Revista Cultura y Ocio

Historia y evolución de los Rituales Modernos (II)

Por Vguerra
  Una mirada sobre los usos de los “Modernos” y los Rituales de  Rito Francés  del Gran Oriente de Francia

A vueltas con los tableros, columnas, candelabros y otras cuestiones.. Las logias de aquellos primeros momentos, como ya sabemos, se reunían en tabernas, y  sin la presencia omnipresente del “Secreto”, pues las tabernas eran lugares donde la discreción estaba claro que no estaba garantizada, y  por supuesto  no existía la sacralización que hoy parece perseguir al trabajo masónico, del "secreto" y que además devendrá con mayor fuerza a través de la implantación de ciertos sistemas rituales no propios de los “Modernos” En ese contexto del primer cuarto del siglo XVIII aparecen pues pintados con carbón tanto el  el Sol, y  la imagen de la logia, (cuya forma va virando paulatinamente hasta quedarse en “oblonga”) sobre manera con la intervención de Desaguliers, aunque ello no venga recogido como tal en los pre-rituales, sino en otras bases documentales de 1726. Estas pinturas, o cuadros de logia observamos  que se comportan dentro del Rito Francés como a modo del río Guadiana, aparecen y desaparecen bajo diversas formas, ya que irán siendo paulatinamente reemplazados por cintas y en otras ocasiones por letras móviles, los cuales debían responder, en esos precisos momentos de cambio, al respeto y cuidado que precisaban las moquetas de los nobles que cedían sus palacios para el desarrollo de los trabajos masónicos. Esa incipiente estructura  simbólica irá deviniendo en un tapiz o tablero de logia en donde vamos a encontrar las columnas de Salomón, el Sol, la Luna, las herramientas del cantero, las dos piedras, y todo ello sin que hubiera una reglamentación textual acerca de las presencias de dichos utensilios o su ordenación o base jerarquica, por no haber, he de comentar,  que no había división en grados, como vemos en los pre-rituales, y en cuyo seno cada uno tomaba su propia orientación y deriva. En cuanto a la definición del espacio logial en un tablero va a ser el Régulateur du Maçon quien va marcar la línea rompiente al delimitar tal espacio, ya que por primera vez éste va a definir su trazado en un tablero en cual se representan: 7 escalones, el pavimento mosaico, las dos columnas J y B, entre estas a la altura del capitel, una escudara con el ángulo hacia abajo, a la izquierda de la columna J la piedra bruta, a la derecha de la B la piedra cúbica de punta, y encima de la columna B el nivel, en medio de la parte superior del cuadro se dibujará un compás con el ángulo hacia lo alto; a la derecha el Sol, y a la izquierda la Luna. Al fondo en la parte superior se dibujará un cielo sembrado de estrellas, encontrándose todo ello delimitado por una cuerda de nudos con borlas en los extremos, habrá también una plancha de trazar en el lado izquierdo; y tres ventanas con esta ubicación: Occidente, Oriente y Mediodía. Como antes consignaba, esa presencia se registra de forma intermitente en los pre-rituales, pero solo de una forma clara contundente y definitiva en el Régulateur, eso sí ,para luego volver a difuminarse por los usos logiales de forma importante en los distintos textos de Referencia del GODF. Otra de la confusiones típicas en la masonería de Rito Francés, o con respecto a este rito, es la presencia de luces o luminarias, tal y como nos indica André Doré: en los tiempos de los “aceptados” la logia se iluminaba por una luz que partía de una base triangular, sin que el concepto de triangulación fuera utilizada por los especulativos como tal, y es muy posible que para los Operativos, pues tampoco había tal sacralización más allá de la vinculación figurativa y simbólica, significar que dichas antorchas pasaron a ser “luces”, que curiosamente siempre fueron siempre tres. Aunque los Antiguos Deberes, recogen diversas significaciones en cuanto a su representación, el Edimburgo (1698) representa al Maestro, al Vigilante y al Compañero; para el Sloan (1700) son el Sol, el Maestro y la Escuadra; para el Dunfries (1710) éstas tres antorchas devienen en pilares que representan la Escuadra, el Compás y la Biblia, y así llegaremos a ver instaladas en la logia hasta doces “luces”. Será en realidad el Pritchard quien manifieste que los tres pilares que soportan la logia son: Sabiduría, Fuerza y Belleza, las cuales se terminarán vinculando con las “luces” de los “Modernos” que siempre serán tres candelabros altos, y de una sola luz y que representan el Sol, la Luna y al Venerable Maestro, que será el ternario que identifique para siempre al sistema