Revista Opinión

Impunidad

Publicado el 02 junio 2010 por Javiermadrazo

La Organización de Naciones Unidas (ONU) ha perdido una nueva oportunidad para ganar credibilidad ante la opinión pública y poder presentarse al mundo como una institución referencial en el ámbito de la defensa de los derechos humanos y la legalidad internacional. El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, reunido durante más de doce horas, para elaborar un dictamen sobre el ataque del Ejército de Israel a la “Flotilla de la Libertad”, ha dejado patente su incapacidad e incompetencia para condenar a un Gobierno que asesina a pacifistas en alta mar como si fueran terroristas y ordena a su tropas de élite que intercepten un convoy de ayuda humanitaria, con suministros médicos y educativos, y material de construcción.

Naciones Unidas lamenta la pérdida de vidas humanas, faltaría más, pide una investigación de los hechos, no le queda más remedio, y califica de insostenible la situación en Gaza, cuando en realidad nos encontramos ante un genocidio planificado y sostenido en el tiempo. Y después se preguntan por qué el mundo mita con tanta desconfianza a Naciones Unidas y no concede ningún crédito a sus actuaciones e intervenciones. A medida que su Consejo de Seguridad ha perdido la vergüenza, ha perdido también el prestigio. Ayer los representantes de este organismo dieron una vuelta de tuerca más en su carrera hacia el abismo. Su posición en este tema lava la cara a Israel y perpetúa la impunidad. No hay un castigo a la masacre cometida, ninguna represalia a sus responsables y, por supuesto, ninguna exigencia tajante de poner punto final al bloqueo económico que sufre la población palestina en Gaza.

El abuso de poder y la prepotencia del Gobierno de Israel llegan a tal punto que incluso la prensa de este país, generalmente aliada del Ejecutivo, se lanza sin piedad a la crítica. Los medios de comunicación apuntan como responsable del ataque a la “Flotilla de la Libertad” a Ehud Barak, ministro de Defensa, y no escatiman insultos y descalificaciones. Leo en el diario Público un resumen de titulares, en los que se habla de “Puño de fuerza”, “Dónde tenía la cabeza”, “Completa estupidez”, “Liderazgo de tontos”,… Confío en que la intolerancia y el fanatismo del Gobierno Netanyahu termine por convencer a la población israelí de la necesidad de aceptar un Estado palestino y la prioridad de convivir con sus vecinos desde el respeto, el reconocimiento y la confianza. En una visita realizada, hace siete años, a Gaza, Cisjordania y Tel Aviv pude comprobar cómo ciudadanas y ciudadanos de ambos pueblos trabajaban conjuntamente por el diálogo y la reconciliación. Ojalá lo consigan.


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