Revista Cultura y Ocio

Huéspedes del Sheik: etnografía de un pueblo iraquí (II)

Publicado el 20 febrero 2017 por Carmoran @ensayistica

Huéspedes del Sheik: etnografía de un pueblo iraquí (II)

Siguiendo con el análisis de este trabajo de Fernea sobre su vida en Irak, tengo que añadir una puntualización que considero importante, y que olvidé por completo hacer en la primera parte. Tengo que recordar que el lugar en el que Fernea y su marido vivían era un pequeño pueblo de Irak, y eso supone que la situación de estricto conservadurismo probablemente se agudizara aún más que en las ciudades más grandes. Dicho esto, lo último que comenté sobre la autobiografía de Fernea fue lo mucho que destacaba la influencia de las mujeres dentro del grupo. Este aspecto me parece ciertamente importante e interesante, porque la perspectiva que nosotros tenemos sobre el poder de las mujeres en los países árabes es que es un poder invisible. Fernea menciona el hecho de que bajo un manto de discreción, las mujeres no solo ejercían influencia sobre los hombres de muchas maneras, sino que además eran un pilar fundamental a la hora de tomar ciertas decisiones.

Este poder secreto tiene que ver con poder decidir con quién deben casarse sus hijos e hijas, o si irán al colegio o a la universidad. Lo que esto quiere decir es que aunque parezca que las mujeres viven en una relativa oscuridad, al mismo tiempo hasta podrían ser consideradas como una especie de poder en las sombras. Los hombres son líderes de puertas para afuera, pero la mayoría de asuntos domésticos que serán relevantes en el futuro son controlados por las mujeres. Y reconozco que hubiera sido muy interesante tener una visión masculina acerca de todo esto, pero la narradora de la historia es Fernea, quien solo podía permanecer en los grupos de mujeres, mientras que su marido hacía lo propio con los hombres.

Huéspedes del Sheik: etnografía de un pueblo iraquí (II)

El matrimonio es otro tema muy conflictivo cuando se trata de comparar Occidente con el mundo árabe. Según Fernea, en el mundo musulmán el matrimonio es una transacción comercial en la mayoría de los casos, donde los padres eligen a las novias o novios para conseguir riqueza y tierras. En este punto es mejor no dejarse engañar, porque en Occidente el matrimonio es exactamente lo mismo, es un acuerdo económico endulzado por la romantización de la boda, pero la finalidad es la misma cuando hay hijos y bienes económicos de por medio. Siguiendo con el tema, para las mujeres musulmanas el matrimonio supone un trabajo duro por el resto de sus días, cuidando de su marido, de sus hijos, y de su casa en todo momento, y aún así, ellas siguen considerando que el matrimonio polígamo es mucho mejor que el monógamo. La explicación a esto, es que ese es el medio de las mujeres para tener un buen futuro; cuantos más hijos tengan, más cuidado recibirán ellas cuando sean ancianas. Sin embargo, no es difícil deducir que desde su perspectiva esto es una salvación, pero desde la mía es una condena. Salvación, porque dispondrán de un marido que las mantendrá económicamente; condena, porque en muchos casos las mujeres jóvenes tendrán que aceptar matrimonios con hombres mucho más mayores, y todo por el bien de las ganancias familiares.

Tras haber leído la experiencia de Fernea como mujer occidental en el mundo musulmán, todavía tengo muchas dificultades para entender sus costumbres y modo de vida. Pero también creo que la investigación de la autora no ha sido en vano, porque si hay una conclusión valiosa que se puede extraer es que nuestra visión de lo que es aceptable y lo que no, está inevitablemente ligada al etnocentrismo. ¿Acaso el etnocentrismo tiene solución? Sigo sin verlo claro.

Todos los comentarios son bienvenidos.


Fuente de las imágenes:
http://www.telegraph.co.uk/news/obituaries/3903076/Elizabeth-Warnock-Fernea.html

http://www.shreekalyanam.com/islamic-wedding


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