ritual de los “Modernos” y será precisamente el Luquet quien nos indique su posición: Oriente, Occidente y Mediodía, aunque encontremos una disposición distinta en el Chartres. De estos candelabros de ángulo, de los que hablamos, pese a estar en los diferentes textos de los “Modernos”, incluido el Régulateur de 1804, se pueden ver representados en varios grabados de la época. También están presentes en los rituales de Rito Francés del GODF, tanto en los rituales: Murat, Amiable o Groussier; aunque luego estos candelabros desaparecerán, para volver a estar presentes en Rituales de Referencia del GODF, el ya citado del 6002, nos indica que pese a estar abolidos se pueden colocar de esta forma: Norte-Este; Sur-Este y Sur-Oeste, posición que viene expresamente en definitiva en el ritual Referencia del 6009. Estas luces se colocan en torno al Pavés Mosaico, y a los cuales René Guilly desde una visión tradicional del RF, relaciona con los dos solsticios. En los rituales REAA, veremos que hay otra división: Tres Grandes Luces: Biblia, Escuadra y Compás; Tres Pequeñas Luces: Sol, Luna y Maestro Masón; y Tres grandes Pilares: Sabiduría, Fuerza y Belleza. 


Aunque en el Rito Francés no existen esas tres pequeñas luces, y los pilares de la Logia son en efecto: Sabiduría Fuerza y Belleza que vemos en los 5 pre-rituales y en el Régulateur y que como bien nos indica Pierre Nöel, corresponden con las columnas J y B y una imaginaria que sería el Venerable Maestro. En los rituales del GODF y del Régulateur en particular y de ahí en adelante tal cuestión no sea tenida en cuenta.

Para otras cuestiones de menor entidad como pudiera ser el mobiliario de la logia, para ilustrarnos tenemos que ir a los grabados de 1750, donde vemos como los Hermanos masones se reparten por la sala con mandil en medio de una Iniciación pero sin collares, ni bandas, estando el Venerable, en medio de una escenografía en la que se observa una amplísima mesa ante la cual se sitúa el Venerable mallete en mano y tocado con un sombrero a modo de tricornio, un libro y delante una escuadra, y se aprecian tres pequeñas luces en triángulo en las esquinas de la mesa. En un grabado de otra famosa Tenida, en este caso de la logia Cannongate de Edimburgo, se puede ver al Oriente un alto estrado encaramado sobre tres escalones, y otras pequeñas mesitas perdidas en la mundana reunión masónica.

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Frente a esta especie de anarquía tan diversa que nos demuestran los distintos grabados, donde solo aparece como vital y esencial la mesa del Venerable, vemos que en este espacio ya consagrado de la logia, se presentan otros objetos que llegan más tarde, como son el libro, la pequeña mesa con la escuadra y el compás para los juramentos u Obligación, sin que medien unas directrices precisas, las cuales empezamos a denotar sobre manera a partir del ritual de Chartes (1784), el cual nos da las indicaciones de cómo debe esa mesa del Venerable, y que precisa de este modo: triangular con mantel azul, encima la biblia, la escuadra, el compás y el mallete y velas con base en forma triangular, habiendo en la sala una sola mesa para el Secretario. Vemos igualmente que el Altar de los Juramentos o de las Promesas, o bien está en la mayor parte de los pre-rituales integrada en la mesa del Venerable, por cierto estando éste en casi todos los textos tocado por un sombrero sin que se manifieste el grado de trabajo. Sin embargo como ya expuse, será a partir del Régulateur cuando haya una definición exacta de la mesa del Venerable, la cual se coloca sobre esos famosos tres peldaños adornada con un dosel; sobre ella el candelabro de tres brazos, un mallete, una espada recta, un compás y un Reglamento, la escuadra, aquí ya está segregada y se encuentra sobre un cojín situado delante de la mesa del VM.:., y a partir de este momento veremos como las distintas tendencias simbólicas van marcando a su vez al desarrollo de los rituales: el dosel desaparece para dar lugar a una balaustrada que cierra el Oriente, y el estandarte aparece a la derecha del Venerable Maestro, que ahora se nos muestra con la cabeza descubierta. A partir del ritual de Amiable la carga simbólica se hace presente, ya que la Obediencia (GODF) oscila en esos momentos entre el tradicionalismo y el espiritualismo, lo cual deja paso a la introducción de una espada que ya no nos hace a todos iguales y que maneja el VM: la espada flamígera (por cierto de un muy matizado carácter bíblico) y la cual reposa sobre la mesa del VM. En el ritual denominado de Groussier aparecerá sobre esa misma mesa el