Historia de un desamor

Los dos, en el dormitorio.

Una luz tenue.

Él, de un lado para otro, como si quisiera poner en orden la ropa que se pondría al día siguiente. Algo nervioso, intentando disimularlo.

Ella, ya en la cama, despierta, con los ojos entornados y en posición fetal.

Son jóvenes.

Tienen dos hijos adolescentes.

Se casaron muy enamorados, tras un noviazgo de acuerdo al amor que se profesaban. Intentando consolidar los estudios de él y más tarde los de ella.

Dificultades, proyectos, ilusiones, siempre hasta entonces compartidos.

Por fin situados. Por fin una vida plena en el ámbito profesional, social, económico, familiar…

Aquella noche se respiraba un aire parecido al de los últimos meses: espeso, turbio, enrarecido, impuro y hostil.

Él envuelto en su cobardía.

Ella barruntando algo amargo, le preguntó con voz entrecortada pero valiente.

¿Qué te está pasando?

Sin atreverse a mirarla respondió:

-   Estoy enamorado de otra mujer.

Tú ya no me haces feliz.

Ella sintió como en su se rompía algo muy fuerte y profundo, su corazón.

Antes de que pudiera decir nada, él sacó sus maletas, las preparó, mientras ella salía del dormitorio. Aquella estancia donde concibieron a sus hijos. El lugar donde se habían fraguado sus mejores sueños, sus más tiernas caricias, sus más apasionados momentos de amor.

Se sentó en el borde de la silla del recibidor, donde tantas veces lo había recibido y lo habías despedido con cariño, abrazos y besos.

En aquella ocasión lo vio salir con su equipaje, sin una palabra de despedida y sin intentar si quiera volver la cabeza para mirarla.