Revista Belleza

Ideas para que los Niños Consuman de Forma Responsable

Por Aranchawp @MeigayCaldero
Asociamos el consumo responsable con una elección ética, consciente y crítica de los productos o servicios que vamos a consumir, de tal manera que podamos cubrir nuestras necesidades, sin poner en riesgo la economía personal o familiar, que no se comprometa la salud, que no se malgasten los recursos naturales, que no se fomente la producción irresponsable con los trabajadores o con los recursos naturales y que genere la menor cantidad de residuos posible. Esto se resume en saber por qué, cómo, dónde, cuándo y por cuánto consumimos.
Lo cierto es que cada vez somos más responsables a la hora de consumir, o al menos eso quiero creer. Pero para que el número de personas que lo hacen aumente día a día, es necesaria la educación y la concienciación. Y eso comienza desde que los consumidores son pequeños, muy pequeños. 
Por eso, en este post quiero darte algunas ideas para que los niños que te rodean, ya sean tus hijos, tus nietos o tus sobrinos, aprendan a consumir de forma más responsable. La buena noticia es que los peques aprenden rápidamente y al final son ellos los que acaban dándonos lecciones a los adultos. 
Te invito a que sigas leyendo...
Ideas para que los niños consuman de forma responsable
Da ejemplo
El mejor consejo de todos es: dale ejemplo. No puedes pedirle a un niño que no consuma de forma compulsiva si te ve hacerlo a ti. Si ve que actividad a la que dedicas más tiempo es a comprar, si en lugar de llevarles al parque o a realizar alguna actividad lúdica o cultural les llevas a un centro comercial a pasar la tarde, si se da cuenta de que adquieres artículos innecesarios que luego desequilibran la economía familiar, si desperdicias comida o energía sin ton ni son, si antepones lo material a otras cosas... cómo evitarás que sea un consumidor irresponsable ahora, y en el futuro.
Enséñale que hay cosas realmente importantes que no cuestan dinero y que son realmente gratificantes: una divertida tarde en el campo con la familia, jugar con amigos sin necesidad de juguetes que hayan sido comprados o de ir a lugares que precisen el pago de una entrada, salir a pasear con la mascota, escuchar un cuento de los abuelos... Y para eso es necesario que los primeros perciban que hay cosas estupendas que no implican comprar o pagar sean los padres, porque es la única forma de transmitirlo después a los hijos. 
Niños jugando en el campo
Acaba con el tabú del dinero
Habla de dinero con él, adaptando el nivel del discurso a su edad y sus capacidades. Al igual que se conversa de otros temas que conciernen a la familia, también se puede hablar de la economía, al fin y al cabo es algo que afecta a todo el núcleo familiar. No debería ser un tema tabú, a pesar de que en España no estamos acostumbrados a hacerlo con naturalidad, a ninguna edad. 
Instrúyele en lo que es el dinero y las formas de pago, como las tarjetas de crédito, para que sepan realmente qué implican.
Enséñale el valor del dinero. Una forma de hacerlo es darle una pequeña paga para que aprenda a administrarlo. Puedes convenir con el peque lo que pagará con su minisueldo: chuches, pequeños caprichos... Otra forma de que se den cuenta de lo que supone el dinero es pagarle pequeños trabajos (no aquellos que suponen su contribución natural a la familia) o enseñarle el número de horas que papá o mamá tendrían que trabajar para comprar ese juguete del que se ha encaprichado. Y, por supuesto, supervisa en qué se gastan el dinero. 
Ahorro en familia
Fomenta su cultura del ahorro. Además de enseñarle lo que supone el dinero, a la par hay que sembrar la semilla del ahorro. Regálale una bonita hucha, mejor aún si es de las que han de romperse para recuperar las monedas. De vez en cuando puedes hacer con el niño o la niña un ejercicio que consista en preguntarle qué le gustaría hacer con ese dinero ahorrado, contar lo que ya tiene y lo que le falta para alcanzar esa meta. Y, por supuesto, no tomes dinero de su hucha si necesitas monedas sueltas o si no te apetece ir al banco, respeta su pequeña economía... para que también lo haga cuando sea mayor.