Compás, quedando, como tal conjunto. a lo largo de todo el desarrollo de los textos de Referencia del GODF, los cuales a partir del 6002, ya vemos que hay una mesa de los Juramentos u Obligación que contiene no solo los Reglamentos y la Constitución de la Obediencia, sino también las Constituciones de Anderson, lo cual reafirma el asentamiento obediencial sobre la base andorsiana con toda su carga y contradicción; que por ejemplo el DH no tiene en cuenta. De paso decir que la propia historia masónica tuvo por así decirlo debajo de la mesa, o sea relegadas tales Constituciones dura te mucho tiempo y aun así están en contradicho. El inimaginable mundo de la Iniciación Poco a poco vemos como los “usos” se va estructurando a la velocidad que imponen, por un lado la ideas, por otro los gustos y como no la filosofía; y a su vez tenemos el fortalecimiento de la estructura obediencial que va imponiendo modelos y directrices en base a esa penetración seudo filosófica y simbólica que irá calando en el seno de la logia, por tanto no se puede decir que los metales queden a la puerta, sino todo lo contrario, en algunos casos entran hasta los más oscuros rincones de la logia en general más bien a través del discurso masónico que de la estructura simbólica, aunque a veces también. Y eso lo percibimos con notable precisión en base a estos trabajos de contraste, donde vemos como a veces unos rituales de separan del tronco común para realizar escarceos en ambientes simbólicos de otros horizontes y escuelas que producen mutaciones o implantaciones sin saber porque ello se produce o a qué razones obedece tal mutaciones o cambios. No deja de ser paradójico que uno de los rituales que por su época debiera parecernos que sería el idóneo para llevar la carga simbólica más barroca, pues sea considerado como el Ritual más laico y racionalista de todo el periplo, frente a un comentado Groussier que queriendo recuperar los viejos sentidos simbólicos más puros, vemos que se carga de temáticas que no siempre vemos en ese tronco común que hemos establecido, aunque se denota en algunos pasajes de las divulgaciones e incluso en los rituales del Rito Francés, la gran influencia que tuvieron los Altos Grados escoceses en su desarrollo, sobre manera en la liturgia de los tres grados azules simbólicos. Uno de los momentos que he diseccionado, como otros tantos, lo cierto es que podríamos estar aquí horas y horas comentando y trayendo bosquejos documentales para afirmar o denegar, o contrastar lo que se plantea. En este caso, decir que el momento de la entrada del profano en masonería es uno de los aspectos más esotéricos de la masonería, y que nos conduce de forma irremediable a una cierta sacralización ritual, envolviéndose de un cierto carácter “iniciático” que no percibimos a lo largo del siglo XVIII , pero sí que se va a dar y con mucha fuerza en el siglo XIX, en donde la fuerza del rosacrucismo y su promesa de inmortalidad, y el fuerte desarrollo del hermetismo, o la cábala entre otros elementos van a ir nutriendo los apostolados masónicos, y habrá pocas herramientas intelectuales, y menos aún mentes lúcidas capaces de evitar esa penetración seudo religiosa y hermética en la cual se van a envolver las logias de finales del XVIII y del XIX. Son tiempos de cambio, de una masonería, como dice A. Doré “báquica y badine” que se ve amueblada en su “demarche” hacia una masonería moderna con la leyenda de Hiram, lo que conformará todo el adoctrinamiento del Rito Francés, y que revolucionará a su vez a toda la masonería de arriba abajo, incorporando así mismo, nuevos grados como el grado de Maestro, y también una serie de guiñolescos grados y escenas que afortunadamente han desaparecido del periplo masónico. En la fase de entrada del profano en masonería, todos los cuerpos pre-rituales y rituales se ponen de acuerdo en que el profano debe hacer la petición por voluntad propia a la vez que explica los motivos de su demanda, en contraposición a esa imagen que nos presentan los grabados de una masonería un tanto “ligera” y que pese a la poca posibilidad de indagación, o mucha que pudiera haber en lo concerniente a la entrada de profanos en logia, se observa que los talleres de esos primeros momentos no se blindan con el “Pase bajo Venda” que empezará a verse en el seno de los rituales del GODF a partir de denominado de Referencia de 1979, y cuya formulación viene a ser una forma de control más férreo sobre la idoneidad o afinidad del candidato. A partir de este primer ejercicio el candidato entra en la Cámara o Gabinete de Reflexión, es la angustia, la muerte simbólica, la desnudez