Revista Solidaridad

Hijas de nuestra avaricia y silencio

Por Iñaki Iñaki Alegria @InyakiAlegria

Alegria
Nassaneth es un niña invisible, fruto del olvido, hija de nuestra avaricia. Nassaneth no  aparece en ninguna estadística, en ningún registro. Es el olvido. Solo existen cuando te miran con sus ojos, con esa mirada inolvidable que te pide a gritos alimentos.
Por ellos, por los invisibles…
Nassaneth tiene 2 años y medio meses y pesa menos de 5 kilos.
Llega en brazos de su abuela. Su madre la ha abandonado. Mitike, la abuela, no tenía leche pero se ponía todos los días a Nassaneth al pecho y Nassaneth succionaba con todas sus fuerzas sin sacar ni una gota del pecho de su abuela, pero su abuela no desistía y cada día le ofrecía el pecho con la esperanza de que algún día brotase la leche, y Nassaneth tampoco defallía en su succión y finalmente un día consiguió la recompensa a tan preciado esfuerzo y perseverancia, una gota de leche. Del pecho de la abuela empezada a salir leche.
Pero la alegría se fue desvaneciendo, ya que la leche producida no era la suficiente para cubrir toda la demanda de Tuje que poco a poco se iba adelgazando y perdiendo fuerza ante el paso de los días y la mirada de su abuela que no podía tampoco dejar de cuidar al resto de hermanos.
Finalmente, la abuela, se armó de valor, cogió a Nassaneth, abandonando al resto de hermanos para acudir a nuestra unidad de renutrición.
En la unidad de renutrición y gracias al cuidado de nuestras enfermeras, Nassaneth poco a poco fue recuperándose,  pero la recuperación era lenta ante la impaciencia de la abuela por poder regresar pronto a casa para no seguir descuidando al resto.
Por ella, por Nassaneth ha valido la pena.
Hoy es Nassaneth. Mañana será Alima. Siempre en el olvido. Hijas de nuestra avaricia y silencio.
Seamos su voz. Curemos nuestra avaricia.
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