¿Es necesario?
Enséñale la diferencia entre lo necesario y prescindible. Eso no significa que no pueda tener caprichos de vez en cuando, pero sí que tenga claro que primero hay que cubrir las necesidades y que no hay ninguna obligación por parte de los padres, de los tíos o de otras personas cercanas de proporcionarles caprichos. De ese modo, cuando sean mayores, sabrán aplicarse esa diferencia en su economía particular.
Cuando se encapriche de algo (y sin enfadarte) pregúntale el motivo real por el que quiere tenerlo. No te conformes con un porque sí o porque me gusta. Intenta profundizar más, para que sea el propio peque el que se de cuenta de la razón por la que lo desea.
Compartir, una gran idea
Anímale a compartir. De vez en cuando, haz limpieza de juguetes y dona los que estén en buenas condiciones. En algunos parques hay iniciativas de madres y padres que ponen juguetes en común para que todos los niños que usen el espacio puedan jugar con ellos, y si no es el caso del parque donde juega tu niña o tu niño, pon tú en marcha una de estas bolsas de juguetes.
Dale alas a su imaginación
Fomenta su creatividad, para que pueda confeccionar sus propios juguetes y objetos decorativos, en lugar de comprarlos siempre. Estarán entretenidos, darán rienda suelta a su imaginación y le darán más valor a las cosas. La mejor manera de hacerlo, comenzar a hacer manualidades con el niño y luego dejar que sea él quien lo haga por su cuenta.
Niños haciendo manualidades
Pequeñas acciones, grandes logros
Enséñale a apagar las luces o los aparatos eléctricos cuando no sean necesarios. Es importante hacerlo desde que son muy pequeños para que luego repliquen esa actitud de adultos. Para animarles a ahorrar electricidad, puedes valorar lo que supone la factura de la luz en hora de trabajo de papá y mamá, enseñarles cómo funciona la electricidad y de dónde viene, etc.
Cuando llegue le comienzo de curso, puedes optar por el uso de segunda mano de material escolar y libros de texto. No todo tiene que ser nuevo para ser útil. 
Del mismo modo, muéstrale que también se debe ahorrar agua. Pídele que cierre el grifo mientras se cepilla los dientes, dúchale en lugar de bañarle, dile que hay que cerrar el grifo mientras se enjabona y enséñale otras formas de ahorrar agua en casa.
Instrúyele para que todo lo que se abra en casa, se consuma siempre. De esa forma no se desperdiciará ni comida ni otros productos.  
Introduce en su dieta productos locales y de temporada y explícale el por qué se consumen esos alimentos en lugar de otros más exóticos. Es bueno para su salud, para la economía familiar y para los productores cercanos a tu localidad. 
Plato de verduras con forma de flor para niños
Enséñales a comprar también en establecimientos locales y procura ir siempre a los mismos. Y es que no todo son centros comerciales y grandes superficies. De esa forma ayudarás a esos pequeños negocios y le enseñarás que ir a comprar también es un hecho social y basado en la confianza. 
En la medida de lo posible, no permitas que tire comida y predica con el ejemplo.
Enséñale a comer de forma saludable y evita que consuma golosinas y comida basura como norma general. Aunque la comida de verdad es algo más cara que los productos ultraprocesados, es una forma de enseñarles a consumir de forma responsable. Y poner algo más de dinero en su dieta no es un gasto, es una inversión en su salud tanto ahora como en el futuro.
Introduce el reciclaje en su día a día
Fomenta la cultura del reciclaje, enseñándole cómo reciclar en casa y en otros lugares y explicándole por qué es necesario hacerlo. 
Acostúmbrale a reciclar el papel que utilice para escribir o dibujar, utilizando las dos caras. Y procura que no te vea imprimir hojas y hojas de manera innecesaria. 
