Revista Coaching

Incompletos: el bucle infernal

Por Jofoba @jordifortunybad

Estás duchándote por la mañana, y recuerdas que tienes que enviar un importante email a un cliente. Por la noche cuando estás volviendo a casa en el coche, te paras en un semáforo, y vuelves a recordarlo. Son las 5:30 de la mañana y te desvelas, el email acaba de volver a aparecer en tu mente…

Este es un claro ejemplo de «incompleto» o «open loop». Simplificadamente, podemos definirlos como cualquier compromiso no finalizado. Son cosas que aparecen en nuestro «radar», que llaman nuestra atención, y sobre las cuales deberemos actuar de alguna manera, pero aún no hemos decidido cómo. Permanecen abiertas creándonos un bucle que actúa como un lastre reduciendo y corroyendo nuestra capacidad mental.

El rango que abarca este tipo de cosas es muy amplio, y puede ir desde una idea genial sobre un nuevo producto, a un folleto que recogimos y nos guardamos en el bolso… Y no por más dimensión que tenga la cosa será peor el desgaste, todos los «incompletos» nos desgastan por igual, por muy nimios que nos parezcan.

No importa cómo de competente seas cumpliendo con tus tareas, o avanzando en tus proyectos, mientras tengas «pop-up» en tu mente que van surgiendo descontroladamente y en los momentos menos esperados, no obtendrás sensación de control. Es tan habitual, que la mayoría de la gente lo considera como normal y que forma parte del «juego»… La buena noticia es que podemos actuar para reducir el impacto negativo de este hecho y aunque nuestra mente siempre funciona y las ideas van a seguir surgiendo, gestionándolo, el desgaste puede llegar a ser mínimo.

Este es uno de los principios básicos de GTD® y una de las componentes del control relajado que nos proporciona la metodología. He aquí la famosa frase de David Allen: “Tu mente es para tener ideas, no para mantenerlas”.

Para lograr tener los «incompletos» bajo control, en GTD® utilizamos una «memoria externa», en la que confiamos plenamente, donde trasladamos de una manera ordenada  todo el «ruido» de nuestra cabeza y gestionamos con sentido nuestros compromisos.

Es importante diferenciar entre el «rumiar» y los «incompletos». Es normal pensar acerca de cosas, mal iríamos si no lo hiciéramos, otra cosa es «hacer memoria» constantemente de los compromisos inacabados.

En ciertas ocasiones he oído cuestionamientos sobre GTD®, diciendo que no es realista, ya que se no se pueden cerrar todos estos bucles. Cierto, si lo vemos desde el punto de vista que lo tenemos que hacer todo, pero no se trata de eso (normalmente tenemos más trabajo que tiempo), se trata de ponerlos bajo control. El estrés proviene de las cosas indefinidas que vagan por nuestro universo, si sabemos exactamente que tenemos, y lo direccionamos donde tiene sentido que esté, será cuando liberaremos recursos y podremos explotar todo nuestro potencial.


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