todo un pasaje que debe conducir a un renacimiento, que no está en la masonería inglesa y por mimetismo tampoco estará en la masonería francesa, y según Doré, no lo hallaremos hasta que lo veamos en el Recuil Précieux de la Maçonnerie adonhiramita de Gillermain Saint –Victor (1783), que nos describe una pieza de muros negros, alumbrada por una vela, un taburete, una mesa con un cráneo y los ingrediente que la conformaran a lo largo de su existencia. El azufre, la sal, el agua el pan; el vitriol vendrá más tarde adornado con emblemas en la pared, y la introducción de algunas otras innovaciones que se van a plantear en el seno del GODF; y si bien esta cámara desaparece hacia mitad del siglo XIX, al final de ese mismo siglo, vuelve a reaparecer para quedar establecida en el seno de las logias para siempre. Sin embargo esta significativa Cámara de Reflexión ya viene recogida en el Berné de 1740 de una forma sólida, aunque es verdad que se presenta en el resto de la ritualística del XVIII de una forma muy sucinta; y en otras ocasiones está vinculada a otros grados. En el Régulateur veremos que en esa Cámara de Reflexión ya aparecen otros elementos como el gallo, un reloj de arena, y se le hará llegar una serie de cuestiones muy propias del Gran Oriente de Francia, tal como apreciamos en las observaciones del trabajo, y aquí por ejemplo traigo una de las incorporaciones escocistas que vemos en el ritual de Referencia de RF del 6009, donde eventualmente- en todo el periplo no ha habido cambios, y sin embargo aquí se producen varios a mi juicio muy significativos por un lado la presencia de una guadaña, de nuevo el gallo que había desaparecido, y el vitriol, y no solo eso, sino que volvemos al esoterismo alquímico al decirle al profano que está en plena prueba de la tierra, recuperando de algún modo la vieja filosofía hermética de Lengler-Dufresnoy (1742) que tanto influyó en la creación y evolución de un pensamiento esotérico en el seno de las logias, que ya viene presidido por la presencia de los astros como la luna, el sol, bóveda estrellada o la estrella flamígera, y la circunvalaciones en el seno de la logia, pero en este caso, el Ritual último (6009) del GODF, da una vuelta de tuerca volviendo a remitirnos a los oscuros orígenes herméticos. Ni “vestido ni desnudo” cuestión que no se encuentra en la masonería operativa, y que poco tiene que ver con la masonería especulativa de 1723, al menos en la trasmisión, pero si en ciertas analogías, que dejan lugar a más o menos prestancia en unos sistemas rituales que en otros. El tema que ahora no ocupa parece provenir de las leyendas templarias al menos en cuanto a la desnudez con la intención de comprobar el sexo del candidato, lo cual está presente en todos los pre-rituales en relación a ese ternario de la desnudez: hombro izquierdo, rodilla derecha, y pie desnudo, con o sin pantufla, aportando una variante importante en el Chartres de 1784, lo cual también está presente en Dunfriesnº 4 (1710); y es que el recipiendario entra en logia con ese triángulo de desnudez, más una cuerda al cuello, cuestión que va recuperar como una opción una variante el Ritual de Referencia del RF GODF del 6009, y que Wirth planteaba como una de las fantasías más delirantes de la masonería, y con cuya significación Bayard nos retrotrae al Shiva –Pasha.., e Irene Manguy a la tradición zoroástrica; cuando en realidad este elemento constituye una simbólica más propia de las iniciaciones del REAA. La respuesta, cruel estampa de un profano o neófito con una cuerda al cuello, nos la responde el propio recipiendario en el Dumfries nº 4 cuando se le pregunta por qué lleva esa cuerda al cuello, el interpelado responde que será para colgarle si traicionaba la confianza puesta en él… aunque hay otras significaciones…, pero como muestra un botón. La forma del Templo Podríamos estar así elemento por elemento, analizando su forma, su llegada al campo espacial de la logia, su desarrollo dentro del corpus conceptual y dialéctico y su enraizamiento en el discurso masónico, pero no se trata tanto de ir en este artículo al detalle de cada elemento simbólico y discursivo, eso formará parte de un próximo libro; lo que intento mostrar es la metodología que empleo y las referencias que se toman para el trabajo comparado sobre los rituales del Rito Francés, o de los “Modernos”,en relación al desarrollo de los rituales en el seno del GODF, lo cual por supuesto es trasladable dicha metodología al resto de los sistemas rituales.Pero antes deseo exponer otra perla de cómo se construyen a veces los conceptos masónicos que además se exponen