Revista Expatriados

Hun Sen o el arte de estar montado en el macho

Por Tiburciosamsa
En 1985 Hun Sen era el Primer Ministro del Estado de Camboya, régimen comunista tutelado por Vietnam. Se firmó la paz; las tropas vietnamitas abandonaron el país; Naciones Unidas montó la UNTAC para asegurar el proceso de transición a la democracia; se celebraron elecciones libres, que perdió el Partido Popular Camboyano de Hun Sen y… Hun Sen siguió montado en el machito. Forzó la situación de una manera peculiar: “¿Qué hemos perdido las elecciones y tenemos que dejar el poder? Pues va a ser que no.” Hun Sen amenazó con hacer secesión de aquellas provincias en las que el PPC había obtenido la mayoría. NNUU que se había gastado un pastón con la UNTAC y tenía que presentar el proceso como un éxito sí o sí, se puso de los nervios y acabó dando el visto bueno a una solución sui-generis: FUNCINPEC, el partido ganador, y el PPC compartirían el Gobierno y el país tendría dos Primeros Ministros, Rahariddh y Hun Sen. El título de Hun Sen era un poco irónico: Segundo Co-Primer Ministro. A pesar de lo de “segundo”, todo el mundo sabía que el que mandaba era él, aunque sólo fuera porque controlaba la policía y al grueso de las FFAA.El arreglo funcionó hasta que Ranariddh sacó los dientes. Primero fue que a comienzos de 1997 acordó con Sam Rainsy, el líder del Partido de la Nación Khmer, que ambos colaborarían en las elecciones de 1998 para derrotar al PPC. Después tuvo la desafortunada idea de hacer un pacto con una facción de los khmeres rojos que deseaba hacer la paz. Existía en Camboya una suerte de temor reverencial a las capacidades marciales de los khmeres rojos. Hun Sen pudo fácilmente pensar que las fuerzas armadas de FUNCINPEC unidas a los khmeres rojos reintegrados representaban un adversario a tener en cuenta en el terreno militar. Y así fue como, después de semanas de mucha tensión entre FUNCINPEC y el PPC, se llegó a los incidentes de julio de 1997, que muchos definen como golpe de estado, aunque yo no lo tengo tan claro. La versión más extendida dice que Hun Sen decidió cortar por lo sano y dar un golpe de mano ahora que todavía era claramente más fuerte que Ranariddh. Una subversión de esta versión dice que Hun Sen tuvo incluso que enfrentarse a opositores dentro de su propio partido que no veían claro lo de dar un golpe de estado. Ahora bien, hay otra versión que apunta que quien estaba pensando en dar el golpe de estado era Ranariddh y que simplemente Hun Sen, que era más astuto, le vio el juego y optó por adelantársele. ¿Parece enrevesado? ¡Bienvenido a la política camboyana!Dada la disparidad de fuerzas, en Phnom Penh las fuerzas del PPC apenas tardaron un par de días en aplastar a las de FUNCINPEC. En el noroeste del país, donde los soldados de FUNCINPEC y los khmeres rojos hicieron causa común, los combates prosiguieron un par de semanas más, aunque el resultado final podía darse por descontado. Todos los golpes de estado se parecen. Lo que es inimitable es la desfachatez con la que Hun Sen despachó el asunto. A los cinco días de los acontecimientos declaró a la CNN con un par: “Si diese un golpe de estado, cambiaría de monarquía a república, suspendería la constitución y detendría a los ministros de FUNCINPEC [se limitó a deshacerse físicamente de los funcinpecistas más destacados en el aparato militar], pero todo sigue igual[igual salvo para unas cuantas decenas de funcinpecistas que ahora estaban criando malvas] (…) No expulsé a Ranariddh. Ranariddh huyó por sí mismo [curiosamente Ranariddh había salido del país el día anterior: ¿se temía algo o es que él mismo estaba preparando algo?] No le invitaré a que regrese, pero no le prohibiré tampoco que lo haga. Ranariddh puede volver para responder ante los tribunales.”   Hun Sen dijo que la vida política continuaba tranquilamente, dejó que los parlamentarios de FUNCINPEC siguiesen frecuentando el parlamento y les incitó a que buscasen un nuevo líder para el partido. Los funcinpencistas captaron el mensaje y escogieron, o dejaron que les escogieran, un líder que era muy bien mandado, Ung Huot, que asumió el cargo de co-Primer Ministro. Después de la de millones de dólares que había costado pacificar Camboya y convertirla en algo que se pareciese a un país normal, la comunidad internacional reaccionó con consternación. ASEAN decidió suspender sine die la incorporación de Camboya a la asociación, que hubiera debido producirse ese año. Más tarde se supo que cuando ASEAN dice “sine die”, en realidad quiere decir dos años, que fue lo que se demoró el ingreso de Camboya en la asociación. A Hun Sen le escoció la historia, pero tenía claras algunas cosas: la comunidad internacional respeta los hechos consumados, sobre todo cuando ocurren en países que no tienen petróleo (caso de Camboya hasta 2007) y cuando aceptar el hecho consumado sale gratis, mientras que contestarlo tiene un coste. Eso sí, para que se viese que de alguna manera respetaba los usos y maneras de la vida internacional, sacó un Libro Blanco sobre los sucesos de julio de 1997, que corroboró que no había habido golpe de estado ni nada que se le pareciera. El 26 de julio de 1998 hubo elecciones legislativas en Camboya. Para entonces Hun Sen ya había aprendido que, a diferencia del olimpismo, en las elecciones lo que cuenta es ganar. Y ganar por mayoría absoluta. El PPC obtuvo 64 de los 122 escaños en juego. Otra lección muy importante que había aprendido Hun Sen es que el día de las elecciones hay que portarse bien. Ese día el país puede estar lleno de periodistas y de observadores electorales, que se ponen muy nerviosos en cuanto ven que los muertos votan, que aparecen urnas mágicas repletas de votos por ensalmo o que hay votantes dotados del don de la ubicuidad. El 26 de julio de 1998 no pasó nada fuera de lo normal en Camboya. Todo lo raro había pasado antes.Efectivamente, durante el año previo a las elecciones, los partidos de oposición, especialmente FUNCINPEC y el Partido Liberal-Democrático Budista mostraron una enojosa tendencia a la escisión y, por consiguiente, a la dispersión de sus votos; los medios de comunicación camboyanos encontraban que los candidatos del PPC eran más fotogénicos (918 apariciones de miembros del PPC en los medios de comunicación estatales y paraestatales en junio de 1998, frente a 39 de FUNCINPEC y 19 del Partido de Sam Rainsy); el incidente nunca aclarado de la granada que estalló durante un mitin de Sam Rainsy en marzo de 1997, más los sucesos de julio de ese mismo año, hicieron que los partidarios de la oposición se tentasen la ropa antes de lanzarse a hacer propaganda electoral… La comunidad internacional dio por buenas las elecciones y Hun Sen obtuvo su beneplácito y la mayoría absoluta que necesitaba para poder gobernar sin co-Primeros Ministros enojosos. Y Hun Sen y Camboya vivieron felices y comieron perdices (sobre todo Hun Sen). Hasta hoy.

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