La carne de cordero que suelo consumir es de total confianza, prácticamente puedo decir que se donde pastan esos corderos y donde se crían, por eso, de vez en cuando me apetece hacer un guiso con el hígado.
Quizás el hígado encebollado (aquí) sea lo más clásico o lo más usual a la hora de cocinarlo, esta vez, también con cebolla pero tratado como un estofado y añadiendo un toque de comino entre otras cosas.
Ingredientes para 2 personas:
300 gr. de hígado de cordero
Aceite de oliva virgen extra
En una cazuela o sartén con un poco de aceite poner la cebolla cortada en láminas finas, salar y dejar cocer unos 8-10 minutos.
Mientras, pelar los ajos y junto con unas hojas de perejil, majar en un mortero y agregar a la cazuela.
Cortar el hígado a dados de bocado incorporándolos también, dar unas vueltas y añadir el agua, el pimentón, el comino, salpimentar y dejar reducir a fuego medio-bajo con la cazuela tapada hasta que haya absorbido el líquido, unos 30 minutos más o menos.
Rectificar de sal y pimienta.
Freír los huevos de codorniz sirviéndolos encima del hígado estofado.
La cantidad de comino y pimentón va un poco a vuestro gusto.
** Los dados de hígado a vuestro criterio también, pero quedan mejor si son de tamaño de bocado.
** c/ p = cuchara de postre
** c/c = cuchara de las de café
: aseguraros bien de que todos los ingredientes sean sin gluten.