como verdades inmutables, al menos así las recibe el lector, y que yendo por ejemplo a las fuentes veríamos como algunas cuestiones se tambalean. No hace mucho en un blog del Rito Francés llevado adelante por miembros del GODF, se exponía la definición del Templo según una de las personalidades del GODF: Edmond Gloton (1895-1962) que fue Redactor Jefe de la Revista La Chaine d´Unión del GODF; y Orador de la Logia La Unión de Belleville (París) aunque tal vez es un detalle menor pero no desdeñable, explicaría que pese a su gran importancia como personalidad en el Gran Oriente y su trabajo en el Rito Francés, el Hermano Glotón digamos que fue a su vez un activo C.B.C.S (Caballero de la Beneficencia de la Ciudad Santa), tal vez estas claves expliquen algunas otras peculiaridades del artículo que se ha publicado, ya que Edmond Gloton se inscribe dentro de ese cierto número de masones que están en la órbita de Corneloup intentando sumar al mundo racional simbólico el desarrollo de unas tesis simbólicas de carácter místico, que como nos advierte Jean –Charles Nehr, es un método de efectos perversos ya que conduce a creer en la posibilidad de interpretar libremente un símbolo masónico, y de creer que un símbolo tiene tantas interpretaciones como masones haya. Lo paradójico de todo este asunto es que forma inconsciente o por desconocimiento se coopera a la confusión, pues en mis propios post, u otros blogs similares también llevado pro Hermanos del GODF se publicaba un trabajo sobre Taller Masónico, Logia y Capitulo, en el cual se exponía esta representación gráfica del plano de la logia de Rito Francés.
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Sí comparamos el gráfico con el trabajo: “El Templo de Rito Francés según Edmond Gloton”, vemos que hay diferencias con respecto a ese modelo ideal del Rito Francés que expone el hermano Gloton: El Templo es un “Cuadrado largo” orientado; estando su eje central dirigido de este a oeste (al menos simbólicamente, pues en la práctica con frecuencia no es posible realizar esta disposición). ¿Sus dimensiones? Siempre simbólicamente: de Oriente a Occidente, de Norte a Mediodía, del Centro de la Tierra a la Bóveda Celeste Todo esto no tendría la menor importancia si con ello no se estuvieran definiendo los modelos simbólicos del Rito Francés, los cuales se exponen a veces como genuinos, o al menos sin notas aclaratorias al respecto, y aunque es verdad que ya el título lo expone casi todo: “El templo según en el Rito Francés según Gloton”, que como bien dice Nehr en su trabajo sobre Symbolisme et Fran-maçonnerie: se introducen a veces cambios subrepticiamente, por error o por ignorancia modificaciones en los símbolos y en los rituales, modificaciones que no alteran en nada el funcionamiento simbólico profundo”; pero que están ahí, y terminaran a veces generando dudas y confusiones. (por poner un ejemplo más, los candelabros de este cuadro de logia están mal situados con relación al Rito Francés) De este modo como digo se está cooperando sin quererlo a “un bienvenido al reino de las confusiones”, ya que por ejemplo en el artículo citado no hay notas aclaratorias al respecto de las afirmaciones de Gloton, o el porqué de todos estos cambios que se observan en los cuadros adjuntos. Al dejar tal cual el artículo se da a entender que estamos en presencia de elementos genuinos del Rito Francés. Cuestiones que a veces se despejan cuando trabajamos con los pre-rituales y comprobamos varias cosas, por ejemplo que desde el Luquet de 1745 en adelante no se describe la logia, más allá de ir resaltando que hay una bóveda estrellada, un pavimento mosaico, cuestiones que según va pasando el siglo, pues se van ampliando hasta llegar al Chartres (1784) donde ya se aportan más elementos en ese espacio masónico: tres escalones, un trono, un altar…etc. El Régulateur por su parte nos relega al cuadro de logia, que por lo natural siempre representa de forma universal, el templo tal como expone Glotón: un rectángulo alargado, que es lo que incide el Ritual Murat; pero sin embargo a partir de los rituales de Amiable y Groussier, en esa ambivalencia entre el racionalismo y el misticismo, todos los rituales del siglo XIX y XX del GODF, veremos que sin bien se explica la forma la cual consiste en un paralelogramo rectángulo, también añade que el Oriente tiene forma semicircular, lo cual va a ser una permanente constante plasmada hasta en el último ritual de Referencia del GODF, que es el del 6009. Por tanto para no confundir sería bueno hacer anotaciones y acotaciones de este estilo para no cooperar a una confusión mayor.
