El mismo coupage que el anterior y con las mismas proporciones pero invertidas, siendo la garnacha la más presente. Cuatro meses en barrica de roble francés.

Heretat Mascorrubí, el nacimiento de unos vinos.

Extincta Vitis 2016 Blanco. Es el primer año que este peculiar vino ha salido al mercado. Es especial porque hablamos de un monovarietal Sumoll blanco. Un blanco seco, largo en boca y difícil de definir posiblemente por tratarse de una novedad.

Captirot 2015 Negre. Un coupage de garnacha tinta (65%) y sumoll (35%) con 14 meses en barrica de roble más 4 de botella.

Hasta ahora, estos cuatro vinos son el resultado del esfuerzo del equipo humano que forma Heretat Mascorrubí. Ernest Pérez barcelonés que busca refugio de su día a día como ingeniero de telecomunicaciones en esta finca, en Heretat Mascorrubí, donde materializa su gran afición al vino. Ernest sigue incorporando más hectáreas y variedades mientras que Jaume Àrboles i Joan Rovira, los enólogos de la finca buscan, vigilan y crean nuevos vinos.

Mascorrubí

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