Revista África

Igualdad y desarrollo

Por Chemacaballero

La semana pasada se publicaba un nuevo  informe del Banco Mundial: 2012 World Development Report, que se centra en igualdad de género y desarrollo. El estudio reconoce que en los últimos 25 años, la vida de las niñas y las mujeres ha mejorado enormemente, en todas las partes del mundo. En muchas áreas este cambio ha sido incuantificable, pero, sin embargo, en muchas otras el progreso hacia la igualdad de género ha sido más limitado, incluso en la mayoría de los países denominados desarrollados.

EL LABERINTO DE LA AUSENCIA (29): IGUALDAD Y DESARROLLO

Hasta aquí no se nos presenta ninguna novedad, pero si seguimos leyendo nos damos cuenta de que se hace mucho hincapié en que la igualdad de género puede ayudar a aumentar la producción económica de un país, mejorar su nivel de desarrollo y hacer que las instituciones del estado sean más representativas y democráticas.

Para lograr estos objetivos, el informe da prioridad a cuatro aspectos: la reducción de la mortalidad femenina y la reducción de las diferencias en educación entre hombres y mujeres, mejorar el acceso de las mujeres a la economía, incrementar su voz en las familias y en la sociedad (es decir, hacerlas partícipes de los mecanismos donde se toman las decisiones políticas y económicas) y limitar la perpetuación de la desigualdad de género pensando en futuras generaciones.

Personalmente creo que, en un contexto como es el del África rural, el promover que las mujeres campesinas, las pequeñas agricultoras, (las principales productoras de alimento del continente) tengan acceso, en igualdad de condiciones con los hombres, a los recursos agrícolas (tierras, fertilizantes, semillas, préstamos, comercialización…) puede aumentar, de manera considerable, la producción agrícola de cualquier país y, por tanto, el nivel de bienestar del mismo.

Sin embargo, esto, hoy día, tal y como están las cosas en el continente, es difícil de conseguir. Las mujeres son las principales víctimas de la pobreza. Estoy convencido que esto tiene mucho que ver con el hecho de que la mayoría de las niñas y mujeres sigan estando discriminadas en el acceso a la educación, lo cual les lleva, automáticamente, a estar ausentes de los lugares donde se toman las decisiones políticas o económicas que afectan a sus vidas y a las de sus familias.

Del informe del Banco Mundial podemos sacar varias conclusiones muy interesantes: como que cuanto mayor sea la igualdad de género, mayor es la riqueza del país; que si la mujer controla sus propias finanzas, sus hijos tienen más posibilidades de sobrevivir y salir adelante; o que si se concede a las mujeres más control sobre los recursos de la agricultura la producción podría aumentar, hasta un 20 por ciento, en muchos países africanos.

Queda mucho que hacer en este campo, y la clave pasa, perdón si me repito, por facilitar el acceso a la educación de todos y todas, pero, principalmente, de las niñas de las zonas rurales, que son las más desfavorecidas.

UNICEF también ha publicado un informe estos días, Boys and Girls in the life Cycle en el que se ponen de manifiesto las grandes diferencias que existen en la salud, la educación, la nutrición  y la protección, siempre a favor de los niños, en los países en desarrollo.

EL LABERINTO DE LA AUSENCIA (29): IGUALDAD Y DESARROLLO

De la información publicada se intuye que las diferencias entre niños y niñas son mínimas en los primeros años de vida, pero a medida que crecen, el sistema social está establecido de tal forma que siempre se opta por los varones en detrimento de las hembras.

La educación es el motor del cambio, y mientras no se invierta en ella, de forma valiente y sistemática, no se conseguirá que las cosas sean distintas en África.

Para la música, esta semana seguimos con Cesaría Évora, esta vez cantando Angola


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