La semilla del consumidor responsable
Explícale que no debe contratar servicios o comprar artículos por Internet sin la autorización de uno de los padres. 
Cuando estén frente a la televisión, enséñale a enfrentarse a los anuncios de manera responsable. Edúcale para que sepa darse cuenta de las manipulaciones publicitarias más comunes y estate atento a sus reacciones frente a los anuncios, de ese modo podrás contrarrestar las peticiones insistentes de artículos y sus correspondientes pataletas.
Niño delante de la televisión
Enséñale que los artículos que se compran deben estar en buenas condiciones: envase íntegro, sin roturas ni manchas, con todas sus piezas o componentes, etc.
Revisa el carro de la compra para comprobar que no ha introducido artículos por su cuenta y que no son necesarios. Si lo ha hecho, ve con el peque a devolverlos al lugar del que los ha tomado y explícale lo que supone esa compra en la economía familiar, a lo que tendrá que renunciar si le permites llevárselo (una cosa u otra), o si no lo vas a comprar porque es perjudicial para su edad o su salud. Una forma de quitarle la tentación de que ponga en el carro lo que no es necesario, es pedirle ayuda para que vaya colocando dentro de él lo que sí es imprescindible.
Edúcale para que no abra ni dañe los artículos que están expuestos en los establecimientos, primero porque no son suyos y segundo porque implica que papá y mamá tendrán que pagarlos... y no podrán comprarle lo que realmente quiere.
Muéstrale lo que es la fecha de caducidad y lo que significa. Si ya tiene claro el concepto de las fechas, rétale para que a la hora de comprar busque los que tengan más plazo para consumirlos.
Es importante que dentro de la educación en el consumo responsable, se enseñe al niño que debe tratar con respeto y educación a las personas que atienden al público o que les prestan un servicio.  
A vueltas con la tecnología
Recuérdale que muchas de las descargas de juegos y herramientas de Internet no son gratuitas y que deben leer y comprender antes de descargárselas, o mejor todavía, que pídele que consulte siempre a un adulto responsable (los hermanos adolescentes no entran en esta categoría de adulto responsable, claro).  
Si la vas a dar un teléfono móvil para su uso, conciénciale para que no lo vea como un juguete, sino como una herramienta que tiene una utilidad y un coste asociado.
Niña con un móvil
Contrata tarifas económicas y ponle restricciones de uso. Muéstrale los minutos y megas de los que dispone y avísale de que cuando sea agoten, no tendrá más a su disposición. Enséñale a administrar los datos y minutos de los que dispone. 
Pon contraseñas seguras en tus dispositivos y cámbialas con frecuencia, porque los niños son verdaderos linces a la hora de detectarlas... y de usarlas. 
Madre con niños pequeños y una tablet
Establece un usuario diferente y sin privilegios en los ordenadores de sobremesa y dispositivos móviles a los que tenga acceso tu hijo. De esa forma restringirás en cierto modo los posibles daños. 
Establece controles parentales en los dispositivos que usen los niños y procura que no empleen los que tú o tu pareja utilicéis para vuestro trabajo o en los que haya material delicado, como accesos a cuentas corrientes, etc. 
Muéstrales lo que es el Código PEGI (Pan European Game Information) que es el que te informa de la edad máxima en la qu ese recomienda el juego, indicándoles que los juegos que elijan deben estar en su rango de edad por su propio bien. 
Todo este arsenal de tips son generales y podrás aplicarlos según la edad del niño y añadir muchos otros para completar su educación en el consumo responsable.
Espero que estas ideas te sean útiles y me encantaría que dejases tus opiniones y aportaciones al respecto en nuestro apartado de comentarios.
Y para terminar quiero darte las gracias por el tiempo que has dedicado a leer este post.
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La primera vez que apareció el post Ideas para que los Niños Consuman de Forma Responsable fue en el blog de La Meiga y Su Caldero.
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