Revista Cultura y Ocio

In Memoriam: E. L. Doctorow.

Publicado el 23 julio 2015 por Alguien @algundia_alguna

In Memoriam: E. L. Doctorow.


Edgar Lawrence Doctorow, más conocido como E. L. Doctorowfalleció el martes 21 de julio en su ciudad natal a los 84 años tras sufrir complicaciones relacionadas con su cáncer de pulmón. Doctorow, autor de novelas como «Ragtime» o «Billy Bathgate», pasa a la historia como uno de los grandes de la literatura contemporánea y como «maestro» de la ficción histórica en EE.UU.

E (dgar) L(awrence) Doctorow nació en Nueva York en 1931 y debe su primer nombre en homenaje al escritor estadounidense Edgar Allan Poe. Durante su larga carrera, en la que dejó una veintena de obras, fue galardonado con el Premio Nacional del Libro de EE.UU, el Premio Nacional del Círculo de Críticos Literarios y el Faulkner, entre otros honores. En 1990 fue finalista del Premio Pulitzer por «Billy Bathgate» y en los últimos tiempos fue uno de los candidatos al premio Nobel de Literatura.

Nacido en el histórico distrito del Bronx, hijo de un matrimonio modesto pero culto de inmigrantes judíos de segunda generación, un vendedor de instrumentos de música y un ama de casa aficionada al piano, su escritura se caracterizó por un formalismo realista emparentado con el nuevo periodismo estadounidense, pero con una tendencia a lo experimental que siempre le dio heterogeneidad a su obra. En sus novelas se pueden encontrar reflexiones, pensamiento, acción, compasión y lucidez a partes iguales, siempre mostrados de manera estrictamente literaria. Hasta el punto de que sus variados enfoques e historias siempre fueron acompañados de una estética específica para cada uno de ellos. En este aspecto, podría dar sensación de dispersión, sí, pero nunca de incoherencia.

In Memoriam: E. L. Doctorow.

De entre su producción destacan varias obras excepcionales sobre las cuales se asienta sólidamente su fama. La primera es «Billy Bathgate» (1989), la historia de un joven prometedor a quien acoge un capomafia real: Dutch Schlutz. En su capacidad de saltar de un género a otro y de un tema a otro, Doctorow utiliza sin reparo la novela negra y compone un relato magistral situado en el época del gansterismo y de la escritura de Hammett o Chandler y lo hace desde la mirada y la memoria de ese muchacho, testigo privilegiado de un mundo cruel en la que el dinero lo era todo y a él se sacrificaba todo. Esta novela fue llevada al cine en 1991 por Robert Benton.

«El libro de Daniel» (1971) nos traslada a los tiempos de la guerra fría y al juicio y condena de los esposos Rosenberg (aquí, los Samuelson) por espionaje a favor de la Unión Soviética. Un caso de evidente conmoción social que le permite hacer su ejercicio favorito: abrir el abanico de personajes. La visión múltiple o multicolor de la sociedad americana es marca de la casa, siempre a propósito de un acontecimiento de gran relevancia social e histórica. Algo muy semejante sucede con «Ragtime» (1975), la obra que lo consagró y que en 1981 sirvió de base a la exitosa película, con el mismo nombre, del checo Milos Forman.

Ragtime es la fascinante visión de la América de principios de siglo través de una familia. Es su obra más abierta por la cantidad de líneas argumentales que usa y la cantidad de secundarios de lujo que la pueblan (Henry Ford, Emma Goldmann, Houdini, J. P. Morgan…), pero es donde su maestría para armar y resolver una trama en la que todos los cabos se anudan se muestra con mayor virtuosismo.

In Memoriam: E. L. Doctorow.

«La ciudad de Dios» (2000), otro ejercicio singular de reflexión espiritual, un punto alegórico y absurdo pero ahíto de creatividad pese a verse ciertamente alejado de tentaciones comerciales, pero no cabe la menor duda de que constituye un punto de inflexión en su exigente e impecable trayectoria.

«La gran marcha» (2005), sobre la guerra de Secesión o «El Lago» (2011), sobre la Depresión son otras dos muestras de la amplitud de su mundo. Y su vigor personal lo manifiesta su espléndida última novela, «Homer y Langley» (2009), escrita a los 80 años, sobre un caso que conmocionó a Nueva York: dos hermanos adinerados, solteros y misántropos, que aparecieron muertos en su apartamento bajo los miles de objetos almacenados por su síndrome de Diógenes. Quizá sea la más audaz, inteligente y penetrante de sus novelas. Su última publicación fue «El cerebro de Andrew» (2014), centrado en la conciencia humana y en la introspección individual.

Todo un glorioso adiós a la vida.

In Memoriam:

El próximo 31 de agosto la Editorial Malpaso publicará una edición de sus “Cuentos completos”, una recopilación de 31 cuentos, cuatro de ellos nunca antes traducidos al español, que ilustran el valor del novellista del Bronx en la historia de la literatura de su tiempo. Los afortunados que aún no hayan leído nada de Doctorow, pueden empezar por aquí. Tanto EL PAÍS («La depuradora») como EL MUNDONiño muerto en la Rosaleda»), nos ofrecen en sus ediciones digitales sendos relatos inéditos como adelanto de dicha publicación.

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