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“Hiperpadres”: el riesgoso deseo de criar hijos perfectos – La Nación

Por Davidsaparicio @Psyciencia
Miloslav_Ofukany / Pixabay" href="http://i1.wp.com/www.psyciencia.com/wp-content/uploads/2016/04/parent_school_1461111452.jpg?fit=1280%2C853">“Hiperpadres”: el riesgoso deseo de criar hijos perfectos – La NaciónMiloslav_Ofukany / Pixabay

Muchos padres actúan como si estuvieran en una competición por el premio del padre del año. Son padres sobreprotectores, que no conocen donde esta el límite para dejar que sus hijos afronten los problemas y exigencias de la vida diaria cómo parte de su desarrollo. Evangelina Himitian en el diario La Nación, nos explica con más detalle de qué se trata el efecto de los hiperpadres y añade algunas recomendaciones para evitar sobrepasar la subjetividad e independencia de los niños:

“Hoy, muchos padres sienten la presión de ser perfectos. Es un objetivo equivocado. Los chicos no necesitan padres perfectos, necesitan padres presentes. Conectados, pero no «hiperpadres». La sobreprotección atenta contra el nivel de confianza de un chico”, apunta Verónica de Andrés, autora, junto a su hija Florencia, de Confianza total para tus hijos (Editorial Planeta), que es el segundo libro entre los más vendidos en el país en la categoría no ficción.”

Otra característica de los “hiperpadres”:

“Los “hiperpadres” suelen hablar en plural sobre sus hijos y las elecciones de vida: “No tomamos gaseosa de noche”, “no miramos televisión” u “hoy tenemos prueba de matemática”. También se los denomina “padres helicóptero”, porque siempre sobrevuelan la vida de sus hijos.”

La paradoja de los hiperpadres:

“La paradoja de la hiperpaternidad es que cuanto más perfecto buscás que sea tu hijo, más inseguro lo hacés -dice Andrés-. Un chico que se tiene confianza tiene el «yo puedo» incorporado. Uno criado con hiperpadres tiene el «mis padres lo harán por mí» incorporado. Y eso es un atentado contra la autoestima.”

La regla de oro para ayudar a los niños:

“(…)No hacer por los hijos nada que ellos puedan hacer por sí mismos. “Ayudarlos está bien, pero entrometerse en todos sus asuntos no. ¿Querés ayudarlo? No lo ayudes tanto en todo. Antes de saltar a su rescate, preguntate si eso es algo que él o ella puede hacer solo. Es posible criarlos para que tengan confianza en sí mismos, desarrollen su inteligencia, sean responsables y felices sin estar sobrevolando sus vidas como un helicóptero.”

Lee el artículo completo en La Nación.


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