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Pero no es solo ya la forma del Templo, que ya el “palabro” se las trae, y daría para más de un texto, sino que además Gloton nos mete en otra deriva en cuanto a la columnas ya que nos dice que “Las columnas son diferentes, tanto por su color como por su estilo; la del Norte, fuerte, maciza, con pesado capitel jónico, de color rojo, simboliza la Fuerza; la del Mediodía, delgada y esbelta, con su bello capitel corintio, de color blanco, simboliza la Belleza”.
Sin entrar en detalles de la simbología de las columnas y cuál era su colocación inicial y su significado o como estas se retranquearon hacia la zona de la puerta, podemos rastrear lo que nos dicen las fuentes, y en esa inmersión sobre los antiguos rituales comprobamos lo siguiente: para el Luquet (1745) “son de bronce y huecas, doble capiteles ornados de granadas” para el Sceau Rompu (1745) “son de bronce (se llaman pilares) y sus capiteles están decorados con granadas y flores de Lys”; para el Gages (1763) de bronce y huecas y granadas y flores de Lys rematándolas, y pedestales con piedras preciosas”; Berné (1740) de “bronce huecas y granadas”; y para el Chartres (1748) “son de bronce” Cuando pasamos al Régulateur (181) son huecas y de bronce y ya de ahí para adelante tanto en el Amiable, Groussier…como en el resto de los rituales que Referencia, son de bronce y huecas, y nada nos indica que haya otra cosa que granadas, en la mayoría de los casos abiertas. Y por supuesto nada se dice de colores o significaciones. De donde viene por tanto este postulado del que se hace eco Gloton, ¿Esa sería la pregunta…? Esa es la cuestión y el rastreo que se debe hacer para poder llegar a conclusiones, lo cual nos está indicando que es necesario hacer rastreos codificados de ritual por ritual para poder ver y compara estas cuestiones, como por ejemplos los estiles de los capiteles, y demás… Entrar a descifrar estas cuestiones es encontrarse con las realidades de las que nos hablaba Nehr, y comprobar como son, y cómo se hacen los préstamos, las intromisiones simbólicas a veces en función de ese libre albedrío simbólico que se permiten algunos masones o a veces simplemente por modas que van y vienen. En este sentido es recomendable el trabajo de Jean-Charles Nehr sobre “Symbolisme et Franc-maçonnerie”, que tanto se reseña y tan poco se lee.
Y aquí concluyo esta aproximación a un tema tan interesante como los Rituales, existencia y desarrollo, y su incidencia en el trabajo masónico, que es otra de las cuestiones sobre las que se reflexiona muy poco como una u otra interpretación influye o no en los Rituales Con este trabajo intento mostrar algunas de las peripecias simbólicas que padece el Rito Francés, no desde la opinión personal, o de lo que digan este o aquella autoridad y que me pudiera parecer buena en función de quien la diga, sino buscando y contrastando en lo que nos dice la tradición ritual desde la antigua a la más moderna para ver y comprobar cuan de genuinas pueden ser unas u otras, o comprobar los préstamos o las intromisiones, o invasiones voluntarias o involuntarias. Etc.. Toda un tarea de la cual hoy dejo una muestra de por dónde caminan mis investigaciones. Víctor Guerra. Vº Orden, y 9º Grado del Rito Moderno.Miembro del Circulo de Estudios de Rito Francés Roettiers de Montaleau
Academia Internacional del Vº del Rito Moderno /UMURM
 

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