Revista Diario

Historia de una cesárea

Por Drajomeini @DoctoraJomeini
Historia de una cesárea
Esperanza tiene 44 años. Se ha pasado los últimos veinte intentando quedarse embarazada. Lo ha probado todo: la inseminación, la fertilización en vitro, la acupuntura...Dejó de fumar, de tomar café, de beber una copa de vino cuando salía a cenar. Leyó miles de libros, de teorías, de páginas de internet. Los días previos a la ovulación había que hacerlo aunque no le apeteciera a ninguno de los dos. Durante veinte años. Hasta que Pedro dijo basta. Que lo dejara ya, que tenía 43 años y que ya era hora de vivir. Que si Dios no había querido que fueran padres, pues que se le iba a hacer. Esperanza lo pensó unos días y decidió que tenía razón. Se fueron a París a celebrarlo. Eran libres. Y, entonces, pasó. Tuvo un retraso. "La menopausia" - se dijo. Y no hizo caso. A los dos meses, se levantaba con nauseas todos los días. Ya no era normal. Compró un test de embarazo sin hacer caso a la mirada de compasión de la farmaceútica de siempre. Y no le dijo nada a Pedro. Para que él no pusiese cara de "Ya estamos otra vez". Dio positivo. Ahora, en el quirófano, escucha a la anestesista que le explica: "Cuando vayan a sacar la cabecita, notarás un empujón en la parte superior de la tripa". Esperanza lo nota y, de pronto, detrás del telón, oye un quejido. Primero suave, luego más alto. Su hija está llorando a todo pulmón. Se la ponen en el pecho. La niña se calla y mira, bizqueando a su madre, que no puede evitar llorar.- ¿Cómo vas a llamarla? - le preguntan.- Victoria - contesta. Cómo si no.

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