Revista Cultura y Ocio

HERTA MÜLLER: “En tierras bajas”

Publicado el 03 noviembre 2014 por Juancarlos53

HERTA  MÜLLER:  “En tierras bajas”Herta Mülleres una escritora de origen rumano (minoría suaba [vid. nota infra]) que ganó el Nóbel de Literatura el año 2009 y que vive en Alemania desde 1980.“En tierras bajas” es la 1ª obra que publicó la autora y fue prohibida por el Régimen de Ceaucescu. El ejemplar que he leído apareció publicado por el periódico El Públicocomo complemento a su edición de los sábados dentro de una colección de títulos llamada Premios Nóbel. La impresión primera de lectura que he tenido puede contenerse en alguna -o en todas- de estas expresiones: ¡impresionante!, ¡maravillosa!, ¡poesía auténtica!, ¡durísima!... y así.
Comentario   Son quince relatos cortos agrupados bajo el título del de mayor extensión. Aunque independientes, en todos ellos existe la misma voz narradora, la de una niña que ve el mundo a través de sus ojos infantiles con la ingenuidad pero también con la crudeza con que refieren las cosas los niños. Para esta niña su entorno próximo la pone en relación con el mundo. Y este entorno lo constituyen personajes esenciales en la vida de todo niño: la mamá, el padre, algún hermano, alguna tía, algunos vecinos… Son ellos quienes le dan a la niña la versión de lo que el mundo es; pero también la niña aprende al observar sus comportamientos que a veces, si se quiere mantener la felicidad doméstica, es conveniente no decir toda la verdad  (vgr.- El cuento “Peras podridas”). Si algo importante hay en todo el volumen es observar cómo esta niña mezcla en su cabeza mundo real y fantasía sin solución de continuidad. Estamos ante un personaje infantil a punto de entrar en la adolescencia, de ahí sus preocupaciones sobre el momento del cambio (la 1ª menstruación) y la observación que realiza al ver que ya el sexo comienza a ser parte integrante en su vida [¿o es sólo una traslación fantasiosa?].
   Vemos en estos 15 relatos no sólo la vida de una niña sino también el discurrir de un país que acaba de sufrir cambios muy importantes y que todavía no está acomodado a su nueva situación. Así en ’La crencha alemana y el bigote alemán’ un personaje busca a su abuelo en otra aldea dado que los movimientos de fronteras habidos y los traslados forzosos de personas de unos lugares a otros ocasionaron con frecuencia separaciones obligadas y traumáticas de familias. En otro (‘Crónica de un pueblo’) se observa la distancia que existe entre el mundo oficial y el mundo real de los auténticos habitantes de un pueblo; y esta distancia la marca mediante el lenguaje (ej. “Junto a la plaza del mercado queda el Consejo del Pueblo, que los habitantes denominan Casa Consistorial” [pág. 97] o “Junto a la peluquería está la Cooperativa de consumo, que en el pueblo se llama tienda” [pág. 99] y otros de este tenor).
   La obra me ha parecido dura, pero al tiempo muy poética. Las pulsiones que mueven a los

Suebos rumanos, suevos de Banat

La región de Banat en Rumanía

personajes son fuertes, duras por auténticas (ej. en ‘En tierras bajas’ una novia se casa no por cariño hacia el futuro marido sino por el miedo que le da la paliza que su propio abuelo le pudiera dar si no se casara habida cuenta de que ya habían matado al novillo del festejo); y en especial las de las mujeres: madres que se saben engañadas y que son golpeadas por sus borrachos maridos y que lloran en soledad su condición, niñas que saben –o intuyen ya- que serán –o son- violadas y que no podrán hacer nada por evitarlo, niñas que deben aprender a ser fuertes y que deberán ocultar sus lágrimas [“A veces mamá me pegaba cuando me oía llorar y me decía: pues nada, ahora al menos tienes un motivo”, pág. 39 “En tierras bajas”]. Y luego está la naturaleza, la relación del hombre con el mundo animal, la crueldad que muchas veces encierra esta relación a ojos de una niña que así está aprendiendo a serlo:
[(los patos) “cuando llega el otoño, son sacrificados.En el nacimiento del cuello, sobre una superficie del tamaño de un pulgar, les arrancan las plumas. La vena principal queda a la vista y se tornacada vez más gruesa y más visible por efecto del miedo. La abuela se para con sus pantuflas sobre las alas. Luego le estiran la cabeza hacia atrás, el cuchillo penetra en la vena más gruesa y la incisión se alarga y amplía siempre más. La sangre brota a borbotones y gotea, cayendo en una cubeta blanca. Sale caliente, y al contacto con el aire se vuelve negra y amenazadora.”[…] (págs. 32 y 33).
Conclusión
   Pese a ser 15 relatos cortos el conjunto nos da una imagen de la comunidad suaba en Rumania en el periodo en que este país era satélite de la extinta U.R.S.S. Este grupo humano del Bánato rumano vive en una situación absurda y surrealista que la autora  consigue hacernos llegar a través de la lectura de este libro que se inicia con la niña que en sueños busca a su abuelo de origen alemán y finaliza con el día a día surrealista en que vive esta comunidad.
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NOTA:
Los suabos del Bánato rumano proceden de los suabos franco-alemanes que llegaron a la zona por primera vez en el siglo XVIII como población que acudió a repoblar las zonas que Austria había reconquistado a los turcos. Allí vivirán sin problemas hasta que a finales del XIX el nacionalismo húngaro se incremente por lo que muchos del Banat húngaro marcharán a Bulgaria.

Con la caída del imperio austro-húngaro el Banat queda repartido en tres países diferentes: Hungría, Rumanía y Serbia. Los nazis ensalzaron a estos habitantes por su origen alemán; durante los años 30, por la crisis económica muchos suabos emigrarán a países sudamericanos y no volverán más. Cuando Rumanía que hasta 1944 combatió al lado de los nazis se unió a los aliados, muchos suabos del Banat rumano huirán a Alemania.

Al finalizar la guerra, los soviéticos consideran a todos los suabos rumanos sospechosos de nazismo por lo que serán enviados a campos de trabajo de los que no regresarán los más afortunados hasta 1956 y la mayoría hasta 1963. Paradójicamente los suabos rumanos comienzan un constante emigrar hacia Alemania a partir del cese de su persecución. Con Ceausescu en el poder, los suabos del Banat marchan por miles llegando a abandonar la zona hasta 200.000 en esos años. 

Con la caída del comunismo y del muro, los suabos rumanos abandonan multitudinariamente la zona donde vivieron durante más de 10 generaciones. De los 750.000 que llegaron a ser los suabos del Banat rumano hoy no habrá más de 75000 como mucho.

De esta exigua minoría étnica es de la que hablan estos 15 relatos de Herta Müller



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