Revista Conciertos

Iggy & The Stooges, Barcelona, 6/07/12

Publicado el 09 julio 2012 por Kar

Quisiera comenzar estas líneas con un dato: James Newell Osterberg, más conocido como Iggy Pop, es un señor que tiene 65 años. No es una consideración baladí, y además, creo que da un cierto sentido a la reflexión que quería hacer, tras haber presenciado el concierto que Iggy & The Stooges dieron en Barcelona el pasado viernes, en el marco del Festival Cruïlla.
Iggy Pop no gira en solitario, presentando su material propio, desde 2001. En 2003 publicó aquél “Skull Ring” en el que grabó un par de temas junto con los hermanos Asheton, y se anunció la gira de reunión con The Stooges, con quienes llegó a grabar un flojísimo disco, “The Weirdness” en 2007. En definitiva, Iggy lleva toda una década girando con un repertorio que tiene más de 40 años, y mientras tanto, ha publicado dos discos en ese período, en solitario, que no pueden estar más alejados de las sonoridades Stooge, me refiero a “Préliminaires” (2009) y un divertimento en forma de versiones que tituló “Après” (2012). Y hablaré de estos dos discos más adelante, pero si me permiten un apunte, quisiera subrayar el hecho de que en sus últimas grabaciones Iggy Pop explora una faceta más cercana al jazz, al vodevil y a la canción francesa clásica.
De modo que no dejo de preguntarme el por qué de esta dicotomía. Por un lado, el Iggy más duro, más rockero, más típico también, apostando por el valor seguro que suponen unos discos, los tres con los Stooges, que han entrado como miembros de pleno derecho en el olimpo del rock n' roll. Por otro lado, un Iggy sosegado pero arriesgando mucho, con discos que le harían perder muchísimos seguidores, de no ser por esa redención que practica en los escenarios desgranando su material pretérito.

Iggy & The Stooges, Barcelona, 6/07/12

Iggy se sentía solo...

Si me pongo en plan malpensado, podría llegar a la conclusión de que lo que de verdad le pide el cuerpo a Mr. Osterberg es grabar canciones jazzys. Pero, consciente como es del peso que su figura tiene en la iconografía rockera y en la industria en general, sabe que seguir girando repescando esas canciones de toda la vida, machacándose en un escenario, le inyecta unos dividendos y una tranquilidad económica como para poder afrontar proyectos probablemente deficitarios como sus dos últimos discos. Hablando en plata, hacer el cafre sobre las tablas mientras toca temas de 1969 es su trabajo mientras que imitar a Gainsbourg o a Brel es su hobby.
Argumentos acerca de esto último los podemos encontrar en varios puntos sorprendentes de la última década. Hacer una gira con The Stooges resultaba entrañable. Hacer varias durante 6 años es exprimir demasiado el limón. Grabar un disco “nuevo” con The Stooges después de 40 años es una jugada cutre, e innecesaria, Iggy llevaba una carrera en solitario fantástica. No es como el nuevo disco que grabaron los Who o incluso los New York Dolls, quienes habían tenido carreras en solitario discretísimas. Y como pirueta final, el repescar a James Williamson tras la muerte de Ron Asheton ya no sé cómo calificarlo, si de movimiento lógico o de acto ruin.
Y sin embargo, lo que presencié el viernes pasado en Barcelona me desmonta los argumentos. Yo vi a un Iggy Pop dándolo todo, destrozando su físico (no olvidemos sus 65 años), cumpliendo con esos trucos arriesgados para su integridad como hacer subir al público o bajar al foso. Por más ganas de grabar discos, digamos, diferentes que tenga, Iggy Pop no tiene la necesidad de cumplir con estos rituales. No está arruinado ni depende de estos circos. Así que me da que pensar que en realidad disfruta de estas experiencias en sus conciertos. Que probablemente ahora mismo no le apetece grabar otro disco de rock, pero que sigue amando el rock n' roll y entregarse en sus conciertos.

Iggy & The Stooges, Barcelona, 6/07/12

Iggy Pop +  Instagram

El viernes pasado hicieron un concierto en un marco muy extraño, como es un festival extremadamente ecléctico, con una alarmante tendencia al perroflautismo, que se reflejaba en un sector del público. No importó. Se cascó casi todo el “Raw Power”, repescó un par de números del “Kill City”, recuperó también algún tema de la primera etapa Stooge (sin Williamson) y todavía le dió tiempo a hacer su clásica versión del “Louie, Louie”
La actuación fue de más a menos, algo que se perdona tras el desgaste y por la edad. Pero amigos, los primeros 40 minutos de show fueron algo inenarrable. Energía, saber estar, un repertorio mágico y un público entregado, en el que se vivieron algunos pogos y momentos de de crowd surfing que hacía mucho que no veía. En un momento del concierto Iggy bajó y saltó la valla del foso para mezclarse con el público. Fruto de un lance, recibió un golpe que le hizo sangrar un poco el labio. Bueno, esa imagen de Iggy Pop, torso desnudo, bailando, cantando como él sabe y con el labio ensangrentado podría ser muy definitoria del show.
¿Y la banda? Bien. Muy solvente. Pero permítanme sinceridad: aburridos, anodinos y carentes de todo carisma. Salvaría a Mike Watt, en lo que a carisma se refiere. Pero James Williamson es un buen guitarrista, sin la menor presencia. Lo mismo se puede decir de Scott Asheton. Seamos claros, podría haber venido Iggy Pop con una banda formada por buenos mercenarios, por buenos músicos profesionales, y el resultado hubiera sido exactamente el mismo. Lo cuál me lleva a una última reflexión: ya va siendo hora de que Iggy Pop recupere su propia carrera en las giras. Quiero ver un concierto de Iggy Pop, no de The Stooges o de Iggy & The Stooges. Quiero a un Iggy que puede tocar con pleno derecho el material de hace 40 años, pero que también toque temas de “Lust For Life”, “The Idiot”, “New Values”, “American Caesar” o “Brick By Brick”. Sinceramente, creo que ya toca.
Canciones:
Iggy & The Stooges: “Penetration”Iggy & The Stooges: “Open Up And Bleed”Iggy & The Stooges: “I need somebody””

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